Separadora, del hidrocarburo a la petroquímica
Jesús CantínLa Mano del MotoPor las cosas de la campaña, la inauguración de la planta Separadora de Líquidos del Gran Chaco (en pruebas) el próximo 26 de septiembre quedará deslucida y estigmatizada para unos frente a los otros, que tampoco reflexionarán demasiado sobre la trascendencia...
La planta de Yacuiba es la primera de magnitud. Con capacidad de procesar 30 millones de metros cúbicos de gas al día, se garantiza aprovechar al menos la mitad de los licuables que se producen en el país y que hasta la fecha van gratis a la Argentina contenidos en los 16 millones de metros cúbicos que se exportan allí al día.Con la puesta en marcha de la planta de Río Grande, se procesa una sexta parte de los poco más de 31 millones de metros cúbicos que se envían al Brasil. Para darse cuenta de la magnitud, sólo por esa sexta parte que se remitió entre 2007 y 2013 (desde que se firmó la adenda hasta que se puso en marcha la planta) Brasil ha cancelado 534 millones de dólares por los licuables asociados al gas (100 millones de dólares por el año 2007 y 434 millones de dólares de 2008 a 2013). El presidente Evo Morales ha cifrado en mil millones anuales las utilidades de la Separadora de Gran Chaco, un negocio millonario sin precedentes.Tarde pero llegaLa planta llega tarde, sí. Más de medio siglo después de cuando se habló por primera vez de la petroquímica en el Pacto Andino. Más tarde de lo que previó en 2006 el entonces ministro de Hidrocarburos Andrés Soliz Rada y que se puede considerar el primer intento en serio. En aquel momento (junio de 2006) se preveía financiación argentina y no incrementar los volúmenes de exportación hasta que la planta estuviera totalmente acabada. Han pasado varios años, varios problemas, se han cambiado gran parte de los acuerdos iniciales… pero ha llegado. Tarde pero llega.Llega en un momento electoral, pero que no puede eclipsar las urgencias de familiarizarse con los conceptos petroquímicos, polí|meros, etanos, licuables, etc, etc, etc y también de fortalecer una estructura adecuada. El calendario está claro para Tarija: 2014 planta separadora de líquidos, 2018 plantas de propileno y polipropileno y 2022 plantas de etileno y polietileno. El mayor complejo petroquímico del país. Lo que no está tan claro es la estructura en la que se apoyará.Estructura para el desarrolloEl vicepresidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) Luis Alberto Sánchez, duda. “YPFB desarrollará la petroquímica hasta que la EBIH tenga espaldas suficientes” señaló a pregunta de este medio. YPFB participa del directorio de la Empresa Boliviana de Industrialización de Hidrocarburos (EBIH), que a la fecha cuenta con un director gerente, Amado Montes, y escaso personal administrativo y técnico. Insuficiente, como se preveía, para abordar la licitación de los grandes proyectos que deben meter a Bolivia de lleno en el siglo XXI, el reto es hacer crecer la EBIH sin que se contamine por los vicios recurrentes en otras empresas públicas.La Planta Separadora, al igual que marca un cambio de ciclo de la exportación a la industrialización, también supone un cambio de rubro. Es el último eslabón. Lo que salga de la planta aún es hidrocarburo, pero su posterior transformación ya no tiene nada que ver con la especialidad de Yacimientos sino que entra en el campo de la química, de la EBIH, y eso debería incluir desde la gestión de contratos de exportación hasta los estudios de mercado.ttttttAmado Montes es un técnico de primer nivel, no de los que pelean protagonismo. De momento se mueve en la firma de convenios con gobernaciones y cámaras de industrias de todo el país para que promuevan proyectos de industrialización secundaria, es decir, lo que concretamente se refiere a la producción de plásticos en si con las resinas que saldrán de las plantas petroquímicas que se nutrirán con el etano y el propano obtenidos precisamente por la Separadora. Otro escalón que no se debe descuidar.Ojo con las regalíasEl otro dilema es el de las regalías. Al mismo tiempo que se cambia de matriz hay que cambiar de mentalidad, pasar de las regalías a los dividendos, pero eso no exime de cumplir con lo dispuesto en la Constitución y en la Ley de Hidrocarburos vigente. Las regalías se pagan sobre todo lo efectivamente pagado por lo extraído del pozo, así fuera agua vendible. En ese sentido, los cívicos del departamento recuerdan que las propiedades del gas separadas tendrán un valor independiente (el contrato con Argentina es por gas seco, por lo que seguirá pagando lo mismo). El etano y el propano, así sean utilizados en la planta petroquímica de YPFB, igualmente tendrá que tener un valor sujeto a regalías.Waldemar Peralta, cívico departamental, también señala que se debería tomar en cuenta un nuevo precio de gas para la industrialización, diferente al de consumo interno que establecen las distribuidoras (Emtagas en el caso de Tarija), aunque este criterio es discutido y no compartido por todas las instituciones que creen que puede perjudicar la industrialización de Tarija.Lo cierto es que el malestar es generalizado en Tarija por la decisión de no pagar regalías sobre los 534 millones de dólares pagados por Petrobras por los licuables exportados en base a un decreto supremo (inferior a la Ley). Perjudicar la apuesta del desarrollo por un tema de regalías mal consensuado sería un error de consideración.El otro tema pendiente, que en este caso debe resolver el departamento de Tarija, es el rol que quiere tomar en el paquete accionario de unas y otras. El presidente Evo Morales y el presidente de YPFB Carlos Villegas han abierto las puertas en demasiadas ocasiones.
Hidrocarburos para no olvidar
La mitad del gas aún no se separa. Con Río Grande (6 Millones de metros cúbicos) y Gran Chaco (30 millones de metros cúbicos) todavía se comercializa la mitad del gas sin separar sus componentes que lo enriquecen por encima de las necesidades. Un lujo que no nos podemos permitir.Tomando en cuenta que la primera planta ha tardado casi siete años, problemas burocráticos y escándalos de corrupción y asesinatos incluidos, la decisión de ampliar o construir otra planta no puede demorar demasiado.Si bien el contrato con Brasil, que vence en 2019 y todos los candidatos en liza apuestan por la renovación, los términos todavía no se han consensuado en el país. El complejo petroquímico armado por Brasil al otro lado de la frontera seguirá dependiendo del gas boliviano, una circunstancia que no debe minimizarse de cara a las negociaciones.