Diputados de Bukele autorizan a la Asamblea entrante a modificar la Constitución a placer
Los diputados que comenzarán su mandato este 1 de mayo solo deben ratificar la reforma al artículo 248 que fue aprobada este lunes 29 de abril con 66 votos.
El primer día de trabajo de la nueva legislatura, este próximo 1 de mayo, los diputados del presidente Nayib Bukele tendrán el poder de hacer cambios constitucionales a su antojo, todas las veces que quieran, gracias a una movida de última hora del bloque de diputados oficialistas que terminan su mandato este martes 30 de abril tras haber sido fieles a las órdenes de la Presidencia durante tres años. Aprobar que Bukele compita para la reelección en la Presidencia de forma indefinida estará en las manos de los fieles diputados del mandatario que tomarán sus cargos en un par de días.
Con dispensa de trámite, mecanismo para acelerar proceso de formación de ley usado frecuentemente en esta legislatura, la reforma fue aprobada con 66 votos este lunes 29. Este cambio habilita a la Asamblea entrante, por mencionar apenas unos ejemplos, a cambiar la manera en que se gobierna el país, autorizar a Bukele para que se reelija en la Presidencia de manera indefinida, alargar la duración de los períodos de cualquier funcionario en el poder o suprimir derechos ciudadanos.
Fiel al estilo que les caracterizó desde 2021, los diputados del oficialismo y sus aliados reformaron de manera sorpresiva uno de los artículos más importantes de la Constitución vigente desde 1983 y que, según el mismo documento, no debía ni podía modificarse: el artículo 248, que establece las reglas para cambiar la Constitución.
El artículo establecía que para que un cambio en la Constitución entrara en vigor se necesitaba que una legislatura aprobara la reforma y luego —con una elección popular de por medio— que una segunda legislatura ratificara los cambios.
Según jurisprudencia de la Sala de lo Constitucional, era obligatorio que los candidatos a diputados que pretendieran hacer lo que los bukelistas han hecho promocionaran las reformas constitucionales en juego para que la población tuviera la potestad de elegir si querían esos cambios. Eso obligaba a que, bajo las reglas que los diputados han pasado por alto este día, primero unos candidatos promocionaran sus intenciones reformistas de la Constitución, luego ganaran electoralmente la mayoría para hacerlas durante su periodo y esperaran a que la siguiente legislatura las ratificara para que entraran en vigencia.
La reforma de este lunes, por el contrario, habilita a que una sola legislatura apruebe y ratifique los cambios “con el voto de las tres cuartas partes de los diputados electos”. Bukele, que contará con el 95 % de los escaños en la Asamblea, podrá alterar la Constitución en cuestión de horas a partir del 1 de mayo. Los diputados que comenzarán a trabajar el 1 de mayo solo deben ratificar la reforma al artículo 248.
En teoría, los diputados que aprobaron la reforma este lunes debieron haber ofrecido a los votantes esa propuesta como parte de su plataforma electoral en la campaña entre octubre de 2023 y febrero de 2024. Pero no hubo nada al respecto. “Esta Asamblea ya no podía aprobar ningún acuerdo de reforma a la Constitución”, dijo Gabriela Santos, abogada y directora del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana (Idhuca), en alusión a las sentencias de la Sala de lo Constitucional que prohibió la aprobación de cambios constitucionales en los días previos a la asunción de una nueva legislatura, y máxime si esos cambios no habían sido propuestos en campaña.
Y para ello es clave recordar que, saltándose las reglas del Codigo Electoral, los mismos diputados de Bukele que este lunes dispusieron a su antojo de la Constitución, reformaron las elecciones recién pasadas al reducir de 84 a 60 los escaños legislativos bajo un cálculo que solo podía beneficiarlos. En efecto, Bukele logró 54 de los 60 diputados en las elecciones del 4 de febrero pasado.
La diputada del partido Vamos, Claudia Ortiz, que seguirá en la Asamblea a partir del 1 de mayo, criticó la acción: “Nos rige el antojo y el capricho de un grupo que está en el poder. Se están autorecetando poder”.
En la práctica, como dijo el diputado de oposición Jhonny Wright, de Nuestro Tiempo, “se le dará, por primera vez en nuestra historia, poder constituyente a una Asamblea sin el respaldo directo de la población para ese fin'. Según dijo el diputado, se le quitó a la población la posibilidad de rechazar o defender cambios a la Constitución porque ahora los únicos que decidirán son los diputados. Y podrán hacerlo en una sola sesión plenaria si lo desean. Wright fue más allá: 'Podría ser que sean tan agresivos como para presentar una nueva constitución el mismo primero de mayo. Creo que van a ser bastante disruptivos'.
“Yo tengo muchas reformas que me gustaría que se implementaran. Pero es importante que sean los salvadoreños los que propongan qué es lo que necesitan, qué es lo que quieren”, dijo en el momento de la aprobación la diputada oficialista Alexia Rivas.
