Nuevo estudio del universo se inicia con la instalación de detectores de radiación cósmica en Chacaltaya
Un nuevo estudio del universo se inicia con la instalación de un centenar de detectores de radiación cósmica en una planicie cercana al monte Chacaltaya, departamento de La Paz, en la primera fase de un proyecto dirigido a la observación continua de rayos cósmicos y rayos gamma de alta...



Un nuevo estudio del universo se inicia con la instalación de un centenar de detectores de radiación cósmica en una planicie cercana al monte Chacaltaya, departamento de La Paz, en la primera fase de un proyecto dirigido a la observación continua de rayos cósmicos y rayos gamma de alta energía provenientes del espacio.
“Estamos concluyendo la primera fase de construcción del experimento ALPACA (por sus siglas en inglés) que ha sido denominado como Alpaquita y que va (a) constar de 100 detectores de radiación ionizante (energía liberada por los átomos en forma de ondas electromagnéticas o partículas) que son producto del cosmos y de diversas fuentes como el sol y los astros”, explicó el director del Planetario Max Schreier, Martín Subieta.
Informó que el nuevo observatorio es instalado en el sitio llamado “Chacaltaya Hill” en una superficie de ocho mil metros cuadrados y que “tendrá la capacidad en tecnología para detectar la radiación gamma, que son fotones de alta energía y que llegan a la Tierra de fuentes muy lejanas”.
ALPACA es un nuevo proyecto entre Bolivia y Japón con el que se pretende observar rayos cósmicos y rayos gamma de alta energía, con un amplio campo de visión y alta sensibilidad.
Los rayos cósmicos son principalmente partículas subatómicas cargadas eléctricamente y que pueden estar compuestos por fotones, entre ellos están los rayos gamma, rayos x, radiación ultravioleta e infrarroja, además de neutrinos.
El trabajo científico en el Laboratorio de Chacaltaya se remonta al siglo pasado, cuando en 1947 se descubrió una partícula del espacio llamada mesón-pi y que posibilitó conocer con mayor profundidad la composición de la materia del universo.
Ensamblado de detectores
Subieta, que forma parte del proyecto ALPACA, detalló que en la prueba piloto de Alpaquita los detectores están posicionados en una red distante a 15 metros uno del otro. “No están completamente montados porque deben ser ensamblados y para este trabajo en marzo se espera la llegada de los colegas japoneses”.
“Los detectores tienen que ser ensamblados con un material sensible a la radiación, llamado de centelleo, junto con la electrónica en general lo que permitirá que hasta finales del primer semestre de 2020 se cuenten con los primeros datos que se producirán en el nuevo observatorio de Chacaltaya”, agregó.
Los detectores de centelleo están compuestos por un material que emite destellos de luz cuando absorbe la energía de una partícula del espacio y que a través de un proceso se convertirá en una señal eléctrica.
El proyecto ALPACA se origina por un convenio entre Bolivia y Japón con la participación del Instituto de Investigación de Rayos Cósmicos de la Universidad de Tokyo y el Laboratorio de Chacaltaya de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). Fue promovido por el premio Nobel de Física (2015) Takaaki Kajita que en 2016 visitó la planicie donde se instalan los detectores, a más de cuatro mil metros de altura.
El año pasado el experto en astrofísica de partículas de alta energía del Instituto de Investigación de Rayos Cósmicos de la Universidad de Tokyo, también visitó Chacaltaya y dijo que, “el propósito principal de ALPACA será localizar el origen de los rayos cósmicos que continúa siendo un misterio desde su descubrimiento en 1912”.
La astrofísica cree que pueden provenir o tener su origen en fuentes energéticas como los remanentes de supernovas o de la materia oscura del universo, incluso de un agujero negro “supermasivo” que se encuentra en el centro de la galaxia.
Subieta considera que desde el punto de vista científico y académico con el nuevo proyecto se está dando una continuidad a la larga tradición de investigación que se tiene con el Japón y que se remonta a 1961, cuando se ejecutó el proyecto BASJE (por sus siglas en inglés) y que se prolongó hasta el 2015, también en el estudio de los rayos cósmicos desde Chacaltaya.
Tomado de ANF
“Estamos concluyendo la primera fase de construcción del experimento ALPACA (por sus siglas en inglés) que ha sido denominado como Alpaquita y que va (a) constar de 100 detectores de radiación ionizante (energía liberada por los átomos en forma de ondas electromagnéticas o partículas) que son producto del cosmos y de diversas fuentes como el sol y los astros”, explicó el director del Planetario Max Schreier, Martín Subieta.
Informó que el nuevo observatorio es instalado en el sitio llamado “Chacaltaya Hill” en una superficie de ocho mil metros cuadrados y que “tendrá la capacidad en tecnología para detectar la radiación gamma, que son fotones de alta energía y que llegan a la Tierra de fuentes muy lejanas”.
ALPACA es un nuevo proyecto entre Bolivia y Japón con el que se pretende observar rayos cósmicos y rayos gamma de alta energía, con un amplio campo de visión y alta sensibilidad.
Los rayos cósmicos son principalmente partículas subatómicas cargadas eléctricamente y que pueden estar compuestos por fotones, entre ellos están los rayos gamma, rayos x, radiación ultravioleta e infrarroja, además de neutrinos.
El trabajo científico en el Laboratorio de Chacaltaya se remonta al siglo pasado, cuando en 1947 se descubrió una partícula del espacio llamada mesón-pi y que posibilitó conocer con mayor profundidad la composición de la materia del universo.
Ensamblado de detectores
Subieta, que forma parte del proyecto ALPACA, detalló que en la prueba piloto de Alpaquita los detectores están posicionados en una red distante a 15 metros uno del otro. “No están completamente montados porque deben ser ensamblados y para este trabajo en marzo se espera la llegada de los colegas japoneses”.
“Los detectores tienen que ser ensamblados con un material sensible a la radiación, llamado de centelleo, junto con la electrónica en general lo que permitirá que hasta finales del primer semestre de 2020 se cuenten con los primeros datos que se producirán en el nuevo observatorio de Chacaltaya”, agregó.
Los detectores de centelleo están compuestos por un material que emite destellos de luz cuando absorbe la energía de una partícula del espacio y que a través de un proceso se convertirá en una señal eléctrica.
El proyecto ALPACA se origina por un convenio entre Bolivia y Japón con la participación del Instituto de Investigación de Rayos Cósmicos de la Universidad de Tokyo y el Laboratorio de Chacaltaya de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). Fue promovido por el premio Nobel de Física (2015) Takaaki Kajita que en 2016 visitó la planicie donde se instalan los detectores, a más de cuatro mil metros de altura.
El año pasado el experto en astrofísica de partículas de alta energía del Instituto de Investigación de Rayos Cósmicos de la Universidad de Tokyo, también visitó Chacaltaya y dijo que, “el propósito principal de ALPACA será localizar el origen de los rayos cósmicos que continúa siendo un misterio desde su descubrimiento en 1912”.
La astrofísica cree que pueden provenir o tener su origen en fuentes energéticas como los remanentes de supernovas o de la materia oscura del universo, incluso de un agujero negro “supermasivo” que se encuentra en el centro de la galaxia.
Subieta considera que desde el punto de vista científico y académico con el nuevo proyecto se está dando una continuidad a la larga tradición de investigación que se tiene con el Japón y que se remonta a 1961, cuando se ejecutó el proyecto BASJE (por sus siglas en inglés) y que se prolongó hasta el 2015, también en el estudio de los rayos cósmicos desde Chacaltaya.
Tomado de ANF