En el segundo día del cónclave
Fumata blanca en la capilla Sixtina anuncia que se eligió a un nuevo Papa



El cónclave reunido en la Ciudad del Vaticano ha elegido este jueves al próximo líder de la Iglesia católica, lo que pudo confirmarse con la salida de la ansiada 'fumata blanca'.
La noticia fue seguida en medio del júbilo en la plaza de San Pedro, donde se han congregado cientos de personas. Se espera que en aproximadamente una hora se sepa la identidad del nuevo sumo pontífice y el nombre que ha elegido para su papado.
Tras dirigirse a la 'habitación de las lágrimas' para cambiarse de vestimenta, el nuevo papa volverá a la Capilla Sixtina para llevar a cabo una breve ceremonia que incluye una oración y la lectura de un fragmento del Evangelio.
El cónclave, que comenzó el 7 de mayo con la participación de 133 cardenales provenientes de los cinco continentes, ha decidido en menos de 24 horas el nombre de la persona que sucederá a Francisco, fallecido el pasado 21 de abril.
Se prevé que el 'Habemus papam' sea pronunciado por el cardenal protodiácono, Dominique Mamberti, en caso de que no sea elegido como sumo pontífice, tras lo cual el nuevo líder de la Iglesia católica saldrá al balcón para saludar a los fieles.
Hay gran expectativa sobre quién portará el anillo del Pescador, en vista de las especulaciones que han surgido en las últimas horas. En los lugares aledaños a la Plaza de San Pedro ya se observan andanadas de personas que quieren llegar hasta el balcón desde el que saludará el nuevo papa.
Una votación exprés
Luego de tres votaciones fallidas, anunciadas con 'fumata negra', el cónclave se puso de acuerdo sobre el nuevo pontífice.
Los cardenales, que como requisito para participar en este proceso deben ser menores de 80 años, debatieron en la Capilla Sixtina hasta lograr el acuerdo que permitió designar al papa número 267 de la historia.
Antes del inicio de sus deliberaciones, que los aislaron por completo del mundo exterior, los votantes participaron en la misa Pro Eligiendo Pontífice, que se realizó en la Basílica de San Pedro y fue ordenada por el cardenal decano, Giovanni Battista Re.
(Información en proceso)