El terror de la oposición

Pasan las semanas y los voceros oficiales y no tan oficiales de Carlos Mesa, expresidente 2003-2005 y único candidato confirmado formalmente para las Elecciones Primarias de enero de 2019, empiezan a dudar del argumento que vienen sosteniendo desde principios de año – momento en el que...

Pasan las semanas y los voceros oficiales y no tan oficiales de Carlos Mesa, expresidente 2003-2005 y único candidato confirmado formalmente para las Elecciones Primarias de enero de 2019, empiezan a dudar del argumento que vienen sosteniendo desde principios de año – momento en el que Página Siete volvió a medirlo en sus encuestas-, “no hay alternativa”.

Los candidatos que se han ido poniendo sobre la mesa no parecen tener como objetivo final ganar las elecciones, que es lo que se presupone, sino que más bien se articulan a otro tipo de intereses de otra índole. El más llamativo es la candidatura de Jaime Paz Zamora apoyado por una fracción del Partido Demócrata Cristiano (PDC), que no está claro sea el propietario legítimo de la sigla, y que cuenta con el antecedente de la candidatura de Jorge Quiroga en 2014, la que sirvió para dividir la oposición y garantizar al MAS sus dos tercios en la Asamblea Legislativa Plurinacional.

Parece ser por tanto una especialidad del PDC este tipo de gestiones, pero no deja de llamar la atención la decisión del octogenario expresidente que tira por la borda toda la argumentación de su hijo, el alcalde de Tarija Rodrigo Paz Pereira, respecto a la “renovación” de la política. Otras fuentes señalan que el paso es fruto del despecho de padre tras la negativa de Mesa de integrarlo en la candidatura y otros de negociaciones bajo presión para buscar una salida honrosa con sede en La Paz al azorado alcalde.

En el debate político han resucitado también siglas como UCS, que ha sondeado al otro vicepresidente de Carlos Mesa, Víctor Hugo Cárdenas; ha aparecido Tuto Quiroga para recordar que sigue existiendo; ha hablado desde la distancia Sánchez Berzaín y el propio Manfred Reyes Villa. Todo esto luego de que Carlos Mesa, presidente antes de Evo, se presentara bajo las siglas del Frente Revolucionario de Izquierdas (FRI) del mismísimo Óscar Zamora Medinaceli, Motete, recientemente fallecido tras más de 60 años en primera línea de la política.

Si algo ha tenido de diferente la irrupción de Jaime Paz Zamora es que en lugar de exhibir su propio nombre y hablar de “la unidad” o el “consenso”, sí ha planteado un modelo de Estado diferente al actual. La inclusión del “modelo federal”, un pedido que en realidad no está en el debate nacional que básicamente sigue girando en el eje, cómo en el modelo discrecional – prebendalista actual, ha animado el debate de las ideas que al final es el que la ciudadanía reclama, por mucho que los expertos en comunicación política sigan insistiendo en que el marketing se lo lleva todo por delante.

El miedo de los “grandes”, es decir, Samuel Doria Medina, Rubén Costas, el propio Carlos Mesa y Luis Revilla es evidentemente que les aparezca un “Bolsonaro” que pueda revolucionar el discurso con propuestas rompedoras, que enganche con los jóvenes, las mujeres y el resto de excluidos (o lo contrario) y puedan llegar a armar una alternativa con peso real en poco tiempo. Evidentemente Jaime Paz Zamora no es Bolsonaro, pero conforme pasa el tiempo y la viaje política sigue sin llegar a acuerdos concretos, una nueva alternativa rompedora parece tener espacio que conquistar.

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