El ekeko, el capitán, el cosmopolita - calculín o el Edipo ¿Qué perfil de presidente quieren los bolivianos?
En medio de la crisis económica, los estrategas afinan el relato qué mejor se adapte a las expectativas de los bolivianos



La campaña está lanzada y los estrategas de alto nivel, incluyendo esos consultores políticos carísimos, juegas sus últimas cartas para definir el relato que cuentan sus candidatos patrocinados en su carrera hacia la presidencia y por qué ellos y no otros.
El contexto es cambiante y eso obliga a ajustes, pero ahora mismo está definido por una percepción de crisis económica generalizada, pero también por una tragedia, la del MAS, la del desmoronamiento del proyecto hegemónico más importante de este siglo. Estos son los perfiles definidos y ya acomodados de entre los candidatos que siguen en liza que pueden responder a las necesidades de la gente.
El cosmopolita – calculín: La crisis económica se ha instalado en Bolivia, sea en los bolsillos, o sea en la cabeza. Gente derrotada en sus iniciativas o pesimista ante el futuro se compara habitualmente con el entorno y en esas, puede preferir a alguien que importe ideas, las exponga con solvencia y crudeza y se muestre seguro en sus planteamientos. Gente de mundo, con roce, que tiene una receta para Bolivia que promete ser exitosa aunque no se entienda demasiado y que desborda en datos, que no dejan de ser significantes vacíos para la misma respuesta: el MAS fuera. Tuto Quiroga y Jaime Dunn se mueven en esos parámetros.
El ekeko: Hay otra respuesta a la misma crisis, que es el agotamiento, la necesidad de cambiar de chip y retomar el positivismo. Gente que no quiere sufrir y que no le tiene miedo al cambio siempre que le lleve al camino de la abundancia y el bien propio o común, porque en realidad nunca le pidió nada de más al Estado salvo que no fastidie. Nadie en Bolivia simboliza como Samuel Doria Medina esa figura de la abundancia y el optimismo perpetuo, con una propuesta además regionalizada.
El capitán: A la crisis económica se la enfrenta con mano dura, y ser un país rico es cuestión de dar una orden. Hay estrategas que consideran que al votante le preocupa más la anarquía y el desgobierno que no llegar a fin de mes y que creen firmemente en el discurso autoritario como camino de salvación, y no es difícil en un país que ostenta el récord de golpes de Estado del siglo XX. El anhelo del tiempo feliz, aunque sea remoto. Nadie como Manfred Reyes Villa, de hecho, capitán, encarna esa figura.
El edipo: Otros estrategas, de los caros, creen que Bolivia vive una tragedia desde la caída de Evo Morales, que sigue siendo el tiempo feliz de referencia para la mayoría del censo votante – nacido desde 1990 -. Es el 55% que votó por Arce en 2020 como solución a sus males y que han vivido el cisma del MAS como una trama oscura de la novela que aún espera a su salvador, un salvador que recupere el camino desviado del hermano usurpador y que no entiende de contextos internacionales, pero sí de padres dominantes a los que hay que hacerles ver la realidad: Es Andrónico Rodríguez el que tiene que decidir si ser Edipo o esperar pacientemente su turno.
Las propuestas están casi definidas, aunque sigue habiendo elementos de distorsión y, sobre todo, una amenaza: que parezca un outsider no fabricado y se lleve el gato al agua en una sociedad que no tiene claro qué es lo que quiere.