Tú sobre tu mente

“Érase una vez un estudiante de zen que se lamentaba de que no podía meditar, ya que sus pensamientos se lo impedían. Éste le dijo a su maestro que sus pensamientos y las imágenes que generaba no le dejaban meditar, y que aún cuando se iban unos instantes al poco volvían con mayor...

“Érase una vez un estudiante de zen que se lamentaba de que no podía meditar, ya que sus pensamientos se lo impedían. Éste le dijo a su maestro que sus pensamientos y las imágenes que generaba no le dejaban meditar, y que aún cuando se iban unos instantes al poco volvían con mayor fuerza, no dejándoles en paz. Su maestro le indicó que esto sólo dependía de sí mismo, y que dejara de cavilar.

Pero el estudiante siguió indicando que los pensamientos le confundían y no le dejaban meditar en paz, y que cada vez que procuraba concentrarse le aparecían pensamientos y reflexiones de manera continuada, a menudo poco útiles e irrelevantes.

A esto el maestro le propuso que cogiera una cuchara y la sostuviera en la mano, mientras se sentaba e intentaba meditar. El alumno obedeció, hasta que de pronto el maestro le indicó que dejara la cuchara. El alumno lo hizo, dejándola caer al suelo. Miró a su maestro, confuso, y éste le preguntó que quién agarraba a quién, si él a la cuchara o la cuchara a él.”

Este breve cuento parte de la filosofía zen y tiene origen en el budismo. En él se nos hace reflexionar sobre nuestros propios pensamientos, y el hecho de que debemos ser nosotros quienes tengamos el control sobre ellos y no a la inversa.

Más del autor
Tema del día
Tema del día
Cuando lleguen los incendios
Cuando lleguen los incendios
Satanás y los tres seminaristas
Satanás y los tres seminaristas