El youtuber y exmagistrado del Tribunal Supremo Electoral, Walter Araujo, había comenzado a esparcir los rumores de la inminencia de las reformas constitucionales desde el 18 de marzo pasado a través de su programa. Araujo, que no pudo competir en las elecciones como candidato a diputado del partido de Bukele por un proceso de expresiones de violencia contra la mujer que tenía vigente, enlistó lo que a su juicio eran reformas imprescindibles del sistema político, entre ellas la reelección indefinida: “Hay que regular, de una vez por todas, el tema de la reelección presidencial, iniciar un nuevo ciclo de ejercicio de la Presidencia y dejarlo plasmado con toda claridad: 1, 2, 3 o hasta que la gente quiera”. También habló de que había que extender el plazo de funciones de diputados y alcaldes, eliminar el financiamiento a los partidos políticos para campaña electoral, legalizar las candidaturas independientes o transformar el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Los diputados del partido oficial Nuevas Ideas no profundizaron en las razones detrás de esta inédita reforma. También pretendieron disminuir la relevancia del cambio que hicieron. “No le estamos quitando nada a la Constitución”, dijo Christian Guevara, jefe de fracción de Nuevas Ideas que estuvo entre los diez diputados que firmaron la pieza de correspondencia que entró a la Asamblea ya cuando la sesión plenaria había comenzado. “Presentamos esta reforma a la Constitución para añadirle rigidez, no estamos quitándole nada al artículo, sino añadiéndole un candado más”, dijo la diputada Ana Figueroa, aunque las reformas hacen todo lo contrario: quitar el candado que impedía a la asamblea entrante modificar a placer la Carta Magna.
Según los diputados, el hecho de añadir la opción para que una misma legislatura apruebe y ratifique un cambio constitucional es haberle añadido un candado debido a que la segunda votación debe ocurrir con las dos terceras partes, es decir, con al menos 45 de 60 diputados. Su partido tendrá 54 escaños.
El punto no aparecía en la agenda de la sesión plenaria programada para este lunes. Rodrigo Ayala, diputado de Nuevas Ideas, interrumpió el desarrollo de la sesión para solicitar una modificación de agenda para que la pieza de correspondencia se conociera y se aprobara con dispensa de trámites. Es decir, sin discusión previa.
Hasta ahora, a pesar de la certeza que existía en el mundillo político sobre lo ineludible de la reforma constitucional de Bukele, la manera en cómo se materializaría era un enigma. Desde 2020, el gobierno había puesto en manos del vicepresidente Félix Ulloa la reforma a la Carta Magna, pero el documento que resultó de ese ejercicio fue engavetado por Bukele en septiembre de 2021.
En dicho documento, el cambio propuesto para el artículo 248 establecía que la ratificación de un cambio constitucional iba a ser mediante referéndum popular.
Parece que esa propuesta de Ulloa fue desechada y el bukelismo optó por una vía mucho más expedita. Lo mismo ocurrió con la reelección de Bukele, que fue aprobada por otra vía, utilizando a los magistrados de la Sala de lo Constitucional impuesta por los diputados del presidente en su primera sesión como legisladores tras su victoria en las urnas en 2021. Aquella movida de los magistrados impuestos ilegalmente por el bukelismo le valió al presidente el episodio más tenso con la Embajada de Estados Unidos, cuando la encargada de negocios de esa representación, que en ese momento dirigía la oficina diplomática, comparó a Bukele con el expresidente venezolano Hugo Chávez.
En la historia salvadoreña, muchos cambios constitucionales que propuso una legislatura fueron bloqueados por los diputados de la siguiente Asamblea, debido precisamente al procedimiento que dictaba el artículo 248. En algunos casos, se usó el mismo método que usaron esta vez los diputados de Bukele: aprovechar las semanas entre una elección y la toma de posesión para promover reformas aprovechando la configuración favorable de la Asamblea venidera.
El 30 de abril de 2005, por ejemplo, la Asamblea aprobó una reforma constitucional que prohibía el matrimonio civil entre personas del mismo sexo, pero el cambio en la Constitución no entró en vigor debido a que la legislatura 2006-2009 no ratificó ese acuerdo que había propuesto el diputado del PDC Rodolfo Parker.
Ruth López, abogada de la organización Cristosal y experta electoral, interpretó la reforma como un acto que ignora a la ciudadanía. “Lo que pretenden (Nuevas Ideas) es hacer reformas aceleradas y a la medida. Sin que pase por el control de la ciudadanía. Ellos dicen que es en nombre del pueblo, pero eso es parte de una retórica populista, siempre van a decir que es en nombre del pueblo aunque este no sepa lo que le está decidiendo”, declaró.
“Esta reforma se hizo sin proceso, sin estudio previo, a días de finalizar la actual legislatura. En realidad, se trata de cuestiones insólitas de cómo se abusa de la dispensa de procedimientos, de que se quieren aplicar argumentos no válidos para esta reforma, haciendo parecer que no se está tocando nada terrible, pero que abre el camino a lo que se quiera”, dijo Gabriela Santos, del Idhuca.
A la hora de la votación, 16 diputados de oposición levantaron sus manos para votar en contra pero ya no había nada que hacer. Los diputados de Nuevas Ideas aprobaron la enmienda y comenzaron, uno a uno, a ponerse de pie. Así, a las 3:29 de la tarde, entre aplausos, se aprobó reformar el artículo. Hubo gritos de 'Nuevas Ideas, Nuevas Ideas', el nombre del partido que Bukele ha prometido instaurar como partido único. Un minuto más tarde, el presidente Bukele publicó un escueto tuit en su red social X: publicó la imagen de un peón de ajedrez.