Mediterráneo: Liberales, proteccionistas y climatólogos
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Hasta que el domingo tome posesión como presidente Javier Milei en la Argentina, el humor político continental lo marca el fin de la Cumbre del Mercosur.
Los medios europeos aseguran que fue una cumbre “de frustración” porque no se tomó ningún acuerdo concreto respecto al Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, a este lado, sin embargo, se ve como una oportunidad, además de lo más decoroso con el presidente entrante en la Argentina, que bien tendrá derecho a fijar su posición, porque en campaña ha llegado a decir una cosa y la contraria.
El Mercosur tiene 30 años, la negociación con Europa al menos 20. Lo que fue un intento de integración en un mundo post soviético que actuara de alguna manera como contención también de la escuela neoliberal de Chicago que rápidamente cruzó el continente en los 90 con trágicas consecuencias es hoy un espacio de poder y la única experiencia con capacidad real de negociación como bloque en el mundo multipolar. Europa hace 20 años quería inundar Sudamérica con sus electrodomésticos y vehículos y comprar trigo barato; hoy teme que el acuerdo arrase definitivamente el agro, principalmente francés, sostenido a base de muchas subvenciones y muchas restricciones sin saber muy bien qué llevar hacia este lado, porque Brasil produce y lo barato se trae de China.
Las reflexiones han tenido su impacto, aunque sigue faltando la madurez que le de credibilidad, sobre todo hacia la interna. Luis Arce hablaba por primera vez en la plenaria como miembro de pleno derecho y abogaba por acercarse a China y dejar el acuerdo europeo en veremos ante las constantes modificaciones y restricciones que Europa incluye cada vez
La última tiene que ver con sistemas de control de la producción que garanticen que los productos no provienen de desmontes recientes, lo que supone un intervencionismo intolerable justificado en la lucha contra el cambio climático que, a la vez, naufraga en Dubai.
La COP 28 se ha convertido en una vergüenza mayor incluso a la prevista. El presidente de la plenaria, el Sultán al Jaber, ministro de Hidrocarburos y presidente de la estatal petrolera, situada entre las 15 empresas más grandes del mundo y con mayores planes de expansión ha ido incluso más lejos de lo esperado asegurando que no hay ciencia detrás del pacto para la eliminación de los hidrocarburos fósiles.
La ONU tendrá difícil reconducir este momento para volver a hacer creíbles estas cumbres, pero no solo por los dichos de Al Jaber sino porque la propuesta estrella, la creación del Fondo para Pérdidas y Daños va también camino del desastre por la concepción neocolonial: Se prometieron cientos de millones de dólares para compensar a los países pobres que van a sufrir las consecuencias de algo que no produjeron y una década después, en la que nadie ha puesto un peso, se plantea la trampita: deuda por naturaleza, es decir, canjear deuda (normalmente ilegítima inflada por intereses) por no tocar el patrimonio natural, ni, claro, industrializarse. Sin entrar al fondo mismo de las consecuencias, es evidente que se trata de un chantaje neocolonial de primer orden que, al menos en el Mercosur, se ha puesto sobre la mesa.
Todos queremos proteger los bosques, pero aquellos que ya los quemaron todos deberían tener la decencia, al menos, de dejar su voracidad hiperconsumista que es el problema principal del deterioro del clima.
La clave está en el decrecimiento.
Guerras, pulsos y otras catástrofes
El pulso del Esequibo. Estados Unidos levantó sanciones petroleras a Venezuela cuando se acordó la convocatoria de elecciones presidenciales para el verano de 2024. Era un ganar – ganar: Biden necesita petróleo barato para contentar a la clase trabajadora en Estados Unidos ante unas elecciones que prometen ser durísimas al año que viene y Maduro necesita plata. Había un acápite: liberar casi 300 `presos políticos a lo que el régimen bolivariano ha hecho caso omiso, pero la cuestión es que en el ínterin ha desatado una ofensiva feroz para anexarse el Esequibo, cuya integración en la Guyana está en pleitos desde la época colonial.
Obviamente se trata de un territorio especialmente rico en petróleo y con muchas prospecciones ya hechas en aguas continentales – los expertos señalan que por ahí podría llegar el acuerdo diplomático -, pero ni siquiera eso acaba de justificar la beligerancia repentina de un Nicolás Maduro que no está ni mejor ni peor en las encuestas que como estuvo siempre.
Apelar al nacionalismo es un recurso fácil, como sabemos en Bolivia con el tema marítimo, pero no siempre acaba bien. En un momento de reacomodo continental, con las instituciones multilaterales propias – Celac, Unasur - en fase de expansión tras el parón de los años de Bolsonaro, a nadie le interesa demasiado una crisis de estas características. Veremos cómo funciona la diplomacia.
Fujimori libre. La siempre providencial justicia peruana, tan politizada como la boliviana pero mucho más institucionalizada, liberó a Alberto Fujimori por cuestiones humanitarias. El indulto databa de 2017 cuando Pedro Pablo Kuzcynski intentó zafar de la moción de vacancia contentando a Keiko y sus seguidores con esa medida de gracia, que le sirvió de poco. Desde entonces el asunto corría por los estrados judiciales sin materializarse ante la oposición de la Corte IDH entre otros y a pesar del gran apoyo popular del que sigue gozando.
