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Lo que pasa con los hidrocarburos

La ausencia de un relato coherente con los datos en el Ministerio de Hidrocarburos amenaza la “estabilidad” con la que el Gobierno de Evo Morales está empeñado en hacer campaña en este 2019, pero sobre todo amenaza a miles de ciudadanos que hacen sus planes creyendo en un relato de...

La ausencia de un relato coherente con los datos en el Ministerio de Hidrocarburos amenaza la “estabilidad” con la que el Gobierno de Evo Morales está empeñado en hacer campaña en este 2019, pero sobre todo amenaza a miles de ciudadanos que hacen sus planes creyendo en un relato de crecimiento económico y bienestar que puede romperse en cualquier momento.

Durante todo 2018 el Ministro de Hidrocarburos Luis Alberto Sánchez negó problemas con Argentina y con Brasil, habló del “mar de gas” y de la “era de platino de los hidrocarburos” en Bolivia. Con esas aseveraciones, cualquiera hubiera arriesgado en una inversión, en una mejora de vivienda, en tener otra wawa, o darse unas vacaciones de altura.

En febrero llegó la renegociación del contrato con Argentina, a la baja en términos de volúmenes y exigencias de compra obligatoria y al alza en precios para volúmenes extraordinarios, que solo pasará en caso de extrema necesidad. El Ministro lo presentó como un buen negocio, hasta que Argentina indicó que espera ahorrarse 450 millones de dólares en dos años.

En marzo se supo que durante todo el año 2018 se cumplió con las nominaciones de Brasil en tres de los doce meses y que se cursaron multas. Peor, se supo que en enero y marzo de este mismo año tampoco se exportaron los mínimos a pesar de la presión Argentina por cambiar su contrato y las modificaciones posteriores. Un aspecto que no tiene una explicación lógica.

El Ministerio no se ha esforzado en explicar lo que pasa con los números. Al contrario, las dificultades las convierte en buenas noticias y las incoherencias las calla. En diciembre, la producción de gas cayó a 35 millones de metros cúbicos de gas. En enero de 2019, la producción se recuperó a 41, pero sin embargo se envió menos de los 24 millones de metros cúbicos de gas a Brasil, mientras que Argentina pedían apenas ocho.

Por el momento, el Ministerio guarda celosamente los datos de producción de febrero y marzo y tendremos que esperar hasta el primer semestre para saber si realmente la disminución ha sido un problema coyuntural o realmente existe un problema estructural con la producción de gas. En todos los casos, lo pertinente para las gobernaciones y municipios, y también familias, sería tomar previsiones, lo que implicaría una contracción del gasto y la inversión, lo que de acuerdo a la interpretación del modelo boliviano que hace el Ministro de Economía Luis Arce Catacora, vendrían problemas.

El Gobierno anunció la pasada semana un fideicomiso para Gobernaciones y Municipios que va exactamente en la línea de incentivar la inversión y seguir moviendo el motor, esta vez a base de crédito. Una apuesta arriesgada y tal vez útil, pero que debe ser dimensionada, precisamente en su plazo.

La “era de platino” puede empezar a dar muchos disgustos si se confirman los planes de Brasil y Argentina, que al final, son enemigos declarados del proyecto que representa Evo Morales. En ese contexto, los mensajes prudentes tal vez serían los más adecuados para este Gobierno, aunque no los más útiles.

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