Musk le pasa factura a Trump
El empresario busca meterse en la Casa Blanca y rentabilizar su apoyo de 120 millones a la campaña del republicano
Si se contabiliza el tiempo que le dedicó durante el discurso de la victoria, Donald Trump está mucho más enamorado de Elon Musk que de su esposa Melania.
A ella le dedico menos de un minuto. En cambio, los elogios al empresario más rico del planeta, al que definió como un “súper genio” fueron constantes. Fue de quien más habló en West Palm Beach.
“Ha nacido una estrella”, sostuvo imitando el vuelo de un cohete de SpaceX y elogió el sistema de satélites de comunicación Starlink, con el que “salvó vidas” después del huracán Helene en Carolina del Norte.
Nada de lo que dice Trump es gratuito, aún menos en esta ocasión. Calificado como “candidato en la sombra” o descrito como el hombre (no electo) más poderoso de todos los tiempos, Musk, de 53 años, se ha implicado de una manera inédita, sin precedentes entre milmillonarios o jefes de grandes negocios.
Su aportación a la causa de 120 millones de dólares no parece que se deba solo a que encuentre satisfacción danzando como un adolescente en los actos de campaña.
Velar por la inversión del gobierno en sus empresas, evitar el control y frenar a los rivales, metas de Musk
Nadie duda de que su ascenso al pináculo del poder no es por altruismo. El ecosistema del trumpismo se congrega en su red social X, donde ha dado rienda suelta a todas las mentiras imaginables con las que ha contribuido al regreso de Trump. “Ahora tú eres los medios”, dijo el presidente electo.
Al día siguiente de la votación, las acciones de Tesla subieron casi un 15%, lo que supuso incrementar 15.000 millones el valor de los títulos de la empresa de coches eléctricos. Su otros negocios también se vieron propulsados y la cuenta de Musk ganó 26.500 millones esa jornada. Gran parte de su fortuna de 285.000 millones se debe al vínculo con el Ejecutivo.
Sus ambiciones galácticas, sin embargo, van mucho más allá e implican a las seis compañías que atesora, con las quiere colonizar la Tierra y el espacio. Este entramado puede crear conflictos de intereses a una escala épica.Todo indica que a Trump esto no le va preocupar, ni tampoco ordenará que el departamento de Justicia siga su huella.
Musk ya ha formulado una petición. Quiere que la administración Trump contrate a empleados de SpaceX como altos cargos gubernamentales, incluido el departamento de Defensa uno de los principales clientes de la empresa, según The New York Times .
Esta solicitud es una señal de los beneficios que espera obtener por su apoyo electoral. Muestra cómo Musk, sin ningún escrúpulo, busca colocar a gente de su confianza en el ejecutivo pese a que los miles de millones que recibe del gobierno (cohetes para la NASA, satélites y comunicaciones) colisionan con el mismo gobierno.
Tesla también se lleva cientos de millones de dólares con los créditos del comercio de emisiones creados por la regulación federal. Y espera resolver de una manera satisfactoria para él la veintena de investigaciones abiertas por la administración, incluida la centrada en los coches autónomos, sobre sus empresas.
En estos casos podrá más que susurrar al oído del presidente.
Si Trump cumple la promesa que le hizo al darle su apoyo, creará a su medida una comisión de eficiencia desde la que el propio emprendedor tendrá en sus manos una herramienta para recortar dos billones de dólares en gastos. Esto le permitirá perjudicar a competidores y liberarle a él de su gran vigilante, las agencias federales.
Esa oficina de revisión del gasto federal que crearía la Casa Blanca le daría la potestad de elegir a los responsables de las agencias que controlan sus negocios, entre estas la Comisión de Mercados y Valores (SEC) y la Comisión Federal de Comercio (FTC), con las que ha tenido numerosos conflictos, en especial con operaciones en Tesla.
De momento ya hay algo certificado. Trump, que era enemigo del vehículo eléctrico, se reconvirtió desde el momento en que Musk se puso a su lado y sostuvo que “debemos hacerle la vida fácil a la gente inteligente”. No parece que, en contra de lo que afirmó en su día, vaya a eliminar el crédito fiscal de 7.500 dólares para abaratar el precio de los coches eléctricos. Además, los aranceles a los vehículos chinos, su peor rival, eliminarían la competencia de Tesla.
Don jr. publicó en X una imagen de la familia Trump tras la victoria. Ahí estaba Musk y clamaba la ausencia de Melania.