El Padrón, el TREP y la Fe

Es necesario, que los instrumentos básicos de cada proceso: el padrón, el conteo, etc., sean extraordinariamente transparentes y seguros, y también que los ciudadanos los entiendan

De entre todos los puntos acordados entre la oposición y el MAS de Evo Morales para posesionar a Andrónico Rodríguez como presidente del Senado hay uno que ha pasado desapercibido pero que es tal vez el que requiere mayor consenso y empuje: es el que tiene que ver con lo puramente electoral.

Hay dos puntos al respecto. El primero dice que se debe acordar una “Ley de modificación de las elecciones primarias y cronograma de las elecciones generales de 2025, aprobada hasta el 31 de marzo de 2024 como máximo. Se modificará el sistema de primarias cerradas por otro de primarias abiertas, simultáneas y obligatorias. Las fechas electorales serán: primarias, primera semana de julio de 2025; primera vuelta primera semana de septiembre de 2025; eventual segunda vuelta primera semana de octubre de 2025; transmisión del mando presidencial, 8 de noviembre de 2025

El segundo dice que hay que aprobar “Leyes para implementar un nuevo Padrón Electoral transparente y seguro e institucionalización del TREP para los binomios presidenciales a partir de las elecciones de 2025, aprobada hasta el 31 de agosto de 2024 como máximo”.

Ambos puntos son tan concretos que no dejan margen alguno a la imaginación ni a la discusión, pero, además, entra a fondo en cuestiones delicadas.

En el primer punto, más allá de concretar el calendario electoral y aplazar hasta julio de 2025 unas primarias que serán vitales sobre todo en el MAS, apuestan decididamente por garantizar la participación de todos los ciudadanos imitando el modelo argentino: todo el mundo podrá votar a su favorito para que sea candidato y no solo los militantes, aunque el problema en realidad no solo era ese, sino si los partidos tendrán los arrestos para conformar alianzas previas y someter a sus candidatos a votación en competencia real con otros candidatos similares en fondo y forma.

El segundo tiene aún más enjundia, pues de entrada reconoce la necesidad de crear un nuevo padrón, lo que tendrá necesariamente que ser consistente con el Censo que se celebrará en próximas fechas, pero además apuesta por institucionalizar de una vez por todas el sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) de forma que nadie dude de ellos y los resultados se puedan tener en pocas horas de la misma noche electoral, como en cualquier otro país de nuestro entorno, y no una semana después con todo lo que supone.

En Bolivia la política se respira en la calle, fundamentalmente porque el funcionariado público no está institucionalizado más allá de maestros y sanitarios (y ni ellos) y cualquier cambio afecta a miles de familias, pero es tiempo de superar las cuestiones emocionales y empezar a acercarnos a esos momentos decisivos con mayor racionalidad. Es necesario, por tanto, no solo que los instrumentos básicos de cada proceso: el padrón, el conteo, etc., sean extraordinariamente transparentes y seguros, sino que los ciudadanos los entiendan y crean en su validez. Que sean los políticos los que se comprometan a no generar dudas sobre estos pasos de forma maliciosa es un paso importante.

Esperemos por tanto que se materialice lo antes posible. Bolivia necesita una mejor democracia


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