El sprint final definirá el referéndum
La verdad sobre el referéndum se decidirá en apenas una semana, la que irá del miércoles de ceniza al 21 de febrero, fecha que consigna para ir a las ánforas en una votación sui generis y donde las campañas no arrastran. Convencidos de la ausencia de contrincante, el oficialismo se...



La verdad sobre el referéndum se decidirá en apenas una semana, la que irá del miércoles de ceniza al 21 de febrero, fecha que consigna para ir a las ánforas en una votación sui generis y donde las campañas no arrastran. Convencidos de la ausencia de contrincante, el oficialismo se encomienda de nuevo a su único valor constatado, la figura de Evo Morales, esa que es capaz de teñir el mapa de azul seis meses antes de la peor debacle electoral del MAS, en las subnacionales, desde que asumió el poder. El sprint final es la clave. Al otro lado nadie se ha puesto al frente. La oposición ha amagado y finalmente se ha autofagocitado. No hay portavoces. No hay figuras que aglutinen. Apenas hay un poco de vergüenza que deje al margen asuntos capitales de Estado como los que hoy representa Carlos Mesa, vocero de la demanda marítima. El margen de indecisos es grande como para que nadie se sienta vencedor. También en Tarija.Las encuestas y los indecisosLas encuestas publicadas en los últimos quince días no dejan indiferente a nadie. Curiosamente, las publicadas en El Deber (Mori) y Página Siete (Mercados y Muestras) dan la ventaja a la campaña oficialista por el SI con cuatro y tres puntos respectivamente, aunque ambas mantienen en torno a un 20 por ciento de indecisos. Página Siete y en menor medida El Deber han sido identificados por el gobierno como medios contrarios a sus políticas. Por otro lado, IPSOS para ATB, identificada en la orilla oficialista por los opinólogos, dio una amplia ventaja al NO, de ocho puntos, en la encuesta más numerosa (3.000) y realizada solo en el eje central, donde sin duda se definirá la votación. El margen de indecisos también cuenta.La campaña por la modificación de la Constitución no es una campaña al uso y los equipos de campaña todavía andan haciendo pruebas; la apelación al miedo es la estrategia más común, pero el ensayo del vicepresidente Álvaro García Linera apelando a los astros desaparecidos en el caso de la no continuidad del mandatario (y suya por asimilación) provocó tal ola de mofa que se volvió a un manual más clásico. Algo similar ha pasado entre la oposición. Las victorias de Mauricio Macri en las presidenciales argentinas y de la Mesa de Unidad en las legislativas de Venezuela les hizo cantar victoria demasiado temprano. Y como es común en estos lares, empezar a vender la piel del oso antes de cazarlo. No hay Mesa de Unidad en Bolivia, apenas un enorme salón donde mesitas pequeñitas se dicen las más importantes. Todos quieren reclamar una victoria como propia que todavía no se ha producido, pero además no quieren exponerse demasiado, no sea que vuelvan a salir escaldados como cada vez que se miden con el presidente.Las alarmas en TarijaEvo va a cargar sobre sus hombros el peso de la campaña, una vez más, lo que no le exime de haber tomado una serie de decisiones urgentes para corregir derivas autodestructivas, como por ejemplo en Tarija.Las encuestas del grupo Mori situaron a Tarija como el nuevo feudo ultraopositor, con apenas un 22 por ciento de apoyo a la reelección del presidente Evo Morales vía habilitación en el referéndum mientras que un 54 por ciento declaraba abiertamente su rechazo a esa opción. Todo esto en un contexto en el que los propios aliados del gobernador Adrián Oliva, como Luis Pedraza, le acusaban de nuevo de tibieza en la campaña y de hacer indirectamente campaña por el SI y pese a los esfuerzos por limpiar la corrupción que han llevado a prisión preventiva a la mismísima Julia Ramos, la poderosa dirigente de las Bartolinas Sisa en el departamento y muy próxima al presidente Evo Morales.Es cierto que Luis Pedraza, mano derecha de Mario Cossío, gobernador exiliado en Paraguay y que sigue manejando el discurso de la confrontación resulta reiterativo en sus críticas. La primera vez que se pronunció públicamente fue a las pocas semanas de la conformación del gabinete de Oliva. A través de su red social señaló que quería la secretaría de Coordinación y que le fue negada. Después ha aprovechado la menor fotografía para volver a la carga, sobre todo cuando crecen los rumores de crisis en el gabinete.También es cierto que el secretario de Gobernación, Luis Alfaro, enarboló una bandera por el NO en primera instancia que con el paso de las semanas ha ido arribando. O al menos no la ha ondeado con tanta fuerza y se ha dedicado más a minar las bases campesinas del “Proceso” que él considera descarriado y que su bajada de volumen ha coincidido en el tiempo con la elevación de tono en los rumores que aseguraban cambios profundos en el equipo de Oliva y que por cierto, no se han producido.El gabinete de Adrián Oliva no dicen SI ni NO, pero están graficando, con decenas de personas que ven negada su fuente laboral por la imposibilidad de recursos, los efectos de una gestión basada en la dependencia de los hidrocarburos, así lo niegues siete veces. “No hay plata porque se han hecho las cosas mal”.Cierto que esa campaña “indirecta” todavía está en minucioso desarrollo y, pese a los ensayos, no ha podido tener una incidencia tan decisiva sobre el 22% de apoyo a la reelección del presidente. Un apoyo que apenas 15 meses atrás, en las presidenciales de octubre de 2014 llegó con un 51 por ciento, idéntico al logrado cinco años atrás a pesar de que por el medio se vino la gestión “sin sueños” de Lino Condori, “que por algo no fue candidato” según dijo el propio Evo Morales en entrevista en Plus TV. En las subnacionales, después de numerosos cambios en la dirección del partido y sobre todo, en el poder real sobre el departamento, el apoyo al proyecto del MAS se redujo al 40 por ciento en una segunda vuelta inédita. Después de la derrota y cuando el MAS debería estar ejerciendo una oposición responsable, los nuevos mandamases del partido llevaron la popularidad, según encuestas, a un 22 por ciento.Los nuevos responsables de campaña confían en que hay tiempo suficiente para redireccionar la deriva y evitar la catástrofe en una elección en la que, según las encuestas, cada voto va a pesar. En todo el territorio. Mientras tanto, la oposición se agarra la cabeza intentando entender por dónde camina la cosa. El miedo está asentado en ambos lados.