La OTAN le recuerda a EE.UU. que su suerte está vinculada a Europa
La OTAN celebra su 75 aniversario con el temor a una división interna
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) celebró ayer en Bruselas el 75 aniversario de su fundación. Entonces estaba integrada por doce miembros. Ahora son treinta y dos. Los últimos en entrar han sido Suecia y Finlandia. Y el que podría ser el número 33, Ucrania, se mantiene a la espera. La Alianza sopló ayer las velas con la advertencia de que es necesario mantener unidad y con la conciencia de que Estados Unidos y Europa se siguen necesitando mutuamente.
La Alianza se firmó en un mundo distinto al actual y fue ampliando sus miembros a medida que también avanzaba la guerra fría, su gran razón de ser. Pero cuanto más arreciaban las acusaciones de ser una organización que ya no tenía rumbo, la guerra de Ucrania ha supuesto un giro drástico para la organización. Ha admitido a dos países históricamente neutrales con lo que todo el norte de Europa dentro de la organización.
La Alianza celebra su 75 aniversario con la mirada puesta en el futuro del conflicto de Ucrania
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, pidió a los aliados que se preserve la unidad con el mensaje de que Estados Unidos y Europa, si se alían, siempre son más fuertes. “Los aliados europeos aportan ejércitos de categoría mundial, una vasta inteligencia que funciona y una influencia diplomática única que multiplica el poderío norteamericano”, dijo. Como consecuencia, Estados Unidos “tiene más amigos y más aliados que ninguna otra gran potencia”.
“No creo en Estados Unidos solo –siguió el político noruego–, igual que no creo en una Europa sola. Creo en Estados Unidos y Europa juntos en la OTAN, porque juntos somos más fuertes y estamos más seguros”, defendió Stoltenberg en el que será, previsiblemente, su último aniversario como secretario general.
Jens Stoltenberg también recordó el papel de la alianza no solo en los años de la guerra fría, con la crisis de los misiles cubanos de 1962 o la caída del Muro de Berlín en 1989. También destacó su papel durante “los brutales conflictos étnicos en los Balcanes”, en referencia a su intervención en Serbia en 1999 para evitar un genocidio en Kosovo, como se argumentó, pero que no siempre fue bien entendido. Más tarde, con los ataques del 11-S del 2001, se activó por primera vez el Artículo 5 de defensa colectiva. En memoria de aquel suceso, hay un trozo de las torres gemelas en la nueva sede de la organización, en Bruselas.
El ucraniano Kuleba reclama mas sistemas de defensa anti misiles ante la fuerte presión rusa
La ceremonia se celebró en la sede de la OTAN, en la que no faltó una tarta de chocolate con el logo de la organización y el Tratado de Washington original, que por primera vez viajó expresamente desde la capital norteamericana hasta Bruselas, escoltado y fuertemente vigilado. También contó con la música de las orquestas reales de las Fuerzas Aéreas belgas y de la marina neerlandesa, que hicieron sonar el himno de la Alianza. Antes, homenajearon a los caídos en misiones de la OTAN.
Pero la celebración fue comedida, con una guerra en Europa desde hace dos años, y con la advertencia de que este conflicto supone una amenaza existencial para el continente, tampoco había excesivo margen para grandes fastos. Ucrania espera paciente su turno desde hace años, con la esperanza de tener una invitación formal para la que aún no hay fecha. La falta de preparación según los estándares de la Alianza y el evidente conflicto actual hacen que sea difícil.
Ucrania y otros países cercanos esperan que en la cumbre de julio en Washington se materialice este acercamiento. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se mostró confiado en que el país “será miembro de la OTAN”. “Nuestro objetivo es que en la cumbre se cree un puente para su ingreso”, apuntó. Los ministros de Exteriores se reunieron ayer en el Consejo OTAN-Ucrania, al que acudió su homólogo ucraniano, Dimitró Kuleba, que pidió más sistemas de defensa antimisiles Patriot (norteamericanos) ante los constantes ataques de Rusia y el temor a que se inicie una nueva campaña en primavera. “No quiero aguar la fiesta de aniversario, pero mi mensaje principal hoy será: Patriots, porque salvar las vidas ucranianas, salvar la economía ucraniana, salvar las ciudades ucranianas, depende de la capacidad de los Patriot y otros sistemas de defensa antiaérea”, aseguró el ministro.
La petición, según confirmaron después de la reunión el propio Kuleba y Stoltenberg, los aliados están dispuestos a cumplir. El noruego avanzó que los países “mirarán en sus inventarios o si hay manera de que puedan proporcionar más sistemas, en particular Patriot”, indicó. Stoltenberg añadió que varios aliados prometieron que van a hacer “un esfuerzo para encontrar lo que puedan, ver qué más pueden proporcionar”.
Otro problema es que Ucrania necesita munición, y por ello, según Jens Stoltenberg “hay que asegurarse de que los sistemas de defensa antiáerea ya desplegados cuentan con la munición y los recambios para que funcionen”. El secretario general admitió que la situación en el campo de batalla es “grave” y por ello hay que hacer más. “Ucrania necesita más defensas aéreas, más municiones y más ayuda”, recalcó. “A los ucranianos no les falta coraje, les falta munición”, aseguró.
El secretario general apuntó que en los últimos días varios países han anunciado nuevos envíos a Ucrania. Entre ellos destacan Alemania (que está a la cabeza de los países europeos que más apoyo han enviado), con cerca de 600 millones de euros para el plan checo de adquirir nuevas municiones. El Reino Unido ha anunciado el envío de 10.000 drones y Finlandia enviará un nuevo paquete de ayuda de 188 millones de euros.