Milcíades se sienta en otra mesa, de nuevo
Cuando la mitad del MAS lo había dado por sepultado políticamente, el senador – empresario Milcíades Peñaloza volvió a protagonizar una imagen de esas que quedan para la posteridad y que sirven para enmarcar una coyuntura muy particular. Mientras los del partido se rompen el lomo y algo...



Cuando la mitad del MAS lo había dado por sepultado políticamente, el senador – empresario Milcíades Peñaloza volvió a protagonizar una imagen de esas que quedan para la posteridad y que sirven para enmarcar una coyuntura muy particular. Mientras los del partido se rompen el lomo y algo más en una lucha fratricida por el control del partido y por la identidad de este, otros se reparten el poder. La imagen es más relevante si se acompaña con la nota de prensa de la Gobernación de Salta, en la que algún o alguna local ha participado muy detalladamente, puesto que no se le escapa un matiz.
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La foto tiene lugar en el despacho del Gobernador de la provincia de Salta (Argentina), peronista, ex Kirchnerista y firme candidato a candidatear para la presidencia en 2019 si la interna le permite llegar con vida a esa fecha. Amigo de Macri, de Tinelli y conocido en Buenos Aires gracias a su casual romance con una estrella del papel couché, Juan Manuel Urtubey está fuerte y no quiere dejar nada al azar, tampoco el apoyo boliviano, más simbólico que numérico pero que ya le ha servido en otras ocasiones, como cuando arrasó en su reelección como Gobernador luego de haber compartido visita a la escuela de la infancia y partido de fútbol con Evo Morales.
Urtubey sonríe, como casi siempre, mientras escucha atentamente al jefe de la reunión sentado a su derecha. El primer senador del MAS por el departamento de Tarija y empresario prominente, Milcíades Peñaloza, parece hablar entretenidamente de algún tema, cosa que extraña a quienes lo conocen más.
A la izquierda de Urtubey escucha atentamente Mashur Lapad, el senador salteño más poderoso de los últimos 30 años, proveniente de Rivadavia, departamento fronterizo con Bolivia, su carisma le ha permitido hacer amigos hasta en el último enclave de la turbulenta frontera norte. Donde se trata algo de poder en la frontera, ahí está Lapad dicen los compañeros de El Tribuno.
En la foto aparece el diputado también tarijeño Ignacio Soruco, el advenedizo que más ha crecido desde su irrupción en el partido oficialista como diputado, básicamente porque muy pocos parlamentarios ejercen una vocería real y él, “placero habitual”, la ejerce con naturalidad.
De espaldas están también Roberto Ruíz y Juan Luis Coronado, el uno ex secretario ejecutivo de Lino Condori y el otro economista contratista con el Estado. Su presencia evidencia que la reunión no se trató de un asunto institucional o protocolar, sino que se enmarcó en lineamientos políticos de este equipo del MAS Tarija en particular.
Detrás de la foto y de acuerdo a la difusión dada por los medios de comunicación del Gobierno salteño se encontraban también Fohad Amás y Carlos Brú. El primero, del equipo de Ruíz y Condori durante su gestión 2011-2015 de todavía impredecibles consecuencias para la economía local y hoy Director Regional de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) pese a su formación en otras ramas de la ingeniería, el segundo exalcalde de Yacuiba, capaz de perder la elección ante nadie luego de dar un giro desde el gonismo hasta el socialismo radical según sus propias palabras. Brú, que hizo un giro en solitario arrastrando a todo el PAN chaqueño a la orilla del oficialismo, se ha acomodado en el sector de Peñaloza con el que comparte también la proyección empresarial ligada al poder político.
La batalla interna
La abierta reunión y la misión específica encargada para la reunión en Salta ha inquietado en los sectores más orgánicos del MAS, que desde diciembre de 2017 libran una batalla fratricida por el control del partido.
A un lado se sientan los de Álvaro Ruíz – Sara Armella, la dupla natural que suena con fuerza en la mayoría de los sectores aún a pesar de no contar con un chaqueño en la fórmula. Este grupo ha logrado reunir el poder institucional de los alcaldes, que encarna Ruíz, alcalde de Uriondo y actual jefe de los alcaldes a nivel nacional desde la FAM con el poder campesino que encarna Sara Armella, procedente además de la central siempre orgánica y combativa de la zona alta.
