Abuso sexual: Papa expulsa al principal cardenal de EEUU
El Vaticano expulsó este sábado del sacerdocio a Theodore McCarrick, excardenal y arzobispo emérito de Washington (EE.UU.), tras las acusaciones de abusos sexuales a menores y seminaristas hace más de 40 años. Se trata de una decisión inusual que la Iglesia ha tenido que considerar cada vez...
El Vaticano expulsó este sábado del sacerdocio a Theodore McCarrick, excardenal y arzobispo emérito de Washington (EE.UU.), tras las acusaciones de abusos sexuales a menores y seminaristas hace más de 40 años. Se trata de una decisión inusual que la Iglesia ha tenido que considerar cada vez con más frecuencia por las innumerables críticas de supuesta complicidad y encubrimiento a sus miembros acusados de conducta sexual inapropiada.
El excura Robert Ciolek, una de las supuestas víctimas del excardenal norteamericano, opina que “cosas peores le habrían podido suceder” dado su “poder” y la “posición e influencia”.
“Ser llamado señor McCarrick y no por su título en la jerarquía católica por el resto de su vida y tener prohibido celebrar cualquiera de los sacramentos es personalmente devastador, pero más importante que eso, es bien merecido dada su conducta”, afirma.
¿Perdón divino o todo el peso de la ley?
Alrededor de la destitución de McCarrick surge la inquietud de si la legislación de la Iglesia está demasiada centrada en el acusado y no lo suficiente en restituir a las víctimas. “¿Estamos simplemente protegiendo la responsabilidad de la institución o estamos haciendo justicia?”, se pregunta Kurt Martens, profesor de derecho canónico en la Universidad Católica de América (EE.UU.).
Al respecto, Jennifer Haselberger, abogada canónica, considera que el castigo contra McCarrick no resulta tan severo como parece.
Haselberger explica que esta posición religiosa obedece a que la Iglesia asegura que su tarea es perdonar y, por tanto, la idea de imponer sanciones se cruza con la “realidad espiritual”
McCarrick, de 88 años, y sus abogados no se han pronunciado desde que el excardenal renunció al ejercicio en cualquier ministerio sacerdotal, luego de que el papa Francisco dictaminara su suspensión por los escándalos de abuso.
Castigos desiguales
Aunque la ley canónica despoja a los clérigos expulsados de todos los beneficios financieros, las condiciones pueden variar. Algunos pueden negociar la atención médica u otros beneficios. McCarrick, como el alto clérigo que fue, cuenta con ahorros significativos, una pensión, y posiblemente obtendrá el apoyo de muchos de los ministros religiosos que dirigió durante décadas.
“Los altos clérigos que son despedidos, como McCarrick, están aislados de gran parte del dolor, mientras que el sacerdote promedio está arruinado”, puntualiza Haselberger.
El excura Robert Ciolek, una de las supuestas víctimas del excardenal norteamericano, opina que “cosas peores le habrían podido suceder” dado su “poder” y la “posición e influencia”.
“Ser llamado señor McCarrick y no por su título en la jerarquía católica por el resto de su vida y tener prohibido celebrar cualquiera de los sacramentos es personalmente devastador, pero más importante que eso, es bien merecido dada su conducta”, afirma.
¿Perdón divino o todo el peso de la ley?
Alrededor de la destitución de McCarrick surge la inquietud de si la legislación de la Iglesia está demasiada centrada en el acusado y no lo suficiente en restituir a las víctimas. “¿Estamos simplemente protegiendo la responsabilidad de la institución o estamos haciendo justicia?”, se pregunta Kurt Martens, profesor de derecho canónico en la Universidad Católica de América (EE.UU.).
Al respecto, Jennifer Haselberger, abogada canónica, considera que el castigo contra McCarrick no resulta tan severo como parece.
Haselberger explica que esta posición religiosa obedece a que la Iglesia asegura que su tarea es perdonar y, por tanto, la idea de imponer sanciones se cruza con la “realidad espiritual”
McCarrick, de 88 años, y sus abogados no se han pronunciado desde que el excardenal renunció al ejercicio en cualquier ministerio sacerdotal, luego de que el papa Francisco dictaminara su suspensión por los escándalos de abuso.
Castigos desiguales
Aunque la ley canónica despoja a los clérigos expulsados de todos los beneficios financieros, las condiciones pueden variar. Algunos pueden negociar la atención médica u otros beneficios. McCarrick, como el alto clérigo que fue, cuenta con ahorros significativos, una pensión, y posiblemente obtendrá el apoyo de muchos de los ministros religiosos que dirigió durante décadas.
“Los altos clérigos que son despedidos, como McCarrick, están aislados de gran parte del dolor, mientras que el sacerdote promedio está arruinado”, puntualiza Haselberger.