Israel expandió la guerra a Líbano. ¿Por qué ahora acepta un alto al fuego?
El gabinete de seguridad israelí aprobó ayer la propuesta de Estados Unidos tras atacar Beirut. El pacto pondrá fin a catorce meses de conflicto.
¿Qué tienes que saber?
Israel ha aceptado un alto al fuego con Hezbolá en Líbano. El pacto incluye un período de 60 días para que su Ejército abandone el sur del país y la milicia chií traslade su armamento pesado al norte del río Litani. Pasado ese plazo, el Ejército libanés se desplegará en la zona vaciada.
El acuerdo garantiza la libertad de acción de Israel en Líbano. Tel Aviv exigía un pacto que le permitiera actuar militarmente para responder a un ataque o ante la existencia de una amenaza inminente, como un rearme de Hezbolá cerca de la frontera. Además, Estados Unidos presidirá el comité de seguimiento del acuerdo.
El pacto se produce tras la orden de arresto de la Corte Penal Internacional contra Benjamín Netanyahu. El tribunal ordenó la detención del primer ministro israelí por crímenes de guerra en Gaza. Esto obliga a los países miembros de la CPI a detenerlo si pisa su territorio. Entre ellos, se encuentran los Estados de la Unión Europea.
La ultraderecha israelí se ha opuesto al alto al fuego. El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, lo calificó de «grave error» y pidió no parar los combates en Líbano hasta erradicar a Hezbolá. Pese a ello, esta vez no amenazó con abandonar el Gobierno.
¿Por qué es importante?
Netanyahu es uno de los grandes interesados en el alto al fuego. Aunque su idea era expandir la guerra de Gaza, el Ejército israelí está desgastado por sus operaciones en ambos frentes. Un conflicto prolongado en Líbano le obligaría a acelerar el reclutamiento de los judíos ultraortodoxos, uno de sus socios clave en el Gobierno.
A Netanyahu tampoco le conviene cabrear a Estados Unidos. El líder israelí no quiere aumentar la tensión tras la orden de arresto de la CPI. Con este pacto, busca reconducir su relación con el presidente Joe Biden y evitar que adopte medidas contra Israel en el final de su mandato. También le permite ganar tiempo antes de que vuelva Trump.
Este acuerdo es un pequeño éxito para la Administración Biden. El mandatario estadounidense buscaba algún logro que maquillara su legado internacional. El pacto en Líbano es su mayor hito diplomático en Oriente Próximo desde el inicio de la guerra en Gaza. Washington quiere que sirva como catalizador para un alto al fuego en la Franja.
Hezbolá e Irán también anhelaban este alto al fuego. La milicia había quedado muy debilitada tras la operación de Israel contra su cúpula en septiembre. Teherán necesita esta tregua para rebajar la escalada regional con Israel y recomponer las capacidades de su aliado proxy.
¿Qué cabe esperar?
El alto al fuego en Líbano no implicará un cese de las hostilidades en Gaza. Israel aprovechará la tregua con Hezbolá para concentrar sus esfuerzos en la Franja. Con la llegada de Trump, es probable que el Gobierno israelí acelere sus planes para vaciar y colonizar el norte de Gaza, que es una demanda de los ministros de ultraderecha.
El acuerdo entre Israel y Hezbolá tampoco garantiza un alto al fuego duradero en Líbano. El regreso de Trump a la Casa Blanca podría persuadir a Tel Aviv para reanudar los combates. Del mismo modo, es difícil que el débil Ejército libanés impida a Hezbolá volver a trasladar armas y combatientes al sur del río Litani, como sucedió tras la guerra de 2006 entre la milicia e Israel.
Aunque le convenga, el pacto plantea riesgos para Netanyahu. Primero, alimentará las tiranteces con sus socios ultraderechistas, que desean eliminar a Hezbolá. También aumentará la presión de los israelíes del norte para regresar a sus casas cuanto antes. Asimismo, los opositores pedirán un pacto con Hamás para liberar a los rehenes.
Entretanto, Netanyahu aprovechará la orden de la CPI para desacreditar el derecho internacional. El primer ministro israelí alegará que sus cargos no son contra él, sino contra Israel. El respaldo de Estados Unidos le ayudará a erosionar las instituciones internacionales liberales y, con ello, a legitimar sus planes en Gaza.