La buena onda
Quizá por quien menos tenga que preocuparse hoy Adrián Oliva para salvaguardar el éxito de su gestión es por el presidente Evo Morales y el Gobierno nacional en pleno.



Morales y su ejecutivo llevan semanas dando vueltas a lo sucedido en las elecciones subnacionales, que vinieron a confirmar el bajón de votos que ya se sintió en las nacionales, sobre todo en los feudos tradicionales y que quedaron maquillados por la victoria en Santa Cruz, algo así como el triunfo en el Beni in extremis (y tras haber eliminado a más de 200 candidatos) maquilló los malos resultados en Tarija y sobre todo La Paz.El debate de la reelección indefinida del mandatario ya se ha instalado en los movimientos sociales, calculadamente utilizados. La renovación del TSE está en marcha y la paz, frente a la confrontación, es la que mejores resultados le ha dado al presidente Evo Morales ante las urnas en los últimos tiempos. Si se busca el triunfo cualificado en un referéndum, el presidente debe empezar desde hoy a demostrar que tenerlo de presidente es lo mejor que le puede pasar a cada una de las regiones, por encima de dogmatismos. Su equipo de comunicación, muy tocado con las derrotas y con las críticas de Walter Chávez está definiendo la estrategia en los escenarios posibles. Evo gana holgadamente las presidenciales, pero no es igual un referéndum, ni el que se pudiera dar a principios de 2016 es igual al que ya se vivió con el referéndum revocatorio. Eran otros tiempos. La pérdida del tirón es palpable y ya no es un conmigo o contra mí.Oliva lo ha interpretado rápido y busca la foto con el presidente en un ganar – ganar que beneficiaría a Tarija, sin embargo no todos sus colaboradores lo han entendido igual y siguen buscando a cada rato la confrontación, sea por la posesión de hoy en Sucre o sea por el Pacto Fiscal o por cualquier cosa.Veremos si esta actitud se transmite también hacia la Asamblea Legislativa Departamental de Tarija y permite, de este modo, una gestión sólida por los intereses del departamento.