Al otro lado se sientan los Interculturales y las centrales de Bermejo y el Chaco, siempre dispuestos a dar la contra, y que temen, dicen, las muchas concesiones que los primeros han hecho a invitados y advenedizos con tal de conservar una parcela de poder. No hay dupla, ni siquiera un número considerable de rostros visibles, apenas un José Yucra, ex diputado de Bermejo y algunos de los antiguos. Hasta la gente de la escuela, como Nelson Aguilar, parecen guardar ahora distancias.
La batalla interna del MAS en términos políticos resulta injustificable, sin embargo se mantiene latente mientras el sector de Peñaloza mantiene el poder alejado del día a día. En un momento en el que la oposición al MAS en Tarija parece dispuesta a concurrir por separado a las elecciones de 2020, los analistas del otro lado contemplan incrédulos como dinamitan su base del 40 por ciento, refrendada incluso con un candidato como Pablo Canedo, y que podía resultar suficiente ante una pléyade de siglas separadas.
El “as” en la manga
El candidato “oficial” a la Gobernación de Tarija que el equipo más cercano (cada vez menos cercano) a Milcíades Peñaloza es Juan Luis Coronado, el “Churqui”. En algún momento presidente del colegio de Economistas, pero sobre todo, basquetbolista. Desde la Federación, que retuvo con problemas, construyó el magnífico Coliseo Guadalquivir. Es uno de esa especie de comunidad cerrada o esa especie de logia que han formado los basquetbolistas de los 80-90 que ya cuentan con ministros, como Luis Alberto Sánchez, cónsules en USA y ex candidatos como Pablo Canedo y otros tantos reconocidos como los Lema, siempre cerca del poder.
En cualquier caso, el nombre de Coronado no ha encontrado respuesta positiva de ninguno de los analistas y operadores en Tarija y sus posibilidades reales son mínimas, pues su perfil apenas es reconocido en el mundo político muy metido y ni su presencia, ni su oratoria, ni su pasado le ayudarían.
El candidato “oficioso” de este grupo es evidentemente Óscar Montes, el exalcalde de Tarija que después de quince años se vio “obligado” a abandonar la carrera por la Gobernación en 2015 alegando supuestas presiones judiciales hacia su entorno familiar. Entonces acusó directamente al MAS y sus allegados hablaban de un ajuste de cuentas del propio presidente Evo Morales, que le aceptó la sugerencia de Peñaloza como primer Senador, le toleró el show armado con Tuto Quiroga y Johnny Torres con el PDC para partir la oposición y asegurarse sus dos tercios en la Asamblea de 2014, pero se negó después a encabezar la lista azul en las departamentales tarijeñas.
No es tan probable que Peñaloza haya logrado convencer a Evo Morales del perdón a Óscar Montes y tampoco es tan probable que Montes se arriesgue a adentrarse en la carrera por la Gobernación.
El exalcalde está fuerte en Tarija capital yendo como candidato independiente, pero no es tan seguro que sus “admiradores” lo avalen al cien por cien si decide abrazar el Movimiento Al Socialismo. El experimento del Concejo Municipal, aliando a su esposa y otros dos concejales afines a los representantes de Morales le ha servido para medir el impacto, y los resultados, dicen, no son tan buenos.
El dilema pasa por el Chaco y las puertas parecen estar cerradas para otra opción que no sea Wilman Cardozo o el MAS. Y sin dobleces, Carlos Brú y Ramiro Vallejos ya han jurado al oficialismo sin disimulos.
Si Montes decide pelear simplemente la Alcaldía en solitario tampoco le resultará tan fácil. Al aparato de Rodrigo Paz, al del MAS que sí o sí tendrá y sin saber si el equipo de Oliva acabará por presentar candidato propio o no, al igual que Camino al Cambio, se podría sumar otro gallo como Johnny Torres, la autoridad más votada en 2015 precisamente como subgobernador de Cercado. Torres tampoco quiere perder.
Y al final ¿Cuánto suma?
Peñaloza y su equipo apuestan a que Morales recupere su obsesión por Óscar Montes, a quien invitó cien veces a su lado, pero no es tan probable que queden brasas. El MAS tuvo opciones de ganar en Tarija incluso después de la gestión de Lino Condori. Al inicio de la carrera, Carlos Cabrera duplicaba en intención de voto a Adrián Oliva. Finalmente cayó Cabrera por un asunto técnico de segundo orden y subió Pablo Canedo, cuya victoria era simplemente imposible por su nula conexión no solo con las bases sino con el Chaco. El grupo de Peñaloza tuvo mucho que ver en aquella decisión y en el posterior fracaso, aunque nadie haya asumido las consecuencias. Más al contrario, los gestores del descalabro fueron aupados a puestos de responsabilidad.
