Fin de campaña, la suerte está echada
A horas del cierre, la suerte está echada. Casi contra todo pronóstico, el Gobierno decidió acatar el “silencio electoral” las próximas 72 horas, y aunque queda por ver hasta qué punto lo respetarán todos los partidos parece que todo está decidido. Después de una larguísima pre...



Las encuestas publicadas la última semana todavía han dado un amplio margen de indecisos, pero decantarse por uno o por otro dependerá poco de los detalles de los últimos días. A tenor de las mismas encuestas (Ipsos, Mori, Data, etc) dos son las dudas fundamentales que se resolverán el próximo domingo. La primera, si Evo Morales batirá su propia marca personal, fijada en el 64 por ciento. La otra, si la oposición logrará concentrar su votación en un solo candidato. De esto dependería una hipotética segunda vuelta.
A nivel departamental, las dudas son más. Hasta el momento los tres partidos grandes (MAS, PDC y UD) se proclaman por delante en intención de voto “atendiendo a nuestras encuestas, fiables” como decía en la mañana de ayer el alcalde Óscar Montes y principal valedor de Tuto Quiroga en Tarija.
Oposición dividida
Durante toda la campaña, el Partido Demócrata Cristiano de Tuto Quiroga y el de Unidad Demócrata de Samuel Doria Medina y Ernesto Suárez han reclamado la hegemonía de la oposición y han advertido sobre “los riesgos de dividir el voto”. Samuel Doria Medina llevaba meses preparando su candidatura. Tuto Quiroga apareció dos semanas antes de que se presentaran listas en julio. El “sueño” del frente amplio voló por los aires entre tanto ego.
Ambos eran conscientes de que dividir el voto era un error, pero ambos evitaron debatir incluso en el momento en el que lo tuvieron a tiro, como en el “debate” de la Asociación de Periodistas de La Paz en un domingo gris. En las últimas semanas, ambos han multiplicado su hostilidad, su guerra sucia y han reclamado para sí el voto disidente del oficialismo pero no han brindado un acto público para dirimir el liderazgo.
Tuto ha cargado en los últimos días contra Samuel señalando que “yo no represento los intereses de ninguna empresa” en clara referencia al magnate del cemento, pero no ha visto crecer sus expectativas de voto luego del impacto inicial, como se predijo entre sus seguidores al principio de la campaña. Samuel, por su parte, vio lastrada su carrera que empezó con fuerza y alegría a medida que digería el “50 y 50” que propuso en el sector de Hidrocarburos y que ha tenido que explicar durante todo el resto de campaña y sorteaba los audios en los que trataba de forma “poco presidencial” a la ex mujer de Jaime Navarro, candidato que tuvo que renunciar en medio del escándalo de malos tratos.
Incluso con videos didácticos, Doria Medina intenta explicar por qué es necesario votar por él, claro que usa como principal valor la posición que le otorgan las encuestas como segunda fuerza, encuestas en las que dice no creer cuando se refieren al amplio margen de victoria que conceden a Evo Morales.
El MAS contra sus fantasmas
La campaña del MAS ha sido más cómoda que en otras ocasiones. Las puertas se han abierto a su paso en todos los departamentos. Incluso ha brindado las más multitudinarias concentraciones en lugares hasta hace poco hostiles, como Tarija y Santa Cruz. Su lío con las listas y el descontento de sus bases campesinas, que se vieron fuera entre tanto tránsfuga y converso, parecen superadas aunque todavía está por ver como se lidiará en una Asamblea Plurinacional con la mayoría de sus miembros anclados en ideologías, como mínimo, poco progresistas. El voto cruzado es la amenaza. Si Evo es indiscutible, prácticamente todos los candidatos uninominales han sido cuestionados, especialmente en Tarija donde uno de ellos ha estado media campaña en prisión preventiva por un caso de corrupción con el Prosol.
Morales se fijó hace ya muchos meses atrás el 74 por ciento como objetivo, el mismo está lejos de lo que dicen las encuestas aunque los analistas Hugo Moldiz y Rodrigo Ayala advierten que “siempre ha sacado 10 por ciento más de lo que se dice, fundamentalmente por el peso del MAS en el área rural, donde las encuestadoras no llegan". Su último reto es ganar en los nueve departamentos. Hoy lo ha proclamado en su último baño de masas en La Ceja de El Alto y en esa coyuntura, sólo Tarija y Beni parece que están en disputa.
Tarija en la encrucijada
De la campaña en el Beni se ha encargado personalmente el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, desde que las inundaciones de enero hicieron naufragar las posibilidades de teñir el mapa azul y blanco. De Tarija, la responsabilidad no ha dejado de pasar de mano en mano.
La campaña en Tarija empezó sin jefe y todavía nadie ha asumido la responsabilidad de las listas electorales, con Milcíades Peñaloza, Francisco Navajas, Lino Cárdenas, Ignacio Soruco y muchos otros alejados del aparato como buques insignia. Luego asumió el ministro de Hidrocarburos Juan José Sosa, pero unas semanas más tarde una comisión conformada por el propio Milcíades, Marcelo Poma, Fátima Pacheco y otros afines a la Gobernación (inicialmente fuera de la partida) tomaron el rumbo. En el oficialismo hay expectación y las encuestas no les dan malos resultados, posiblemente el mismo 12 de octubre se sepa quien elaboró de verdad las listas para bien o para mal.
Lo más conveniente para el MAS en Tarija ha sido precisamente la división opositora, más acentuada que en otros departamentos por el arrastre que tiene el alcalde Óscar Montes y su poderosa agrupación UNIR (15 años gobernando el municipio con puño de hierro) que se ha sumado al PDC junto a los militantes emenerristas que aún reconocen a Johnny Torres como jefe nacional. Esto, unido a la indefinición inicial de “los padrinos de la autonomía”, es decir, los jefes de Camino al Cambio, Adrián Oliva y Motete Zamora que sólo al final han decidido darle respaldo a Unidad Demócrata, han fomentado un escenario disputado.
De los resultados del 12 de octubre, y de cómo lo digieran cada uno de los partidos, dependerá y mucho como se configuren las opciones de cara a la elección departamental y municipal que parece serán el 1 de marzo de 2015 (el TSE no ha confirmado).
Un mal resultado del MAS dejaría tocado a los pilotos de esta campaña y el grupo marginado volvería a tomar las riendas. Un mal resultado para el PDC dejaría en un mal lugar al alcalde Montes, quien en los últimos días ha ido deslindando responsabilidad sobre los resultados a nivel departamental: “lo que nos toca es aquí, en la ciudad, donde ganamos seguro” afirmó en Radio Fides trufando sus comparecencias con sospechas de fraude. Una coyuntura diferente se viviría en el recinto de Unidad Demócrata, donde un mal resultado abriría batalla entre Unionistas, Demócratas y los últimos en llegar, sin contar el papel que podría tener Wilman Cardozo en el futuro, teniendo en cuenta que ha hecho la campaña en soledad en el Chaco y se auguran buenos resultados.
La suerte está echada para esta especie de primaria en la que los partidos han intentado convertir la elección nacional del 12 de octubre.