El regalo de la Educación

En el mundo existen aproximadamente 250 millones de niños y jóvenes sin escolarizar y 617 millones de niños y adolescentes no saben leer

El 24 de enero se celebra el Día Internacional de la Educación, una fecha proclamada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el objetivo de concienciar a la población mundial acerca de la importancia de la educación en el desarrollo de la humanidad. En Bolivia, donde acostumbramos a tener días específicos distintos al contemplado en el calendario internacional, no se celebra como tal el Día de la Educación, aunque el 6 de Junio, Día del Maestro, suele dedicarse también a estas reflexiones.

La educación es la base para una sociedad justa, igualitaria y autosuficiente. La educación aumenta la productividad de las personas y como consecuencia, el potencial de crecimiento económico, sin embargo, es sistemáticamente uno de los grandes servicios públicos menos dotados económicamente a nivel mundial y específicamente en Bolivia.

La Educación, según demuestran múltiples estudios, ayuda a erradicar la pobreza y el hambre, contribuye a mejorar la salud, promueve la igualdad de género y reduce la desigualdad. En definitiva, se forman a futuras generaciones, forjando mejores ciudadanos.

El Derecho a la Educación, este sí, es un derecho humano, pero la atención suele ser mínima.

Al respecto, el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4 establece una Educación Inclusiva, Equitativa y de Calidad. Con ello se pretende garantizar que la población infantil tenga acceso a la educación primaria y secundaria gratuita, para el año 2030. Asimismo, se incentiva la igualdad de acceso a la formación profesional, la eliminación de desigualdades de género y de riqueza, logrando el acceso universal a una educación superior de calidad.

En Bolivia se ha alcanzado el acceso universal y se ha bajado la tasa de abandono, aunque los datos del bono Juancito Pinto suelen ser engañosos al no cruzarse con el acceso del año siguiente, sin embargo, la cuestión de la calidad sigue siendo uno de los grandes asuntos pendientes.

Los datos a nivel mundial, sin embargo, siguen siendo escalofriantes:

En el mundo existen aproximadamente 250 millones de niños y jóvenes sin escolarizar.

617 millones de niños y adolescentes no saben leer ni tienen conocimientos básicos de matemáticas, lo mínimo para defenderse en la vida cotidiana.

763 millones de adultos son analfabetos.

En los países en desarrollo el 91% de los niños se matriculan en la escuela, pero de ellos, 57 millones de niños no asisten a la escuela.

África Subsahariana tiene el record a nivel mundial de niños sin escolarizar.

Los conflictos armados y guerras impiden que los niños asistan al colegio.

Los niños refugiados no tienen acceso al sistema educativo formal, alcanzando la cifra de 4 millones.

En este escenario, conviene que como bolivianos y bolivianas seamos capaces de valorar los éxitos alcanzados en esta materia en concreto y no relajarnos a la hora de exigir calidad en la enseñanza. La educación es el ascensor social de mayor garantía, y quizá el único camino que nos queda para acortar las brechas con las potencias hegemónicas. Ojalá en estos tiempos raros de polarización política y destrucción, seamos capaces de llegar a acuerdos de mínimos que nos garanticen a todos una vida mejor. Bolivia necesita mejores ciudadanos para volver a crecer.


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