¿Hasta cuándo se es joven en política?
Cuando se hace una encuesta abierta sobre el prototipo de político ideal para gobernar cualquier nivel del Estado las respuestas son similares: alguien nuevo, joven, con ideas frescas, e independiente. La mayor parte de los encuestados evidencia un hartazgo por la clase política y exigen...
Cuando se hace una encuesta abierta sobre el prototipo de político ideal para gobernar cualquier nivel del Estado las respuestas son similares: alguien nuevo, joven, con ideas frescas, e independiente. La mayor parte de los encuestados evidencia un hartazgo por la clase política y exigen renovación.
Cuando se presenta alguien con esas características, las reacciones son del tipo ¿Y ese quién es? o ¿Cómo va a gobernar si no ha estado nunca en política? y cosas similares.
En ese escenario, la incertidumbre se apodera de los partidos y políticos más tradicionales, y también de los jóvenes aspirantes. La gente quiere renovación y a la vez, no vota por lo nuevo. Una dicotomía que trae de cabeza a estrategas y comunicadores políticos en estos tiempos de campaña electoral.
Juventud, hasta cuando
Normalmente todos los políticos quieren presentarse como “jóvenes” de cara a sus votantes, pero la juventud es cada vez más un concepto relativo, y los candidatos de esta elección nacional dan buena cuenta de ello.
Evo Morales va a cumplir 60 años, pero se presenta ante las cámaras para desafiar a hacer 2.000 abdominales. A la vez, la pléyade de glorias que se han sumado a la campaña le dan la razón. Lo nuevo es lo viejo.
El más veterano de los contrincantes electorales es Jaime Paz Zamora, que llegó a presentar un spot apelando a la necesidad de que los jóvenes tomen el poder para reencaminar Bolivia. Ha cumplido 80 años el pasado 15 de abril y tenía 50 cuando alcanzó la Presidencia con el MIR en 1989.
Le sigue Víctor Hugo Cárdenas, Vicepresidente en el primer Gobierno de Sánchez de Lozada (1993-1997) nació un año antes de la Revolución del 52 y ya ha cumplido – el martes pasado concretamente – 68 años. El candidato de UCS le ha delegado la tarea de joven a su Vicepresidente a Humberto Peinado, pero se maneja bien en redes sociales.
También veterano de la política es Carlos Mesa, en este caso nacido un año después de la Revolución y que cumplirá 66 en agosto. También fue Vicepresidente de Sánchez de Lozada en su segundo mandato y asumió la Presidencia también con 50.
En estos casos, ha primado el conocimiento sobre la juventud, que al final parece ser lo que decanta la elección, mientras que otros candidatos aprovechan precisamente esta situación para apelar directamente a la juventud.
Con el cartel de “joven” se presenta Virginio Lema, candidato del MNR en las puertas de los 50 años y que lleva haciendo política con el MIR desde los 90, sin embargo el contraste con los otros candidatos y la propia dinámica que le ha dado a su campaña le permite insistir en el concepto.
Como “joven” también se presenta Óscar Ortíz, de Demócratas, que también cumplirá los 50 en septiembre, aunque en su caso atesora dilatada experiencia primero en la empresa privada y después en la pública: ejerce como Senador luego de haber estado batallando por la Autonomía cruceña desde principios de siglo.
El curioso caso de la Gobernación de Tarija
En 2015 se inscribieron fundamentalmente dos candidatos con aspiraciones a gobernar el departamento de Tarija: Carlos Cabrera por el MAS y Adrián Oliva por UDA.
En los albores de los 70, el ex Rector y ex candidato del MAS en 2010, Carlos Cabrera era el candidato más conocido, lo que rápidamente se vio reflejado en la intención de voto. Al otro lado estaba Adrián Oliva, de carrera meteórica, había sido Viceministro de Régimen Interior en 2003, asesor de Mario Cossío en los años duros de la lucha autonómica y diputado nacional entre 2010 – 2015, pero apenas levantaba en los primeros sondeos.
Cabrera empezó a ofuscarse en sus primeras entrevistas y el MAS empezó a desconfiar. En Carnaval se hizo efectivo su relevo por haber renunciado un día antes a la Decanatura en la Juan Misael Saracho, algo que se sabía desde Año Nuevo.
