La mala palabra del MAS
Solo Evo Morales sostiene a la gran base del Movimiento Al Socialismo (MAS), esa que le ha dado las victorias incontestables en 2005, 2009 y 2014 y tantas veces como se los ha necesitado. De esas victorias y de esas bases, el MAS desarrolló el discurso del gobierno del pueblo y elevó a forma de...



Solo Evo Morales sostiene a la gran base del Movimiento Al Socialismo (MAS), esa que le ha dado las victorias incontestables en 2005, 2009 y 2014 y tantas veces como se los ha necesitado. De esas victorias y de esas bases, el MAS desarrolló el discurso del gobierno del pueblo y elevó a forma de gobierno la forma sindical. La representación del pueblo en los niveles del poder dio resultados iniciales, pero con el paso de los años, la credibilidad del instrumento se ha ido deteriorando.Hoy por hoy el MAS parece mala palabra y los comités de campaña en casi todos los departamentos los conforman una serie de notables cargos y autoridades electas, por encima de las organizaciones matrices, un cambio que responde a una coyuntura particular de descomposición según reconocen algunos de los protagonistas.El cuoteo y los caudillismos han terminado por hacer aparecer la corrupción a diferentes niveles. No se trata de viveza criolla ni de fórmulas estalinistas de apoyo al aparato, sino de corrupción llana. Con la capacidad de convocatoria y de movilización mermada, solo la figura del presidente sigue convocando a las urnas. Un resultado negativo en el referéndum del 21 de febrero obligaría a una reingeniería para la que el MAS no parece estar preparado pero que sin embargo resultaría indispensable para garantizar la continuidad del proyecto social comunitario. Tarija ha supuesto una especie de departamento de pruebas, donde los dirigentes históricos fueron primero apartados de la toma de decisiones por los nuevos gobernantes y después, estos mismos sustituidos por una serie de tecnócratas y supervivientes a cobijo del poder desde hace más de tres décadas. Los Luis Alfaro y Julia Ramos se cuentan entre los primeros. Los Lino Condori y Darío Gareca entre los segundos. Los Milcíades Peñaloza y Pablo Canedo entre los terceros. El 51 por ciento de 2010, el 40 por ciento de 2015 y el 22 por ciento de Mori en 2016 parecen explicar la deriva del ensayo – error, sin embargo las decisiones tomadas pretenden revertir la situación. Al final veremos la dirección que queda tras el volantazo. De momento siguen las curvas.