México: López Obrador asume la presidencia
El izquierdista Andrés Manuel López Obrador asumió ayer sábado la presidencia de México con la promesa de emprender una transformación “profunda y radical”, en la que deberá hilar fino para cumplir con su exigente agenda social sin perjudicar las finanzas de la segunda mayor economía...



El izquierdista Andrés Manuel López Obrador asumió ayer sábado la presidencia de México con la promesa de emprender una transformación “profunda y radical”, en la que deberá hilar fino para cumplir con su exigente agenda social sin perjudicar las finanzas de la segunda mayor economía de Latinoamérica.
El político de 65 años, conocido como AMLO, tendrá que procurar ese delicado acto de equilibrismo en un país sumido en una sangrienta guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado, con índices de corrupción sin precedentes y donde cuatro de cada 10 de sus ciudadanos vive en la pobreza.
López Obrador salió de su casa ayer sábado por la mañana en un sedan blanco, el mismo que ha usado desde que ganó por amplio margen las elecciones de julio, y recorrió varios kilómetros por Ciudad de México saludando a seguidores apostados a los lados de las vías, antes de llegar a la sede de la cámara de Diputados.
“Por mandato del pueblo, iniciamos hoy (por ayer) la cuarta transformación política de México”, dijo tras recibir la banda presidencial del saliente mandatario Enrique Peña Nieto. “Puede parecer pretencioso o exagerado pero hoy no sólo inicia un nuevo gobierno, hoy comienza un cambio de régimen político”.
“A partir de ahora se llevará a cabo una transformación pacífica y ordenada, pero al mismo tiempo profunda y radical porque se acabará con la corrupción e impunidad que impiden el renacimiento de México”, sentenció.
Sin embargo, el veterano político pidió no iniciar una cacería de brujas contra los funcionarios de las administraciones previas para evitar una “fractura del país”, algo que no fue bien visto por algunos.
De hecho, congresistas del Partido Acción Nacional (PAN), la primera fuerza opositora, criticaron lo que consideraron como un “pacto de impunidad” y, de pie, contaron hasta 43 en homenaje a los estudiantes desaparecidos en septiembre de 2014, un hecho que cimbró al gobierno de Peña.
“Todos esperamos que (a AMLO) le vaya bien, pero no creo. Todos los presidentes son iguales: prometen, entran y, a la mera hora, no hacen nada”, dijo Roberto Hernández, un vigilante de 68 años en un edificio del barrio de clase media alta Roma Norte.
“La corrupción nunca se va a acabar y él se ha rodeado de los mismos de siempre, todos están manchados”, agregó.
A pesar de que AMLO y su equipo económico han tratado de calmar a los mercados, desde octubre, la bolsa local ha caído un 15.7 por ciento y el peso ha retrocedido un nueve por ciento, en gran medida por la cancelación de la millonaria construcción del aeropuerto de Ciudad de México luego de una consulta pública y por polémicas iniciativas parlamentarias, donde tiene mayoría.
Por ello, analistas temen que el país pueda quedar liderado por un populista cuyos planes comprometan las finanzas del país.
“El discurso de toma de posesión no tuvo sorpresas, ya que se confirma mayormente las ideas y promesas de campaña”, dijo Alfredo Coutiño, director de Análisis para América Latina de Moody´s Analytics.
El político de 65 años, conocido como AMLO, tendrá que procurar ese delicado acto de equilibrismo en un país sumido en una sangrienta guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado, con índices de corrupción sin precedentes y donde cuatro de cada 10 de sus ciudadanos vive en la pobreza.
López Obrador salió de su casa ayer sábado por la mañana en un sedan blanco, el mismo que ha usado desde que ganó por amplio margen las elecciones de julio, y recorrió varios kilómetros por Ciudad de México saludando a seguidores apostados a los lados de las vías, antes de llegar a la sede de la cámara de Diputados.
“Por mandato del pueblo, iniciamos hoy (por ayer) la cuarta transformación política de México”, dijo tras recibir la banda presidencial del saliente mandatario Enrique Peña Nieto. “Puede parecer pretencioso o exagerado pero hoy no sólo inicia un nuevo gobierno, hoy comienza un cambio de régimen político”.
“A partir de ahora se llevará a cabo una transformación pacífica y ordenada, pero al mismo tiempo profunda y radical porque se acabará con la corrupción e impunidad que impiden el renacimiento de México”, sentenció.
Sin embargo, el veterano político pidió no iniciar una cacería de brujas contra los funcionarios de las administraciones previas para evitar una “fractura del país”, algo que no fue bien visto por algunos.
De hecho, congresistas del Partido Acción Nacional (PAN), la primera fuerza opositora, criticaron lo que consideraron como un “pacto de impunidad” y, de pie, contaron hasta 43 en homenaje a los estudiantes desaparecidos en septiembre de 2014, un hecho que cimbró al gobierno de Peña.
“Todos esperamos que (a AMLO) le vaya bien, pero no creo. Todos los presidentes son iguales: prometen, entran y, a la mera hora, no hacen nada”, dijo Roberto Hernández, un vigilante de 68 años en un edificio del barrio de clase media alta Roma Norte.
“La corrupción nunca se va a acabar y él se ha rodeado de los mismos de siempre, todos están manchados”, agregó.
A pesar de que AMLO y su equipo económico han tratado de calmar a los mercados, desde octubre, la bolsa local ha caído un 15.7 por ciento y el peso ha retrocedido un nueve por ciento, en gran medida por la cancelación de la millonaria construcción del aeropuerto de Ciudad de México luego de una consulta pública y por polémicas iniciativas parlamentarias, donde tiene mayoría.
Por ello, analistas temen que el país pueda quedar liderado por un populista cuyos planes comprometan las finanzas del país.
“El discurso de toma de posesión no tuvo sorpresas, ya que se confirma mayormente las ideas y promesas de campaña”, dijo Alfredo Coutiño, director de Análisis para América Latina de Moody´s Analytics.