En medio de crisis, Vizcarra pide unidad anti-corrupción
El presidente peruano, Martín Vizcarra, pidió unidad contra la corrupción, en medio de una confrontación que abre la posibilidad de que disuelva al parlamento por obstaculizar la lucha contra ese mal y una reforma política. Vizcarra declaró en una visita a la norteña región de Áncash,...



El presidente peruano, Martín Vizcarra, pidió unidad contra la corrupción, en medio de una confrontación que abre la posibilidad de que disuelva al parlamento por obstaculizar la lucha contra ese mal y una reforma política.
Vizcarra declaró en una visita a la norteña región de Áncash, donde presidió un homenaje a las 70 mil víctimas y 20 mil desaparecidos que dejó un terremoto hace medio siglo, el 31 de mayo de 1970, y encabezar allí un simulacro nacional de sismo.
‘Así como tenemos que estar juntos para enfrentar los retos la naturaleza, también tenemos que estar unidos para luchar contra otras amenazas; tenemos que luchar juntos contra la corrupción’, aseveró.
Añadió que ‘juntos debemos defender nuestra democracia, con mejores instituciones y promover las reformas judicial y política’.
Insistió en su emplazamiento al parlamento a aprobar cinco proyectos de reformas políticas antes del fin de la actual legislatura, el 15 de junio, y sin alterar su esencia, haciendo de ello una cuestión de confianza del legislativo en el Gobierno.
Según la constitución peruana, si la confianza fuera negada, el gabinete ministerial en pleno deberá renunciar y el presidente quedará facultado para disolver el parlamento.
En medio de pobladores que lo apoyaban y pedían que cierre de una vez el desprestigiado parlamento, Vizcarra dijo que todavía no lo ha decidido y que no actúa por lo que grita la gente, sino con responsabilidad y apego a la ley y la Constitución.
‘Nosotros vamos paso a paso, el primer paso ha sido la cuestión de confianza’, añadió al declararse optimista y positivo, pues cree que el pleno legislativo, citado para el martes próximo a escuchar sobre el tema al primer ministro, Salvador del Solar, aprobará las reformas a tiempo.
De otro lado, tanto Del Solar como el presidente del Congreso, Daniel Salaverry, coincidieron, ante reparos de la mayoría legislativa sobre el poco tiempo fijado en el ultimátum gubernamental, en que la legislatura se puede ampliar hasta culminar la aprobación.
Vizcarra declaró también, ante acusaciones de congresistas neoliberales, que no tiene ningún problema de corrupción pendiente de su gestión como gobernador de la sureña región de Moquegua y que siempre ha estado dispuesto a que lo investiguen.
Comentó igualmente que, como se propone reformar y hacer cambios para fortalecer la democracia y la institucionalidad, esto genera reacciones de quienes se sienten afectados por esos cambios.
Por su parte, la mayoría parlamentaria neoliberal oscila entre cuestionar con interpretaciones jurídicas la legalidad del emplazamiento presidencial y guardar silencio cauto, a la espera de la exposición de Del Solar.
Las bancadas de los progresistas Movimiento Nuevo Perú y Frente Amplio, de otro lado, han anunciado que votarán contra la confianza, para que el gobierno disuelva el Congreso.
También plantean la convocatoria a nuevas elecciones generales y un proceso hacia una asamblea constituyente, que genere una nueva carta magna en reemplazo de la neoliberal vigente desde hace más de un cuarto de siglo, como única salida a la crisis.
Vizcarra declaró en una visita a la norteña región de Áncash, donde presidió un homenaje a las 70 mil víctimas y 20 mil desaparecidos que dejó un terremoto hace medio siglo, el 31 de mayo de 1970, y encabezar allí un simulacro nacional de sismo.
‘Así como tenemos que estar juntos para enfrentar los retos la naturaleza, también tenemos que estar unidos para luchar contra otras amenazas; tenemos que luchar juntos contra la corrupción’, aseveró.
Añadió que ‘juntos debemos defender nuestra democracia, con mejores instituciones y promover las reformas judicial y política’.
Insistió en su emplazamiento al parlamento a aprobar cinco proyectos de reformas políticas antes del fin de la actual legislatura, el 15 de junio, y sin alterar su esencia, haciendo de ello una cuestión de confianza del legislativo en el Gobierno.
Según la constitución peruana, si la confianza fuera negada, el gabinete ministerial en pleno deberá renunciar y el presidente quedará facultado para disolver el parlamento.
En medio de pobladores que lo apoyaban y pedían que cierre de una vez el desprestigiado parlamento, Vizcarra dijo que todavía no lo ha decidido y que no actúa por lo que grita la gente, sino con responsabilidad y apego a la ley y la Constitución.
‘Nosotros vamos paso a paso, el primer paso ha sido la cuestión de confianza’, añadió al declararse optimista y positivo, pues cree que el pleno legislativo, citado para el martes próximo a escuchar sobre el tema al primer ministro, Salvador del Solar, aprobará las reformas a tiempo.
De otro lado, tanto Del Solar como el presidente del Congreso, Daniel Salaverry, coincidieron, ante reparos de la mayoría legislativa sobre el poco tiempo fijado en el ultimátum gubernamental, en que la legislatura se puede ampliar hasta culminar la aprobación.
Vizcarra declaró también, ante acusaciones de congresistas neoliberales, que no tiene ningún problema de corrupción pendiente de su gestión como gobernador de la sureña región de Moquegua y que siempre ha estado dispuesto a que lo investiguen.
Comentó igualmente que, como se propone reformar y hacer cambios para fortalecer la democracia y la institucionalidad, esto genera reacciones de quienes se sienten afectados por esos cambios.
Por su parte, la mayoría parlamentaria neoliberal oscila entre cuestionar con interpretaciones jurídicas la legalidad del emplazamiento presidencial y guardar silencio cauto, a la espera de la exposición de Del Solar.
Las bancadas de los progresistas Movimiento Nuevo Perú y Frente Amplio, de otro lado, han anunciado que votarán contra la confianza, para que el gobierno disuelva el Congreso.
También plantean la convocatoria a nuevas elecciones generales y un proceso hacia una asamblea constituyente, que genere una nueva carta magna en reemplazo de la neoliberal vigente desde hace más de un cuarto de siglo, como única salida a la crisis.