El partido tampoco ha sido ordenado, como se suponía, y más bien se ha enconado la división entre las bases más orgánicas, tal vez alimentadas desde aquellos que aún hoy siguen dándole al presidente la impresión de que todo está controlado en sus manos, y no en los otros, que solo hacen que pelear.
La pelea por la nominación está abierta y los invitados no jurarán hasta después del Congreso de Unidad. El tiempo corre para todos.
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La foto tiene lugar en el despacho del Gobernador de la provincia de Salta (Argentina), peronista, ex Kirchnerista y firme candidato a candidatear para la presidencia en 2019 si la interna le permite llegar con vida a esa fecha. Amigo de Macri, de Tinelli y conocido en Buenos Aires gracias a su casual romance con una estrella del papel couché, Juan Manuel Urtubey está fuerte y no quiere dejar nada al azar, tampoco el apoyo boliviano, más simbólico que numérico pero que ya le ha servido en otras ocasiones, como cuando arrasó en su reelección como Gobernador luego de haber compartido visita a la escuela de la infancia y partido de fútbol con Evo Morales.
Urtubey sonríe, como casi siempre, mientras escucha atentamente al jefe de la reunión sentado a su derecha. El primer senador del MAS por el departamento de Tarija y empresario prominente, Milcíades Peñaloza, parece hablar entretenidamente de algún tema, cosa que extraña a quienes lo conocen más.
A la izquierda de Urtubey escucha atentamente Mashur Lapad, el senador salteño más poderoso de los últimos 30 años, proveniente de Rivadavia, departamento fronterizo con Bolivia, su carisma le ha permitido hacer amigos hasta en el último enclave de la turbulenta frontera norte. Donde se trata algo de poder en la frontera, ahí está Lapad dicen los compañeros de El Tribuno.
En la foto aparece el diputado también tarijeño Ignacio Soruco, el advenedizo que más ha crecido desde su irrupción en el partido oficialista como diputado, básicamente porque muy pocos parlamentarios ejercen una vocería real y él, “placero habitual”, la ejerce con naturalidad.
De espaldas están también Roberto Ruíz y Juan Luis Coronado, el uno ex secretario ejecutivo de Lino Condori y el otro economista contratista con el Estado. Su presencia evidencia que la reunión no se trató de un asunto institucional o protocolar, sino que se enmarcó en lineamientos políticos de este equipo del MAS Tarija en particular.
Detrás de la foto y de acuerdo a la difusión dada por los medios de comunicación del Gobierno salteño se encontraban también Fohad Amás y Carlos Brú. El primero, del equipo de Ruíz y Condori durante su gestión 2011-2015 de todavía impredecibles consecuencias para la economía local y hoy Director Regional de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) pese a su formación en otras ramas de la ingeniería, el segundo exalcalde de Yacuiba, capaz de perder la elección ante nadie luego de dar un giro desde el gonismo hasta el socialismo radical según sus propias palabras. Brú, que hizo un giro en solitario arrastrando a todo el PAN chaqueño a la orilla del oficialismo, se ha acomodado en el sector de Peñaloza con el que comparte también la proyección empresarial ligada al poder político.
La batalla interna
La abierta reunión y la misión específica encargada para la reunión en Salta ha inquietado en los sectores más orgánicos del MAS, que desde diciembre de 2017 libran una batalla fratricida por el control del partido.
A un lado se sientan los de Álvaro Ruíz – Sara Armella, la dupla natural que suena con fuerza en la mayoría de los sectores aún a pesar de no contar con un chaqueño en la fórmula. Este grupo ha logrado reunir el poder institucional de los alcaldes, que encarna Ruíz, alcalde de Uriondo y actual jefe de los alcaldes a nivel nacional desde la FAM con el poder campesino que encarna Sara Armella, procedente además de la central siempre orgánica y combativa de la zona alta.
Al otro lado se sientan los Interculturales y las centrales de Bermejo y el Chaco, siempre dispuestos a dar la contra, y que temen, dicen, las muchas concesiones que los primeros han hecho a invitados y advenedizos con tal de conservar una parcela de poder. No hay dupla, ni siquiera un número considerable de rostros visibles, apenas un José Yucra, ex diputado de Bermejo y algunos de los antiguos. Hasta la gente de la escuela, como Nelson Aguilar, parecen guardar ahora distancias.
