Los líderes del planeta se reunieron en Nueva Delhi
Acuerdo contra pronóstico y contra reloj en el G20 de India
Más allá de las divergencias sobre Ucrania, que se salvó con eufemismos, los países pactaron avances en la soberanía alimentaria y energética. Se ausentó Putin pero también Xi Jinping



Nadie esperaba un texto consensuado ni siquiera dejando de lado la posición sobre la guerra en Ucrania, pero el jefe de gobierno indio, Narendra Modi, anfitrión y por ende, responsable diplomático de la reunión del G 20 en Nueva Delhi, anunció su logro prácticamente sobre el cierre.
La declaración, con lenguaje medido, llama a "una paz completa, justa y duradera en Ucrania" y llama a los países miembros a "no atentar contra la integridad territorial de otros estados", así como tampoco "recurrir a la amenaza del uso de la fuerza a fin de obtener ganancias territoriales".
La declaración también considera que "es inadmisible el recurso a las armas nucleares o la amenaza de emplearlas".
El texto proclama que los gobiernos firmantes se unirán "en el empeño de lidiar con el impacto adverso de la guerra en la economía global y saludarán todas las iniciativas relevantes y constructivas que apoyen una paz completa, justa y duradera en Ucrania que respeten los propósitos y principios de la Carta de Naciones Unidas para la promoción de relaciones de vecindad pacíficas y amistosas entre naciones bajo el espíritu de 'una Tierra, una Familia, un Futuro'" (lema de la cumbre de Nueva Delhi).
En otro orden de cosas, la seguridad alimentaria y energética, así como la lucha contra el calentamiento global han vuelto a ocupar un lugar privilegiado en esta cita. Para combatir el cambio climático, la declaración formula el propósito de triplicar para 2030 el uso de energías renovables.
Ampliación y geoestrategia
Otro mensaje importante de esta cumbre es la inclusión de la Unión Africana como miembro permanente del G-20, como ya lo es, desde los inicios, la Unión Europea. La organización internacional con sede en Adís Abeba saluda que decenas de países africanos, además de Sudáfrica, podrán asomarse así a esta cita global.
Este hecho realza la imagen de India como adalid de los países en vías de desarrollo. "Dar voz al Sur global" ha sido precisamente uno de los empeños de la presidencia rotativa india del G-20, desde noviembre pasado. Este reconocimiento del continente africano llega a rebufo de cambios dramáticos en el juego de influencias, de Mali a Gabón, pasando por Burkina Faso y Níger.
Francia, particularmente, no para de perder terreno en lo que se llamó la Françafrique, con una sucesión de golpes de estado a lo largo de esta década -acelerados en los últimos meses- que en la mayoría de casos se traducen por un aumento paralelo de la influencia rusa.
Asimismo, China es, desde hace años, el primer socio comercial de casi todas las naciones africanas. Por lo que no sorprende que en la reciente cumbre en Johannesburgo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se admitiera a dos nuevos socios africanos, Etiopía y Egipto. La inesperada apertura de las puertas del G-20 a un nuevo socio, como la UA, debe leerse dentro de este contexto.
No hay que olvidar tampoco que la otra "foto" de esta cumbre es la de sus ausencias, que siguen dando pábulo a teorías. Xi Jinping ha faltado a la cita por primera vez desde que accedió a la cúspide de China, en 2012. Una diatriba de un medio chino oficialista -como todos- da nuevas claves sobre el desdén de Xi, que ha preferido reunirse en Pekín con su homólogo venezolano Nicolás Maduro y mandar a Nueva Delhi a su primer ministro.
Según este medio, en Pekín habría dolido que India organizara a lo largo de su presidencia sesiones sectoriales del G-20 en las regiones disputadas de Cachemira y Arunachal Pradesh (Tíbet del Sur, según China), para legitimar su control.
Menos misterio rodea la ausencia de Vladimir Putin, por el que se ha interesado el Tribunal Penal Internacional. Aunque en realidad, la India no reconoce la jurisdicción de los magistrados de La Haya, como tampoco hacen Rusia o Estados Unidos.
Por último, aquellos amantes de las discusiones nominalistas que advirtieron el uso del nombre sánscrito de India en el convite de la cena de gala de la presidenta Droupadi Murmu, han podido leer este sábado como Narendra Modi figuraba en la reunión como primer ministro de "Bharat".