El G77 en las estrecheces de la diplomacia
La presidencia del G77 + China llegó de manos de Fiji y se la acabamos de pasar a Sudáfrica, es hora de hacer balance, y en el balance, como casi siempre, la figura de Evo Morales y su proyección internacional pesa más que lo que el lobby más numeroso (que no es lo mismo que poderoso) de la...



Aunque en 2011 la presidencia la ejerció Argentina, más o menos nada se sabía por estos lares de la existencia del mecanismo de coordinación. A Evo le entregaron una fecha clave, la del 50 aniversario, para hacerlo pesar en estos tiempos de reconfiguración del tablero internacional y multilateral, para que los países pobres o en desarrollo, que son el grueso de los que lo conforman, encontraran un nuevo espacio para alzar la voz.A los mecanismos de coordinación les pasa como a casi todo, que sin recursos no funcionan. Bolivia, en ese afán medio personalista medio justificado de ganar proyección internacional (por el tema Mar, por la ambición de Evo, por lo que sea) se ha permitido pagar dos cumbres internacionales, una macro en Santa Cruz y otra más modesta en Tarija, en el que se han puesto sobre la mesa planteamientos firmes (aunque no muy concretos por los casos de la diplomacia) sobre una forma nueva de gobernar el mundo, más horizontal, más soberana, más multi. 2014 ha resultado un año particularmente desagradable para la diplomacia mundial, porque apareció ISIS, porque Obama se empezó a despedir de la peor manera, porque Rusia y Putin recordaron que existen y porque la crisis del petróleo, de la que se acusa a EEUU y a Arabia Saudi, pero que perjudicará a Rusia y a Venezuela y beneficiará, sobre todo, a la vieja Europa del I+D y la energía renovable provocó un nuevo enroque del “sálvese quien pueda”. Las izquierdas siguen ganando elecciones en Latinoamérica, pero menos. Menos ganan y menos izquierda, Dilma Rouseff asume el cargo y recorta miles de millones en inversión social. Del G20 ni se habla.Seguramente habrá que esperar una segunda vuelta, y quizá algunos países empiecen a renunciar a su turno presidencial en el G77, o que el G77 (que agrupa a más de 130) mute de piel para que la constancia del liderazgo surta efectos. La presidencia de Sudáfrica puede consolidar el nuevo camino abierto, o retornar el grupo al ostracismo dentro de la nueva polarización. Sudáfrica es el país más importante del continente africano y hoy por hoy, consolidarse dentro del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) es su prioridad.