La batalla interna del MAS en términos políticos resulta injustificable, sin embargo se mantiene latente mientras el sector de Peñaloza mantiene el poder alejado del día a día. En un momento en el que la oposición al MAS en Tarija parece dispuesta a concurrir por separado a las elecciones de 2020, los analistas del otro lado contemplan incrédulos como dinamitan su base del 40 por ciento, refrendada incluso con un candidato como Pablo Canedo, y que podía resultar suficiente ante una pléyade de siglas separadas.
El “as” en la manga
El candidato “oficial” a la Gobernación de Tarija que el equipo más cercano (cada vez menos cercano) a Milcíades Peñaloza es Juan Luis Coronado, el “Churqui”. En algún momento presidente del colegio de Economistas, pero sobre todo, basquetbolista. Desde la Federación, que retuvo con problemas, construyó el magnífico Coliseo Guadalquivir. Es uno de esa especie de comunidad cerrada o esa especie de logia que han formado los basquetbolistas de los 80-90 que ya cuentan con ministros, como Luis Alberto Sánchez, cónsules en USA y ex candidatos como Pablo Canedo y otros tantos reconocidos como los Lema, siempre cerca del poder.
En cualquier caso, el nombre de Coronado no ha encontrado respuesta positiva de ninguno de los analistas y operadores en Tarija y sus posibilidades reales son mínimas, pues su perfil apenas es reconocido en el mundo político muy metido y ni su presencia, ni su oratoria, ni su pasado le ayudarían.
El candidato “oficioso” de este grupo es evidentemente Óscar Montes, el exalcalde de Tarija que después de quince años se vio “obligado” a abandonar la carrera por la Gobernación en 2015 alegando supuestas presiones judiciales hacia su entorno familiar. Entonces acusó directamente al MAS y sus allegados hablaban de un ajuste de cuentas del propio presidente Evo Morales, que le aceptó la sugerencia de Peñaloza como primer Senador, le toleró el show armado con Tuto Quiroga y Johnny Torres con el PDC para partir la oposición y asegurarse sus dos tercios en la Asamblea de 2014, pero se negó después a encabezar la lista azul en las departamentales tarijeñas.
No es tan probable que Peñaloza haya logrado convencer a Evo Morales del perdón a Óscar Montes y tampoco es tan probable que Montes se arriesgue a adentrarse en la carrera por la Gobernación.
El exalcalde está fuerte en Tarija capital yendo como candidato independiente, pero no es tan seguro que sus “admiradores” lo avalen al cien por cien si decide abrazar el Movimiento Al Socialismo. El experimento del Concejo Municipal, aliando a su esposa y otros dos concejales afines a los representantes de Morales le ha servido para medir el impacto, y los resultados, dicen, no son tan buenos.
El dilema pasa por el Chaco y las puertas parecen estar cerradas para otra opción que no sea Wilman Cardozo o el MAS. Y sin dobleces, Carlos Brú y Ramiro Vallejos ya han jurado al oficialismo sin disimulos.
Si Montes decide pelear simplemente la Alcaldía en solitario tampoco le resultará tan fácil. Al aparato de Rodrigo Paz, al del MAS que sí o sí tendrá y sin saber si el equipo de Oliva acabará por presentar candidato propio o no, al igual que Camino al Cambio, se podría sumar otro gallo como Johnny Torres, la autoridad más votada en 2015 precisamente como subgobernador de Cercado. Torres tampoco quiere perder.
Y al final ¿Cuánto suma?
Peñaloza y su equipo apuestan a que Morales recupere su obsesión por Óscar Montes, a quien invitó cien veces a su lado, pero no es tan probable que queden brasas. El MAS tuvo opciones de ganar en Tarija incluso después de la gestión de Lino Condori. Al inicio de la carrera, Carlos Cabrera duplicaba en intención de voto a Adrián Oliva. Finalmente cayó Cabrera por un asunto técnico de segundo orden y subió Pablo Canedo, cuya victoria era simplemente imposible por su nula conexión no solo con las bases sino con el Chaco. El grupo de Peñaloza tuvo mucho que ver en aquella decisión y en el posterior fracaso, aunque nadie haya asumido las consecuencias. Más al contrario, los gestores del descalabro fueron aupados a puestos de responsabilidad.
El partido tampoco ha sido ordenado, como se suponía, y más bien se ha enconado la división entre las bases más orgánicas, tal vez alimentadas desde aquellos que aún hoy siguen dándole al presidente la impresión de que todo está controlado en sus manos, y no en los otros, que solo hacen que pelear.
La pelea por la nominación está abierta y los invitados no jurarán hasta después del Congreso de Unidad. El tiempo corre para todos.
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