El aguayo artesanal cae ante el industrializado en mercados bolivianos
Los elevados precios y el tiempo que se invierte al tejer un aguayo artesanal se han convertido en una desventaja. La calle Linares, más conocida como “de las Brujas”, en la ciudad de La Paz es una muestra de esta decadencia. Liberia Quispe sentada en su pequeño puesto exhibe...



Los elevados precios y el tiempo que se invierte al tejer un aguayo artesanal se han convertido en una desventaja.
La calle Linares, más conocida como “de las Brujas”, en la ciudad de La Paz es una muestra de esta decadencia.
Liberia Quispe sentada en su pequeño puesto exhibe mochilas, zapatillas, carteras, chompas y chamarras, entre otros; todo con aguayo andino que realza su colorido y diseño. Sin embargo, la mayoría de los textiles utilizados proceden de la fabricación industrial; y sólo en poca cantidad de la artesanal.
Pero Liberia no es la única que comercializa el aguayo industrial. “Nosotros optamos por el aguayo industrializado porque cuando encargamos pedidos a grupos de señoras que los hacen a mano nos entregan muy tarde. Por eso preferimos tejidos industrializados; por su rapidez en dar su producción para exportación”, manifiesta Miriam Huaycho, propietaria de la empresa Artesanal Chuquiago.
Muchas de las mujeres que venden aguayos en la calle Linares dicen que tejer uno tradicional lleva entre cuatro a cinco meses, por lo que quienes los hacen logran terminar entre dos y tres al año.
El aguayo andino es un tejido elaborado con la lana de oveja, alpaca o fibra de llama, a las cuales se da color con tinturas naturales. El textil es utilizado por las mujeres para transportar objetos personales, mercancías y para cargar y arrullar a los bebés. Y, aparte de identificar a cada región por los diseños es un componente más de la vestimenta cotidiana de la gente del altiplano.
“Los aguayos andinos son únicos, no se replican a menos que uno realice algún pedido para que lo hagan idéntico”, explica Huaycho.
Industria vs artesanía
Las tejedoras son expertas en técnicas ancestrales transmitidas por generaciones y venden sus productos para tener recursos económicos y mejorar la vida de sus familias y sus comunidades.
Los hombres y mujeres que se dedican a los textiles artesanales son muy valorados por la calidad y la tradición milenaria de sus tejidos, son verdaderos artistas al frente de los telares construidos por ellos mismas, y cada tejido es único porque expresa sus sentimientos y vivencias.
En contraparte, los tejidos industriales, aunque puedan copiar los mismos diseños se desplazan entre sí pues son producidos en grandes cantidades, a costo más bajo y en menos tiempo.
Las tejedoras artesanales se enfrentan a las máquinas industriales que hacen réplicas de sus tejidos sin la calidad de uno hecho a mano.
“Algunos compradores piden que bajemos los precios, pero quisiéramos que entiendan que es diferente un tejido a mano que el hecho por una máquina; por la calidad y el tiempo que toma elaborarlos. Los tejidos industriales son una amenaza para nosotras”, lamenta Ana Pascuala, una tejedora de la localidad de Tarabuco, Chuquisaca.
Diseño boliviano
En un sondeo en las calles de Las Brujas y Sagárnaga, los comerciantes de tejidos andinos y artesanías señalaron que hay un ingreso indebido de aguayos peruanos e inclusive de fabricación china, que afecta a la industria textil artesanal boliviana.
[caption id="attachment_57118" align="aligncenter" width="550"] Calle Linares o más conocida como calle de las Brujas[/caption]
La propietaria de Chuquiago denuncia que el contrabando afecta a la industria artesanal. “El aguayo que entra de contrabando de Perú es similar al que elaboramos nosotros, pero la calidad es diferente, es más barato. En La Paz nos está afectando; entra mucho producto peruano, mucho contrabando por lugares donde no se controla”, dice.
Una comerciante de la calle de Las Brujas señala que la diferencia entre los aguayos peruanos y los bolivianos está en el diseño. “El aguayo peruano viene con figuras diferentes, en cambio el boliviano incluye a la llama y otras formas de la fauna y flora de nuestro país (…) Los aguayos peruanos no tienen estas figuras, son muy diferentes y el precio también es otro”, recalca.