El relevo sorprendió a propios y extraños. Pablo Canedo, autonomista con copla, residente de la Plaza Luis de Fuentes y familia adenista se erigía como candidato del MAS ante la atónita mirada de, por ejemplo, Julia Ramos, que estaba en el salón. A su favor, toda la corte de voceros del MAS insistieron en la “juventud” del candidato que venía de fura de la política.
Curiosamente Canedo tenía un año más, 37, que Oliva en aquel momento. Pero la trayectoria del uno y su propio aspecto físico jugaron a su favor.
¿Cuándo penaliza ser joven?
El caso de la campaña en Tarija es particularmente curioso, pues hay momentos en los que penaliza ser joven y en otros momentos, en los que penaliza ser viejo y en cualquier caso, todo se cruza con ser o no ser conocido.
La guerra generacional se ha dado en la Gobernación de Tarija y en otras instituciones, tal como reconocen unos y otros. La lista de damnificados es grande.
El propio exalcalde Óscar Montes, 15 años al frente de Tarija y con deseos de seguir activo, cumplirá 60 años el próximo abril, pero en su esquema estratégico de campaña contempla una suerte de alianza de actores y protagonistas de la última década para reordenar lo que ellos mismos hicieron mal. Apela directamente a la experiencia en la confrontación que tiene con su sucesor Rodrigo Paz, unos diez años más joven.
El mismo concepto ha manejado Mauricio Lea Plaza, algo más joven que Montes pero con una distancia mayor a su “enemigo”, en este caso Adrián Oliva. “Changear” a los ejecutivos de la Gobernación ha sido una de las estrategias que mejores resultados le ha dado en términos políticos en un primer impacto.
En la tríada de experimentados desplazados se cuenta también a Johnny Torres, subgobernador de Cercado, que siempre ha tenido que subordinar sus propias aspiraciones a las del conjunto de una generación que ve que se le escapa el tiempo.
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¿Hay campo para jóvenes?
El discurso de la novedad y juventud no siempre logra los mismos resultados. Ni Bolsonaro ni Trump eran jóvenes. Por el momento, Virginio Lema que es el que más apela al concepto no despega en las encuestas y se prevé que la vieja guardia del MNR tenga que salir al frente para apelar precisamente a lo esencial del octogenario partido para salvar la sigla. A otro que no le funcionó fue a Gonzalo Torres, activista ambiental caracterizado por ser el azote de Montes en sus años en la Alcaldía y que candidateó para ocupar su cargo en 2015. La apuesta le salió mal y quedó muy lejos de lo esperado.
Hay jóvenes y jóvenes; en el Concejo Municipal de Cercado, Valmoré Donoso y Alfonso Lema son de la misma promoción. El primero ha llegado a la política de la mano de Rodrigo Paz como quien no se entera bien de las cosas; el segundo fue concejal por primera vez hace ya quince años.
Existe un vacío generacional político entre los 40 y los 50 años, fundamentalmente en la oposición pero también en el oficialismo. Es la generación que recibió el desembarco del MAS y sus nuevas formas de hacer política cuando empezaban a hacer sus primeros pinitos en Tarija. Muchos fueron arrollados. Otros fueron incorporados. El más representativo es Álvaro Ruíz, alcalde de Uriondo, que empezó carrera con Unidad Nacional, luego fue alcalde en 2010 con Camino al Cambio y repitió en 2015 ya bajo siglas del MAS.
Sí hay jóvenes entre los 30 y los 40 años en las instituciones y en cargos representativos que vienen pisando fuerte. En el MAS, Carlos Acosta en la presidencia del partido, Sara Armella en la Asamblea, Sonia Condori en la Brigada e incluso José Quecaña como ejecutivo del Chaco; en Todos, Waldemar Peralta desde la secretaría de Coordinación de la Gobernación o Alan Echart desde el Concejo Municipal; en Primero La Gente, Patricia Paputsakis desde la secretaría de Familia de la Alcaldía de Paz o Álvaro Orozco desde la de Medio Ambiente; David López en el MNR, Carlos Baldivieso en Sol.bo, Rodolfo Meyer hijo desde la Federación Campesina, como Marcela Guerrero o Eyder Quiroga.
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