Magnicidio
Asesino de Abe quería vengar su quiebra familiar
Los restos mortales del ex primer ministro japonés Shinzo Abe, asesinado ayer a tiros durante un acto electoral en Nara, llegaron este sábado a su domicilio en Tokio arropados por su viuda, Aike, y altas figuras de la política nacional. Por el país, una población todavía conmocionada por el suceso rinde tributo y llora la muerte del político local más influyente de las últimas décadas, mientras continúa la investigación para esclarecer los motivos de su asesinato a manos de un exmilitar.
Según recogen los medios locales, el sospechoso arrestado ayer en la escena del crimen, el exmilitar desempleado Tetsuya Yamagami, dijo a la policía que inicialmente planeó su atentado por su rencor hacia “una organización específica” cuyo nombre no se ha filtrado. Al parecer, el agresor mencionó en sus declaraciones problemas con esa organización de carácter religioso, a la que su madre habría donado dinero y que provocó su quiebra.
El sospechoso dijo que había planeado atacar al líder de ese grupo, pero ante la dificultad de hacerlo, optó por atentar contra Abe, del que cree que mantenía “una estrecha relación” con la organización. “Mi familia se unió a ese grupo religioso y nuestra vida se volvió más difícil después de donar dinero”, contó a la Policía, según fuentes del diario local The Asahi Shimbun. “Quería atacar al máximo responsable de la organización, pero era muy difícil. Entonces, fui a por Abe porque creía que estaba relacionado (con ellos). Quería matarlo”, añadió.