Rodrigo Pomier, jefe de operaciones de la empresa de textiles Copacabana de La Paz, revela que al país llegan aguayos chinos que compiten con los nacionales.“En los textiles chinos se nota bien la diferencia, porque ellos no manejan las matices en los colores, sólo tienen colores enteros y el material es diferente al típico que se utiliza en Bolivia y en Perú”, señala.
Aunque la elaboración del aguayo industrial es más rápida y utiliza otros materiales; estos textiles conservan los diseños y colores que fueron creados en algún momento por las tejedoras en diferentes regiones andinas del país. Sin embargo, los productos artesanales expresan vivencias, sentimientos y tradición milenaria.
Los significados de las figurasDesde la cultura milenaria, los aymaras consideraron al aguayo un libro, pot lo que a través de símbolos y colores relatan los mejores días del año, los tiempos de lluvia y cosecha, los desastres o las bendiciones recibidas por la naturaleza. Es tan increible este language que hasta logran predecir el clima venidero.
El arte de hilar se transforma en un libro donde el devenir de los días está mediado por animales y trazos que solamente es posible entenderlos cuando son verbalizados por sus diseñadores. “Una hormiga en un aguayo verde significa que ha llovido mucho y que los cultivos se han inundado; los cerros nevados son símbolo del crudo y frecuente frío; las franjas azules representan los ríos y la perdiz y el sapo son animales que simbolizan la sequía”. Estos son algunas ilustraciones adaptadas por sus pobladores para mantener la historia de la región, en una prenda que en los últimos años se ha tomado las calles del mundo.
Más detalles sobre su uso y significado
Materiales
Puede ser fabricado con lana de llama, alpaca, u oveja; teñido con colores naturales vivos. Antiguamente eran los hombres los que utilizaban estos tejidos de aguayo.
Significados
Al tejer estas piezas de aguayo, hombres y mujeres escriben y pintan historias de sus comunidades, símbolos de su cultura o bien cosas que soñaron para este trabajo.
Funciones
Resaltan las funciones antiguas y tradicionales del aguayo (portar carga, o un niño a la espalda, extenderse sobre la tierra para ofrendar a la Pachamama), como las nuevas (ser usado de mantel en el altar o como parte de la vestimenta del sacerdote católico). Varias congregaciones católicas lo han incorporado dentro de la liturgia de la misa.
La calle Linares, más conocida como “de las Brujas”, en la ciudad de La Paz es una muestra de esta decadencia.
Liberia Quispe sentada en su pequeño puesto exhibe mochilas, zapatillas, carteras, chompas y chamarras, entre otros; todo con aguayo andino que realza su colorido y diseño. Sin embargo, la mayoría de los textiles utilizados proceden de la fabricación industrial; y sólo en poca cantidad de la artesanal.
Pero Liberia no es la única que comercializa el aguayo industrial. “Nosotros optamos por el aguayo industrializado porque cuando encargamos pedidos a grupos de señoras que los hacen a mano nos entregan muy tarde. Por eso preferimos tejidos industrializados; por su rapidez en dar su producción para exportación”, manifiesta Miriam Huaycho, propietaria de la empresa Artesanal Chuquiago.
Muchas de las mujeres que venden aguayos en la calle Linares dicen que tejer uno tradicional lleva entre cuatro a cinco meses, por lo que quienes los hacen logran terminar entre dos y tres al año.
El aguayo andino es un tejido elaborado con la lana de oveja, alpaca o fibra de llama, a las cuales se da color con tinturas naturales. El textil es utilizado por las mujeres para transportar objetos personales, mercancías y para cargar y arrullar a los bebés. Y, aparte de identificar a cada región por los diseños es un componente más de la vestimenta cotidiana de la gente del altiplano.
“Los aguayos andinos son únicos, no se replican a menos que uno realice algún pedido para que lo hagan idéntico”, explica Huaycho.
Industria vs artesanía
Las tejedoras son expertas en técnicas ancestrales transmitidas por generaciones y venden sus productos para tener recursos económicos y mejorar la vida de sus familias y sus comunidades.
Los hombres y mujeres que se dedican a los textiles artesanales son muy valorados por la calidad y la tradición milenaria de sus tejidos, son verdaderos artistas al frente de los telares construidos por ellos mismas, y cada tejido es único porque expresa sus sentimientos y vivencias.
