Sobre el rebrote del Covid en Bolivia
La clave hoy, como lo era hace nueve meses, es la detección rápida de los infectados. Los países más pudientes lo hacían con pruebas moleculares PCR, a razón de 100 dólares, y los países menos pudientes con diagnóstico clínico y prueba rápida de 10 dólares
Con más ansias de noticia que visos de realidad, en Bolivia se viene reportando un rebrote de la enfermedad del Covid 19 en base a un incremento notable de casos detectados en Santa Cruz de la Sierra, que al fin y al cabo fue el primer departamento que sintió la primera ola y el que mayor número de casos positivos ha sumado desde el inicio de la crisis.
El inicio de la curva ascendente llega en las vísperas de las fiestas navideñas y luego de que gobernaciones y municipios hayan dado por levantadas prácticamente todas las medidas de control de la pandemia, más allá de mantener las recomendaciones sobre los protocolos de bioseguridad, distanciamiento social, uso de alcohol en gel, etc.
En este tiempo parece que nos hemos olvidado de muchos aspectos básicos de la pandemia, que sin embargo se manejaron penosamente en el inicio de la crisis y desató una situación crítica en el país, siempre atenuada en los datos oficiales. Aunque también hay aspectos que se han ido precisando gracias a la ciencia que se ha hecho sobre la enfermedad en todos los países del mundo.
Nadie ha sabido explicar por qué la pandemia se retiró del país de la forma en que se informó, y tampoco nadie parece dispuesto a explicar por qué está volviendo
La clave hoy, como lo era hace nueve meses, es la detección rápida de los infectados. Los países más pudientes lo hacían con pruebas moleculares PCR, a razón de 100 dólares por diagnóstico y los países menos pudientes – aunque también los más afectados en momentos dados – se apoyaban en el diagnóstico clínico y prueba rápida – a razón de 10 dólares - , como en Tarija se empeñó el secretario de Coordinación, Waldemar Peralta, al que tildaron de “loco” y “alarmista”, entre otras cosas, mientras Tarija se convertía en el tercer departamento con más casos detectados, pero en el que tienen menor tasa de letalidad, que al final es la clave.
El problema del Covid es su rápido contagio, pero sobre todo, su alta letalidad. Diagnosticar rápido y aislar convenientemente pasa por ser el protocolo de actuación clave para evitar contagios y acelerar los tratamientos médicos, que hasta hoy no tienen consenso. En un país con un sistema de salud precario y donde en pleno pico se robaron hasta los respiradores, la estrategia nunca debería centrarse en el tratamiento médico, sino en anticiparse.
Las pruebas de anticuerpos de entonces y que defendía Peralta a capa y espada mientras el Ministerio prohibía literalmente su uso primero y su incorporación a las estadísticas oficiales después son ahora pruebas de antígenos, una evolución de las mismas con otros principios y mucha mayor fiabilidad que mantienen las características de mayor rapidez y menor costo respecto al PCR. Algunos países ya las tienen disponibles en farmacias.
Por las características de la enfermedad, el incremento de positivos que vemos hoy se transformará en incremento de decesos en unas dos semanas. Es decir, en plena Navidad, mientras algunos se conforman con mirar hacia otro lado y hacer recomendaciones.
La alerta de rebrote ya está aquí, y urge aumentar la capacidad de diagnóstico, pero también incorporar otros datos clave para conocer la evolución de la enfermedad, como las internaciones, uso de camas UCI para la pandemia, etc. El número de decesos registrados en el Sereci, que permite comparar con los años anteriores y tener una imagen real del impacto, no se ha publicado, aunque los datos oficiales del Ministerio ya superan los 9.000.
Nadie ha sabido explicar por qué la pandemia se retiró del país de la forma en que se informó, y tampoco nadie parece dispuesto a explicar por qué está volviendo, pero urge tomar medidas en serio y sin disimulos. El cálculo político de la pandemia siempre ha salido mal, en todos los países y para todos los Gobiernos del mundo.
