Análisis: Evo contra sus fantasmas
Si ha sobrado euforia y ha faltado tiempo se decidirá en las próximas horas, pero en el tiempo que va desde las 16.00 horas hasta las 20.00, cuando se publiquen los primeros resultados, los fantasmas corren por todas las sedes del Movimiento Al Socialismo.



Las expectativas son muy altas y un mal resultado podría dar al traste con la estabilidad en el Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos (IPSP). El Gobierno se propuso ganar las elecciones con un 74 por ciento, deseo luego convertido en ganar en todos los departamentos. Beni, Santa Cruz y Tarija son los tres feudos más deseados, perder dolería pero además, un mal resultado en Cochabamba o Chuquisaca abriría una herida en canal.
El MAS optó por la vía de la euforia, por una campaña basada en los grandes logros trufando el proselitismo con entregas de obras de todo tamaño (hasta que se quebró lo de la Separadora) y anuncios de muchos millones de dólares (doble aguinaldo, computadoras, becas)… La pregunta en las encuestas de “¿Quién cree que ganará las elecciones del 12 de octubre?” ofrecía resultados hilarantes y las casas de apuestas apenas ofrecían otra alternativa a la victoria de Evo y más bien se centraban en averiguar por cuanto ganaría. Mucho músculo.
Sin embargo, en Bolivia hay muchos evistas y pocos masistas, o no tantos como se observaron en las grandes concentraciones de cierre de campaña en Tarija, Santa Cruz o El Alto. Muchos evistas, convencidos de que Morales seguirá en el poder, gustan de equilibrar las fuerzas sobre todo aquellos que sufrieron dictaduras o que nacieron directamente en democracia.
Cuando empezaba la jornada de hoy, Morales podía estar más preocupado por la elección de final de mes en Brasil, a tenor de las encuestas que dan ventaja al socialdemócrata Aécio Neves frente al Partido de los Trabajadores y que puede dar al traste con el sueño del “Estado Continente” que aparece marcado en rojo en el programa de gobierno para esta próxima legislatura que de los resultados de hoy, pero en estas horas de conteo los fantasmas sobrevuelan la habitación en la que descansa allá en su chaco chapareño.
Bajar del 64 por ciento sería un “masazo” para las aspiraciones y daría una pírrica victoria a la fragmentada oposición, que encontraría un clavo al que agarrarse para continuar la campaña de cara a las elecciones municipales y departamentales del próximo mes de marzo. “¿Pecamos de soberbia?”, la respuesta, en las próximas horas.