Interpretaciones en el truculento mundo político peruano hay para todos los gustos: hay quienes solo señalan que se trataba del momento de calma preciso para hacerlo; otros de una última maniobra de la izquierda y los más, de una concesión de la presidenta Dina Boluarte para garantizarse estabilidad y acabar el mandato sin necesidad de adelantar elecciones.
Como todo en el país vecino, las verdaderas razones se conocerán a su tiempo.
Democracias y otros golpes
Putin dijo que sí: Lo cierto es que había muy pocas dudas sobre lo que el presidente ruso Vladimir Putin haría ante la inminente convocatoria electoral que el calendario obligaba, pues hace apenas un año acomodó la Constitución justamente para permitirse hasta dos mandatos más, y ya lleva 20 en el poder, pero siempre queda ese resquicio. Huelga decir que no hay candidato opositor que despunte y, por si fuera poco, la convocatoria electoral es para tres días, por si hay que hacer algún “ajuste demográfico, dicen los más malpensados”.
Más allá de las consideraciones morales sobre Putin, su existencia en aquel lado del globo seguirá siendo clave en la estabilización. Incluso la guerra con Ucrania, tan contemporizada, parece destinada a mantener los precios del crudo en determinada banda al mismo tiempo que se abren mercados irregulares y de contrabando de muchísimos miles de barriles al día.
Rusia sigue siendo un enano en la economía mundial, pero su influencia es enorme. Los cambios gestados durante la era Putin hay que verlos en toda su dimensión, lentos pero irreversibles. Su vocación imperial tampoco puede ser minimizada. Basta como ejemplo Bolivia, un país grande con una población minúscula, una balanza comercial raquítica, sociedades radicalmente diferentes, regímenes en las antípodas ideológicas y sin embargo excelentes relaciones diplomáticas que se traducen en proyectos de uranio y abstenciones en la ONU aunque eso conlleve tirar por la borda toda la estrategia de reivindicación marítima sobre la unilateralidad de la invasión.
Nadie lo toma en cuenta en el tablero mundial, donde se simplifica la polarización China – Estados Unidos, pero Rusia está también en el Sahel, en América Latina y sigue teniendo muchísimo petróleo.
Chile, que se jodan: Tan escasa estaba siendo la atención puesta sobre el nuevo texto constitucional en el país vecino que la ultraderecha no ha tenido otra idea que lanzar una campaña para promover el voto en el referéndum del próximo domingo 17 de diciembre apelando básicamente a “¡que se jodan!”. El asunto es peliagudo y ha pillado con el pie cambiado a muchos, pues el asunto ha tenido muy poco interés durante todo el año. La cuestión es que tras el fracaso del primer texto constitucional propuesto por una Constituyente muy soportada por el gobierno de Gabriel Boric, que le supuso un revés de grandes consecuencias, el proceso continuó conformando un nuevo Consejo dominado por la ultraderecha de José Antonio Kast, quien es ahora quien siente toda la presión del fracaso inminente desastre. Las encuestas, nunca muy fiables, dan un nuevo triunfo del “En Contra”, lo que empantanaría la interna nacional y dejaría sin tiempo para un nuevo intento.
Las protestas que iniciaron en 2019 se canalizaron hacia la promesa de un nuevo texto y catapultaron a Boric a la presidencia, pero su proyecto, cargado de derechos muy avanzados para el conjunto de la sociedad chilena no cuajó. Su única salvación era que el de sus antónimos tampoco lo hiciera y de momento parece que logrará empatar. Le quedarán así dos años por delante para tratar de armonizar un proyecto y cumplir con sus electores para buscar una reválida…
Ojalá en lo que quede también se de tiempo para hablar con Bolivia y explorar nuevas fórmulas de ganar – ganar sobre el asunto marítimo. De momento, la tensión electoral permanente lo ha impedido.
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Alerta Guatemala: De última, la Fiscalía guatemalteca ha concedido retirarle la inmunidad al presidente electo Bernardo Arévalo de León que debería tomar posesión el 14 de enero. Se trata de un presidente progresista para el que Lula da Silva ha pedido apoyo y respeto en la sede de la ONU. La OEA ha calificado el hecho como "intento de golpe de Estado" así que ciertamente, queda todavía mucho desarrollo.
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A tener en cuenta
La inmigración ha vuelto a ser el gran tema de este fin de año en el Reino Unido y con seguridad lo volverá a ser en 2024 con el más que previsible avance de la ultraderecha en el parlamento europeo y en Estados Unidos con Donald Trump. El asunto de fondo es que es eso, un asunto electoral que moviliza votos con la alerta y que a la larga, sirve para precarizar los derechos de los recién llegados, justificando la discriminación, porque efectivamente, los países ricos no han encontrado otra vía para mantener sus extraordinarios sistemas de vida que sostener el comercio injusto y esa suerte de comercio de esclavos 2.0.
Les dejo un texto muy breve sobre los planteamientos de Rishi Sunak en el Reino Unido y otro sobre el mismo tema en Corea del Sur