Juicio de extradición
Testigos: Caso Assange es político e inconstitucional
Esta es una administración que lo ve todo desde un punto de vista político, aseveró Rogers



Los dos testigos que comparecieron ayer en el juicio de extradición de Julian Assange coincidieron en denunciar el carácter político e inconstitucional del reclamo presentado por Estados Unidos contra el fundador de WikiLeaks.
Existen pruebas abundantes de que se trata de un caso con motivaciones políticas, aseguró este miércoles el profesor de la universidad inglesa de Bradford Paul Rogers ante el tribunal británico encargado de decidir el destino del periodista australiano.
Rogers, quien intervino vía remota como testigo de la defensa, recalcó que el gobierno estadounidense ve a WikiLeaks como una amenaza.
De acuerdo con el académico, el presidente Donald Trump quiere hacer lo que no hizo su predecesor, Barack Obama, quien se abstuvo de acusar a Assange por la publicación de información clasificada sobre la diplomacia y el Ejército norteamericanos, para no entrar en conflicto con la primera enmienda de la constitución de Estados Unidos.
La audiencia podría durar hasta 3 semanas, y es muy probable que la parte perdedora apele el veredicto
Esta es una administración que lo ve todo desde un punto de vista político, aseveró Rogers.
En la sesión vespertina de la tercera jornada del juicio de extradición, el experto norteamericano en medios de comunicación Trevor Timm apuntó que los cargos presentados por la fiscalía estadounidense contra el fundador de WikiLeaks son inconstitucionales, y de ser refrendados por la justicia británica con la entrega de Assange, sentarían un mal precedente contra la libertad de prensa.
Si este proceso va más allá, podría permitir la criminalización de todos los medios de prensa, alertó el cofundador de la Fundación Libertad de Prensa.
Al igual que el testigo anterior, Timm recordó que en el pasado hubo otros intentos de gobiernos norteamericanos de usar la ley de espionaje contra los periodistas que revelan información clasificada, pero ninguno fructificó en una acusación ante los tribunales porque entraban en conflicto con la primera enmienda constitucional.
Si las reglas que Estados Unidos quiere aplicar contra Assange se hubiesen aplicado en la década de 1970, entonces John Woodward y Carl Bernstein hubiesen sido enjuiciados, remarcó el testigo, en alusión a los dos periodistas que destaparon el escándalo Watergate, que condujo a la renuncia del presidente Richard Nixon.
La justicia norteamericana busca extraditar a Assange para juzgarlo por 17 cargos de espionaje y uno por piratería informática, que en total conllevan una sentencia a 175 años de cárcel.
Al igual que en la primera parte del proceso iniciado en febrero pasado, el ciberactivista, quien está encerrado en la prisión de Belmarsh desde que fue arrestado en la embajada de Ecuador en Londres en abril de 2019, asiste al proceso en su contra desde un cubículo encristalado al fondo de la sala, custodiado por dos guardias de seguridad, y sin tener contacto directo con sus abogados.