En contraparte, los tejidos industriales, aunque puedan copiar los mismos diseños se desplazan entre sí pues son producidos en grandes cantidades, a costo más bajo y en menos tiempo.
Las tejedoras artesanales se enfrentan a las máquinas industriales que hacen réplicas de sus tejidos sin la calidad de uno hecho a mano.
“Algunos compradores piden que bajemos los precios, pero quisiéramos que entiendan que es diferente un tejido a mano que el hecho por una máquina; por la calidad y el tiempo que toma elaborarlos. Los tejidos industriales son una amenaza para nosotras”, lamenta Ana Pascuala, una tejedora de la localidad de Tarabuco, Chuquisaca.
Diseño boliviano
En un sondeo en las calles de Las Brujas y Sagárnaga, los comerciantes de tejidos andinos y artesanías señalaron que hay un ingreso indebido de aguayos peruanos e inclusive de fabricación china, que afecta a la industria textil artesanal boliviana.
[caption id="attachment_57118" align="aligncenter" width="550"] Calle Linares o más conocida como calle de las Brujas[/caption]
La propietaria de Chuquiago denuncia que el contrabando afecta a la industria artesanal. “El aguayo que entra de contrabando de Perú es similar al que elaboramos nosotros, pero la calidad es diferente, es más barato. En La Paz nos está afectando; entra mucho producto peruano, mucho contrabando por lugares donde no se controla”, dice.
Una comerciante de la calle de Las Brujas señala que la diferencia entre los aguayos peruanos y los bolivianos está en el diseño. “El aguayo peruano viene con figuras diferentes, en cambio el boliviano incluye a la llama y otras formas de la fauna y flora de nuestro país (…) Los aguayos peruanos no tienen estas figuras, son muy diferentes y el precio también es otro”, recalca.
Rodrigo Pomier, jefe de operaciones de la empresa de textiles Copacabana de La Paz, revela que al país llegan aguayos chinos que compiten con los nacionales.“En los textiles chinos se nota bien la diferencia, porque ellos no manejan las matices en los colores, sólo tienen colores enteros y el material es diferente al típico que se utiliza en Bolivia y en Perú”, señala.
Aunque la elaboración del aguayo industrial es más rápida y utiliza otros materiales; estos textiles conservan los diseños y colores que fueron creados en algún momento por las tejedoras en diferentes regiones andinas del país. Sin embargo, los productos artesanales expresan vivencias, sentimientos y tradición milenaria.
Los significados de las figurasDesde la cultura milenaria, los aymaras consideraron al aguayo un libro, pot lo que a través de símbolos y colores relatan los mejores días del año, los tiempos de lluvia y cosecha, los desastres o las bendiciones recibidas por la naturaleza. Es tan increible este language que hasta logran predecir el clima venidero.
El arte de hilar se transforma en un libro donde el devenir de los días está mediado por animales y trazos que solamente es posible entenderlos cuando son verbalizados por sus diseñadores. “Una hormiga en un aguayo verde significa que ha llovido mucho y que los cultivos se han inundado; los cerros nevados son símbolo del crudo y frecuente frío; las franjas azules representan los ríos y la perdiz y el sapo son animales que simbolizan la sequía”. Estos son algunas ilustraciones adaptadas por sus pobladores para mantener la historia de la región, en una prenda que en los últimos años se ha tomado las calles del mundo.
Más detalles sobre su uso y significado
Materiales
Puede ser fabricado con lana de llama, alpaca, u oveja; teñido con colores naturales vivos. Antiguamente eran los hombres los que utilizaban estos tejidos de aguayo.
Significados
Al tejer estas piezas de aguayo, hombres y mujeres escriben y pintan historias de sus comunidades, símbolos de su cultura o bien cosas que soñaron para este trabajo.
Funciones
Resaltan las funciones antiguas y tradicionales del aguayo (portar carga, o un niño a la espalda, extenderse sobre la tierra para ofrendar a la Pachamama), como las nuevas (ser usado de mantel en el altar o como parte de la vestimenta del sacerdote católico). Varias congregaciones católicas lo han incorporado dentro de la liturgia de la misa.