Aprueban plan que facilita exportación de armas de EEUU
La Casa Blanca aprobó un plan para facilitar las exportaciones de armamento y técnica militar, con el fin de priorizar el aspecto financiero de las transacciones que realizan las grandes compañías productoras de estos medios. Con el lema de que ‘seguridad económica significa seguridad...



La Casa Blanca aprobó un plan para facilitar las exportaciones de armamento y técnica militar, con el fin de priorizar el aspecto financiero de las transacciones que realizan las grandes compañías productoras de estos medios.
Con el lema de que ‘seguridad económica significa seguridad nacional’, la administración del presidente Donald Trump emitió nuevas reglas con un lenguaje nuevo y amplio que enfatiza en la necesidad de priorizar el aspecto financiero por encima de otras consideraciones a la hora de vender armas a otras naciones.
Sin embargo, los cambios establecidos en una directiva aprobada la víspera pueden estar por debajo de las expectativas de las principales corporaciones productoras de estos medios, en particular en lo que se refiere a la exportación de aviones teledirigidos (drones).
Al respecto, Peter Navarro, presidente del Consejo Nacional de Comercio de la Casa Blanca, dijo que estos cambios permitirán a aliados y socios de Washington obtener más fácilmente el armamento y otras mercancías que necesitan en la esfera de la defensa, lo que a su vez contribuye a la seguridad de Estados Unidos porque dichas naciones no tendrían que comprar esos sistemas a China ni a Rusia.
Durante demasiado tiempo limitamos nosotros mismos nuestra capacidad de proporcionar a nuestros aliados y socios las capacidades defensivas que requieren, incluso cuando estas necesidades están en correspondencia con los intereses de Estados Unidos, agregó Navarro.
Por su parte, Tina Kaidanow, secretaria principal adjunta del Departamento de Estado para asuntos político-militares, dijo que el cambio representa los esfuerzos para hacer las cosas con una visión un poco más estratégica, un mejor trabajo en interés de nuestras empresas, y facilitar las ventas de armamento.
Las medidas se adoptaron a pesar de las denuncias de organizaciones no gubernamentales de que las preocupaciones sobre derechos humanos pasarían a un segundo plano bajo la nueva política, pero según el sitio digital Defense News tanto Navarro como Kaidanow rechazaron esa posibilidad y aseguraron que nada cambió desde ese punto de vista.
De acuerdo con estadísticas del Instituto de Investigaciones para la Paz de Estocolmo, Suecia, la industria de la defensa en Estados Unidos fue responsable del 34% de las exportaciones globales de armas entre 2013 y 2017, y envió esos equipos a casi un centenar de países. El segundo mayor exportador es Rusia, con un 22 por ciento de los suministros al exterior en el mismo período, pero con 47 naciones como clientes.
En el año fiscal 2017 el Departamento de Estado autorizó una cifra récord de 75 mil 900 millones de dólares por este concepto, el monto más alto desde 2012, y durante 2018 esa agencia federal dio el visto bueno a transacciones que superan los 55 mil millones de dólares en esta esfera.
Con el lema de que ‘seguridad económica significa seguridad nacional’, la administración del presidente Donald Trump emitió nuevas reglas con un lenguaje nuevo y amplio que enfatiza en la necesidad de priorizar el aspecto financiero por encima de otras consideraciones a la hora de vender armas a otras naciones.
Sin embargo, los cambios establecidos en una directiva aprobada la víspera pueden estar por debajo de las expectativas de las principales corporaciones productoras de estos medios, en particular en lo que se refiere a la exportación de aviones teledirigidos (drones).
Al respecto, Peter Navarro, presidente del Consejo Nacional de Comercio de la Casa Blanca, dijo que estos cambios permitirán a aliados y socios de Washington obtener más fácilmente el armamento y otras mercancías que necesitan en la esfera de la defensa, lo que a su vez contribuye a la seguridad de Estados Unidos porque dichas naciones no tendrían que comprar esos sistemas a China ni a Rusia.
Durante demasiado tiempo limitamos nosotros mismos nuestra capacidad de proporcionar a nuestros aliados y socios las capacidades defensivas que requieren, incluso cuando estas necesidades están en correspondencia con los intereses de Estados Unidos, agregó Navarro.
Por su parte, Tina Kaidanow, secretaria principal adjunta del Departamento de Estado para asuntos político-militares, dijo que el cambio representa los esfuerzos para hacer las cosas con una visión un poco más estratégica, un mejor trabajo en interés de nuestras empresas, y facilitar las ventas de armamento.
Las medidas se adoptaron a pesar de las denuncias de organizaciones no gubernamentales de que las preocupaciones sobre derechos humanos pasarían a un segundo plano bajo la nueva política, pero según el sitio digital Defense News tanto Navarro como Kaidanow rechazaron esa posibilidad y aseguraron que nada cambió desde ese punto de vista.
De acuerdo con estadísticas del Instituto de Investigaciones para la Paz de Estocolmo, Suecia, la industria de la defensa en Estados Unidos fue responsable del 34% de las exportaciones globales de armas entre 2013 y 2017, y envió esos equipos a casi un centenar de países. El segundo mayor exportador es Rusia, con un 22 por ciento de los suministros al exterior en el mismo período, pero con 47 naciones como clientes.
En el año fiscal 2017 el Departamento de Estado autorizó una cifra récord de 75 mil 900 millones de dólares por este concepto, el monto más alto desde 2012, y durante 2018 esa agencia federal dio el visto bueno a transacciones que superan los 55 mil millones de dólares en esta esfera.