Una semana más
Para los estrategas políticos de medio mundo, la última semana es la única que, de verdad, es decisiva. Muchos de los magos del marketing político se guardan para estos últimos siete días las mejores propuestas, aunque también los mejores ataques. Un último debate o un anuncio sin...
En campañas más sucias, se guarda el último golpe, el gol por la escuadra, el audio secreto que quiebra al oponente… Esta campaña no ha sido excesivamente sucia, todo depende de con que se compare, quizá demasiadas maquinarias en marcha que no han enganchado a casi nadie, porque la gente no es tonta. Los resultados de las últimas encuestas unido al fiasco del debate presidencial que no fue han acabado por reflejar la sordidez de la realidad a más de un candidato, ya cansado, fatigado y más concentrado en explicar su futuro a partir del día siguiente de la elección que de mantener un brillo campañero que se diluyó con el paso de las semanas. Ni la lengua viperina ni el baile de millones han acabado de mover a casi nadie de sus posiciones. Si Bolivia es conservadora o revolucionaria en estos albores del siglo XXI lo juzgará la historia, lo que es seguro es que el próximo lunes unos volverán al trabajo, otros a la calle y otros a la escuela.El editor@lamanodelmoto