Espacio publicitarioEspacio publicitarioEspacio publicitario

La necesaria coordinación del SUS y el Susat

La cordura parece haber primado entre las autoridades del Gobierno Nacionales y el Gobierno Departamental. La salud es un asunto demasiado importante como para convertirlo en arma arrojadiza, tema de polarización o simple argumento electoral. Un paso en falso en esas direcciones puede dar al...

La cordura parece haber primado entre las autoridades del Gobierno Nacionales y el Gobierno Departamental. La salud es un asunto demasiado importante como para convertirlo en arma arrojadiza, tema de polarización o simple argumento electoral. Un paso en falso en esas direcciones puede dar al traste con cualquier aspiración y ni siquiera eso es lo importante.
Montaño, con su sola presencia, también evidenció que no quería más ruido en Tarija con este caso, porque ya hubo bastante y porque los doce años de ventaja en un asunto tan elemental, que se traduce en los mejores indicadores de salud del país, son incontestables
El Seguro Universal Autónomo de Tarija (Susat), es el mayor éxito de la autonomía departamental. Manejado mejor o peor, la idea concebida en la gestión de Mario Cossío – en absoluto sospechoso de peligroso socialista – e impulsada por la doctora Sara Cuevas hace ya la friolera de 12 años ha sido un ejemplo mayúsculo de lo que se puede hacer con la autonomía. Claro que para los que todo lo ven negro, solo fue una respuesta a los primero seguros – infancia y tercera edad – que impulsó el Gobierno.

El Seguro Universal de Salud (SUS), por su parte, es el más ambicioso proyecto social enfrentado por el Gobierno – a priori socialista - luego de 13 años de gestión ininterrumpida. Se hace difícil explicar a los compañeros del exterior, que no entienden que la salud siga siendo un objeto de mercadeo en Bolivia luego de década y media con Evo Morales gobernando, y es evidente que la apuesta tiene un marcado interés electoral, pero resulta tan potente y tan necesaria que cualquier tipo de oposición es inútil.

El SUS y el Susat están llamados a convivir y por tanto, la mejor vía posible era la de la coordinación y la cooperación. En Bolivia, seis millones de personas tenían que pagar por cualquier atención mínima, o llegar a Tarija, donde desde 2006 y 2007 se brindan los servicios sin pedir documentos de residencia.

El acercamiento entre el Gobernador Adrián Oliva y la Ministra de Salud, Gabriela Montaño, ha resultado fundamental en este momento. Los detalles técnicos quedaron en las manos precisamente de los técnicos: quién pagará qué, quién ejercerá la rectoría, quién definirá dónde hacen falta más médicos y dónde menos, qué obras se priorizarán, etc., son asuntos importantes, pero menores, y luego de la firma del convenio vendrán, con seguridad, una gran cantidad de encontronazos y discrepancias sobre los puntos, pero el marco está cerrado.

Oliva ha dejado claro que conservando las competencias de la Autonomía Departamental, la coordinación es posible; Montaño, con su sola presencia, también evidenció que no quería más ruido en Tarija con este caso, porque ya era bastante y porque los doce años de ventaja en un asunto tan elemental, que se traduce en los mejores indicadores de salud del país, eran incontestables.

El convenio se ha firmado, y de acuerdo a la primera lectura, se salvaguardan los planteamientos de la Gobernación, que incluyen la autonomía y la rectoría del Servicio Departamental de Salud. Lo que toca ahora es trabajar con los mejores oficios para que la apuesta sea un éxito y que los bolivianos dejen de vivir preocupados al menos por la quiebra segura que supone cualquier enfermedad. Sentadas las bases, es necesario pensar ya en su mejora.

 

 

 

 

 

Más del autor
El desapego
El desapego
Frente único
Frente único
Europa y el fin de la utopía
Europa y el fin de la utopía