¿Quién ha ganado el debate Trump-Harris?
La vicepresidenta pone al expresidente a la defensiva y se perfila como ganadora del match por puntos
¿Quién ha ganado en el debate electoral entre Donald Trump y Kamala Harris? Si la victoria de un debate se mide por la capacidad de uno de los candidatos para poner al contrario a la defensiva y alterar el guion de su intervención, Harris sería la ganadora. Le habría sacado unas centésimas al rival, algo muy importante en una carrera a la Casa Blanca que se decidirá por solo unos miles de votos. La vicepresidenta, consciente de que ella se jugaba mucho más que el ex presidente en el debate, se propuso desde el primer momento desconcertar al adversario. Y lo consiguió nada más empezar cuando cruzó el estrado para saludar y dar la mano a un sorprendido Donald Trump.
Kamala Harris ha sido en esta campaña una candidata poco conocida, esquiva, alérgica a las entrevistas. Poco definida. No ha querido concretar sus políticas y en algunas áreas en las que no controla, la economía, se ha movido con incomodidad, con vaguedades. En este debate, probablemente el último antes del 5 de noviembre, quedaba la duda de si la personalidad política de Harris la iba a definir Trump con sus ataques o ella iba a asumir algún papel que la iba a caracterizar para el resto de campaña. Y cumplió. Esta madrugada, Harris ha sido la fiscal de carrera que se ha enfrentado al delincuente, al hombre que en su marcha hacia la Casa Blanca ha alternado las promesas electorales con un rosario de problemas judiciales.
Harris no solo le ha recordado a Trump su ajetreada vida judicial y política. También ha seguido el guion que marcó hace unas semanas su candidato a la vicepresidencia, Tim Walz, de considerar a su contrincante como una persona rara (weird). Cuando en uno de los momentos culminantes del debate Donald Trump habló de que en Springfield (Ohio) los inmigrantes se comían a las mascotas de los vecinos, Harris respondió de la mejor manera que podía hacer: con una carcajada. [La afirmación de Trump es una falsedad que circula por las redes desde hace meses y así se lo hizo notar uno de los moderadores del debate].
La candidata demócrata enfadó a Trump cuando dijo que en sus actos electorales había poca gente y que la que acudía se marchaba exhausta y aburrida. Fue convincente cuando habló del aborto, sacó a colación las contradicciones del candidato republicano en este aspecto y recordó que alguien que tiene tantas causas pendientes con la justicia a causa de las mujeres no puede defender sus derechos reproductivos. También fue sólida en sus ataques contra Trump y la defensa de la democracia, al resaltar el elevado número de altos cargos que han abandonado su administración por su conducta.
De los cuatro temas que centran estas elecciones (economía, inmigración, aborto y democracia) Harris fue mucho menos convincente en lo que se refiere a la economía. Trump defendió en el debate su política de aranceles, y cuando Harris le reprochó que esto iba a encarecer el consumo de los americanos, Trump le recordó que Joe Biden había mantenido su política en este ámbito.
Trump estuvo en el debate mucho más nervioso de lo que acostumbra a estar. Pero eso no va a mermarle el apoyo con el que llega a las últimas semanas de la carrera electoral. Sus partidarios se lo perdonarán y ahora mismo las redes sociales que le son fieles rugen al afirmar que la suya ha sido una gran victoria. Sus bases son más sólidas.
Harris, por el contrario, tiene una base mucho más volátil. Ha visto como se desvanecía en los últimos días la euforia que marcó su nominación en la Convención Demócrata de Chicago. La ligera ventaja que tenía sobre Trump ha desaparecido y llegaba al debate muy ligeramente por detrás del republicano en intención de voto. Con el debate de esta noche, Harris ha aguantado el golpe y se mantiene viva en la campaña.