Atentado en desfile militar en Irán deja 24 personas muertas
Hombres armados dispararon el sábado en un desfile militar en el suroeste de Irán, matando a 24 personas, la mitad de ellas miembros de la Guardia Revolucionaria, informaron las agencias estatales del país, en uno de los peores atentados contra la poderosa fuerza de élite de la república...
Hombres armados dispararon el sábado en un desfile militar en el suroeste de Irán, matando a 24 personas, la mitad de ellas miembros de la Guardia Revolucionaria, informaron las agencias estatales del país, en uno de los peores atentados contra la poderosa fuerza de élite de la república islámica.
La televisión estatal dijo que el ataque, que causó más de 60 heridos asalto, tenía como objetivo un puesto donde los funcionarios iraníes se habían reunido para presenciar el evento anual que conmemora el comienzo de la guerra de la República Islámica de 1980-1988 contra Irak.
“Hay un número de víctimas civiles, incluyendo mujeres y niños que habían venido a presenciar el desfile”, dijo la agencia de noticias estatal IRNA citando a un responsable iraní no identificado.
Los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica son la espada y escudo de la teocracia chií iraní desde la Revolución Islámica de 1979 y juegan un papel importante en los intereses regionales de Irán en países como Irak, Siria y Yemen.
Un video distribuido a los medios de comunicación iraníes el sábado mostraba a soldados arrastrándose por el suelo mientras los disparos volaban en su dirección. Un soldado recogió un arma y se puso de pie mientras mujeres y niños huían para salvar sus vidas.
Duro golpe
La matanza es un duro golpe para la seguridad del país petrolero miembro de la OPEP, que había disfrutado de una situación relativamente estable en comparación con otros vecinos árabes que han sufrido agitación desde los levantamientos de 2011 en todo Oriente Próximo.
Hasta el momento nadie ha reivindicado este ataque perpetrado en la ciudad de Ahvaz.
La televisión estatal culpó del mismo a “elementos takfiri”, en referencia a los extremistas musulmanes suníes. Ahvaz está en el centro de la provincia de Juzestán, donde ha habido protestas esporádicas de la minoría árabe en Irán, un país predominantemente chií.
El ministro de Exteriores, Mohammed Javad Zarif, dijo que el asalto fue obra de “patrocinadores terroristas regionales”, términos con los que usualmente se califica a los enemigos de Irán, Arabia Saudí e Israel, y de “sus amos estadounidenses”. El canciller juró que Teherán respondería con decisión.
La televisión estatal dijo que el ataque, que causó más de 60 heridos asalto, tenía como objetivo un puesto donde los funcionarios iraníes se habían reunido para presenciar el evento anual que conmemora el comienzo de la guerra de la República Islámica de 1980-1988 contra Irak.
“Hay un número de víctimas civiles, incluyendo mujeres y niños que habían venido a presenciar el desfile”, dijo la agencia de noticias estatal IRNA citando a un responsable iraní no identificado.
Los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica son la espada y escudo de la teocracia chií iraní desde la Revolución Islámica de 1979 y juegan un papel importante en los intereses regionales de Irán en países como Irak, Siria y Yemen.
Un video distribuido a los medios de comunicación iraníes el sábado mostraba a soldados arrastrándose por el suelo mientras los disparos volaban en su dirección. Un soldado recogió un arma y se puso de pie mientras mujeres y niños huían para salvar sus vidas.
Duro golpe
La matanza es un duro golpe para la seguridad del país petrolero miembro de la OPEP, que había disfrutado de una situación relativamente estable en comparación con otros vecinos árabes que han sufrido agitación desde los levantamientos de 2011 en todo Oriente Próximo.
Hasta el momento nadie ha reivindicado este ataque perpetrado en la ciudad de Ahvaz.
La televisión estatal culpó del mismo a “elementos takfiri”, en referencia a los extremistas musulmanes suníes. Ahvaz está en el centro de la provincia de Juzestán, donde ha habido protestas esporádicas de la minoría árabe en Irán, un país predominantemente chií.
El ministro de Exteriores, Mohammed Javad Zarif, dijo que el asalto fue obra de “patrocinadores terroristas regionales”, términos con los que usualmente se califica a los enemigos de Irán, Arabia Saudí e Israel, y de “sus amos estadounidenses”. El canciller juró que Teherán respondería con decisión.