Cuando la plata no lo es todo
Un fenómeno a estudiar que han dejado estas elecciones subnacionales es la nueva dimensión que ha tomado la “abundancia” económica dentro del votante medio.



Los cientos de millones y las inversiones productivas en el Chaco han servido más o menos para nada cuando se habla de perpetuar a ciertas autoridades en el poder; pero todavía más llamativo es lo sucedido en los hoy por hoy, grandes departamentos productores de hidrocarburos.En Tarija, los últimos cuatro años de bonanza han incrementado la sensación de desgobierno e ineficiencia en lugar de apuntalar una gestión interina y nueva para el Movimiento Al Socialismo en una Gobernación inédita. El baile de millones ha resultado contraproducente para un equipo que se mostró incapaz y cuyas consecuencias han pagado en primera vuelta sus aspirantes a sucesores.El caso de Chuquisaca merece también un análisis aparte, pues en este caso el gobernador Esteban Urquizu si ha optado a la reelección luego de atravesar el lustro más fructífero para el departamento. El conflicto con el megacampo Margarita y su supuesta conectividad se saldó a favor de los chuquisaqueños en 2012 y que en pocos meses vieron multiplicarse sus recursos vía regalías de forma exponencial. Ya convertido en el enésimo delirio petrolero, los anuncios de inversiones y descubrimientos siguieron acaparando titulares; el futuro se vislumbraba regio y Esteban Urquizu, tantas veces al pie del cañón en el conflicto con Margarita, se erigía como el hombre que consiguió llevar hasta Sucre los recursos tantas veces negados.Se las prometía muy felices cuando la revolución interna liderada por la dirigencia campesina, a la que también pertenecía, le movió el piso. Urquizu es hoy gobernador reelecto sin pasar por la segunda vuelta luego de anular el puñado de votos que recibió el FRI y que permiten elevar el porcentaje de los recibidos del 49 largo al 50 escaso. Con la plata y la victoria en el bolsillo, el problema le vendrá en los próximos meses si como parece, el cuestionamiento a la legitimidad se mantiene.