Análisis preliminar
Los tres mensajes (internos) de Arce
El presidente Luis Arce decidió volver a celebrar su segundo aniversario en lo alto de la Casa Grande del Pueblo con un acto formal e institucional, aprovechando el inicio del periodo de sesiones la Asamblea Plurinacional. Esta vez iba preparado, y Bolivia TV también. La producción no solo supo filtrar el griterío que llegaba desde los curules, esta vez a cuenta del censo y no del golpe, sino utilizarlo a su conveniencia para que parecieran gritos de apoyo propio, que los hubo, aunque claramente disminuidos al calor de los recientes acontecimientos.
Puedes revivir el mensaje aquí:
La fractura en la bancada del MAS es un hecho dijo el otro Arce, Héctor, que no es el exministro sino el diputado contado entre los más afines a Evo Morales y que lidera el sector crítico con el gobierno.
De hecho, Morales era el sujeto ausente/presente que más allá del gallinero, cruzaba y espesaba el ambiente. El expresidente puso un tuit envenenado en el que insta al gobierno a poner fecha para el censo y acabar con la protesta – lo que es una invitación a la claudicación que pesará sobre Arce, no sobre Evo – y se fue a ver a Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, donde el celebra su propia efeméride: su retorno a Bolivia.
Sin entrar al contenido, Arce dejó al menos tres mensajes en las formas de las que sus aliados, sus críticos y sus rivales han tomado nota:
- Que tiene aguante para leer sin perderse ni alterarse durante dos horas entre griterío desproporcionado.
- Que puede emular a su antecesor leyendo cifras y manejando los datos para presentar su aún breve gestión como la salvadora del proceso, pero que además, tiene la legitimidad como exministro para atribuirse los éxitos económicos desde 2006.
- Y que puede ampliar el concepto de “pueblo” para anclar su gestión, yendo más allá de los indígenas y campesinos que fueron protagonistas de la pasada gestión. Un gesto que tiene que ver con la lucha interna y también con el panorama que develará el censo.
Arce, que recuperó elementos del discurso antigolpe y anti Áñez aún sin citarla, acabó con un párrafo que transcrito se aplica a quien corresponda. Los más susceptibles y los que miran a la interna, la tienen clara:
“De nuevo quieren desestabilizarnos. Los que sembraron odios, racismo y confrontación entre hermanos, no nos arrancarán nuestros sueños ni la determinación de seguir trabajando para nuestros hijos, nietas y nietos. No nos mueven ambiciones personales, económicas ni de poder, nos mueven principios y valores revolucionarios que nunca claudicaron ni claudicarán”. Al que le quede el guante, que se lo calce.