La guerra de Israel
Los bombardeos vuelven a Gaza con la máxima crudeza
Las bombas israelíes mataron a dos centenares de palestinos tras el fin de la tregua y las negociaciones en Qatar, en principio, han terminado, aunque la diplomacia hace nuevos esfuerzos
Casi a la misma hora en que Israel volvía este viernes a bombardear Gaza, abrían las grandes puertas verdes que dan acceso a la explanada de las Mezquitas de Jerusalén, el tercer lugar sagrado del islam. Los habituales controles de estos días en la Ciudad Vieja se multiplican por diez cada viernes para evitar el más mínimo incidente. “¿Musulmán?”, preguntan los agentes, pertrechados en cada esquina como si fueran militares, pidiendo la documentación o cacheando ante la menor duda. El día sagrado islámico, al igual que el sábado, el acceso a la explanada está prohibido para los no musulmanes.
Pasado el mediodía, la yumu’ah, oración especial de los viernes, inunda a través de los altavoces el contiguo muro de las Lamentaciones, donde a esa hora muchos judíos rezan en la víspera del sabbat. Frente al muro, no parece que estas tierras santas estén en guerra, salvo por el arco detector y el escáner que hay que franquear para ingresar desde hace ya demasiados años.
Cuando tres musulmanes con la alfombra del rezo al hombro regresan de orar la yumu’ah en la mezquita de Al Aqsa por las callejuelas del barrio musulmán, las televisiones árabes aún no han empezado a difundir las insoportables imágenes que este viernes dejó la reanudación de la guerra, tras siete días de tregua, en los que Hamas liberó a 105 rehenes e Israel a 240 presos que, como se dice en Cisjordania, pronto volverán a la cárcel.
Jan Yunis y Rafah, en el sur de la franja, fueron las ciudades más castigadas por los bombardeos de los drones israelíes. Las imágenes de televisión mostraban a mucha gente herida siendo rescatada entre los escombros o ya en los hospitales, donde varios niños pequeños, ensangrentados y polvorientos, compartían camilla entre llantos de dolor y desesperación. El Ministerio de Sanidad de Gaza habló de al menos 178 muertos. Tras la tregua, la cifra de fallecidos vuelve a estar en trágico movimiento ascendente. Cerca de 15.000, la tercera parte menores de edad.
El ministro de Defensa, Yoav Gallant, se subió a uno de los helicópteros que participaron en el ataque de este viernes y sobrevoló Gaza para ver los efectos del mismo. “Los resultados son impresionantes; Hamas solo entiende la fuerza”, declaró Gallant. La vuelta a los combates incluyó duros enfrentamientos terrestres con tanques y soldados luchando calle por calle, según imágenes del ejército. A su vez, también las guerrillas palestinas lanzaron cohetes contra Israel, que fueron interceptados por el escudo antimisiles. Las alarmas volvieron a sonar en la zona central del país.
En medio de la ofensiva, compareció en plena calle el portavoz del Gobierno de Gaza –en manos de Hamas–, Ismail al Thawabta, que acusó de “genocidio” a Israel y pidió a las organizaciones internacionales que ayuden a proteger los hospitales de la franja. Al Thawabta aseguró que la ayuda humanitaria recibida durante el alto el fuego apenas cubrió “el uno por ciento de las necesidades de la población”. En este sentido, el fin de la tregua supuso también que Israel prohibiera el ingreso de los camiones con alimentos, material y combustible, que quedaron paralizados en el paso de Rafah, en la frontera con Egipto.
Por la mañana, el ejército había ordenado la evacuación de Jan Yunis y otras áreas de la zona central de Gaza, y pidió a sus residentes que fueran más al sur, hacia Rafah, ciudad que también fue bombardeada. Sobre los desplazamientos forzados en la franja, que afectan a un 80% de una población de dos millones, la agencia Reuters publicó este viernes que Israel ha comunicado a Egipto, Jordania y Emiratos que, tras la guerra, tiene un plan para crear una zona de amortiguamiento en Gaza, lo que supondría ocupar permanentemente una porción del enclave y reducir el territorio palestino. “Israel quiere esta zona de amortiguamiento entre Gaza e Israel de norte a sur para impedir que Hamas u otros militantes se infiltren o ataquen a Israel”, declaró a Reuters un alto funcionario de seguridad de uno de esos tres países, sin identificar. Este plan generó intranquilidad en los países árabes.
Por otro lado, The Wall Street Journal informó de otro plan que Israel tendría preparado, en este caso para asesinar a la cúpula de Hamas, cuyos principales líderes se encuentran en Qatar, pero también en Líbano o Turquía. Según el rotativo, el primer ministro Beniamin Netanyahu ya ha dado la orden al Mosad para ejecutar el plan en cuanto termine la guerra.
Netanyahu anunció el fin del alto el fuego con un comunicado donde decía que “la organización terrorista Hamas-ISIS” había violado el acuerdo de tregua. Aunque el jueves ya se habían producido varios incumplimientos por parte de Hamas, el premier dijo que el detonante fue que el grupo islamista no facilitó antes de las 7 de la mañana de este viernes –cuando vencía la tregua– la lista de los rehenes que debía liberar este viernes.
A pesar de todo, la Casa Blanca aseguró que sigue habiendo negociaciones, con Qatar y Egipto como intermediarios, para un nuevo alto el fuego.