Análisis: A solas con el MNR
Pasó la tormenta y lo cierto es que ha llovido como nunca. El MNR ha hecho quizá el peor papelón en una campaña electoral de su octogenaria historia. Dividido, enfrentado, judicializado y disperso entre todos los partidos, el partido rosado apenas tendrá...
Si bien la sigla no está todavía en entredicho, pues se necesitan dos elecciones consecutivas, ahora mismo la propiedad del partido parece estar más en poder del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que de los militantes.
Todo empezó en un Comando Nacional en el que entre golpes, se prohibió el ingreso de quien ostentaba la jefatura nacional en aquel momento a la elección de renovación. Ese Comando eligió a Erik Morón, pero Johnny Torres lo denunció. El Tribunal Supremo Electoral ha dado la razón a Torres, lo que ha servido para que sus críticos todavía insistan más en su siniestro papel como líder funcional al MAS a la luz de los hechos del Beni (con la suspensión de Ernesto Suárez) y en Tarija (con el apoyo del MNR a la continuidad en el interinato de Lino Condori).
El Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz le ha dado la razón a Erik Morón, claro, que jugaba en casa. Torres se ha burlado de la sentencia dictada “por los logios” y adelantó que no tuvo derecho a la defensa, por lo que el Tribunal Constitucional posiblemente revoque esa sentencia. Sobre Morón pesa otra crítica: “Es el gonismo”.
Torres se fue con Tuto tras romper con Samuel Doria Medina. Morón se quedó con Unidad Demócrata donde casi todo cabía. Ni uno ni otro han logrado buenos resultados, pero aún, emenerristas reconvertidos a masistas, como el sinpar Francisco Navajas en Tarija parece que están sacando buenos resultados.
Torres, medio en broma medio en serio, señalaba el día que se rompió el Frente Amplio que el MNR no muere nunca y que las diferencias se superarían. También el operador de Morón en Tarija, Alfonso Lema, ha mentado una y mil veces la frase casi fundacional de Víctor Paz Estenssoro: “Primero la patria, luego el partido”.
Y aunque parece que en este embate ha habido mucho de personal, algo de partidario y no mucho de patria, las heridas pueden cerrarse aunque se llegara a los puños entre unos y otros.
Pasado el acervo electoral, unos y otros deberán sentarse a la mesa y mirarse a los ojos. Las elecciones departamentales están demasiado cerca (los acuerdos previos se borran tan pronto salen los resultados) y el MNR quiere seguir siendo.