Que robar no salga gratis

Alguna tara mental debe quedar después de tantos años repitiendo aquello de tolerancia cero a la corrupción y todavía se sigan dando situaciones grotescas de palmaria evidencia. No es posible que en 2018, cuando toda la información se encuentra al alcance de un clic, la población se siga...

Alguna tara mental debe quedar después de tantos años repitiendo aquello de tolerancia cero a la corrupción y todavía se sigan dando situaciones grotescas de palmaria evidencia. No es posible que en 2018, cuando toda la información se encuentra al alcance de un clic, la población se siga conformando con aquello de que “todos los políticos son iguales”, “así es la política”, “tienen que aprovechar” y otra cantidad de frases semejantes que demuestran la mucha tolerancia, cuando no complicidad, que existe en la sociedad.

La broma del presidente Evo Morales en un acto público ante un no tan gran número de incondicionales en el que, primero, reconoció un inusitado interés por las obras deportivas en el Chaco y después, preguntó directamente al Ejecutivo Regional del Chaco, José Quecaña, que cuánto iba a cobrar de comisión por un Coliseo de 10 millones de bolivianos, no debería quedar como una mera anécdota. Ni siquiera como un enojo pasajero.

Tarija y el Chaco han atravesado su mejor década gracias a la bonanza de los hidrocarburos. Desde la nacionalización de 2006 hasta el derrumbe de precios del barril de petróleo y su impacto global a final de 2014 el baile de millones se convirtió en un habitual, en un ritual con promesa, licitación y primera piedra, con collares de flores y cántaros llenitos de vino rompiéndose contra el piso.

Visto con perspectiva, ni el departamento, ni las provincias, ni los municipios, particularmente los más grandes, han registrado cambios en las proporciones en las que crecieron los ingresos y se hicieron las promesas. La sensación general es que la plata fue a parar a bolsillos distintos.

En este medio hemos publicado decenas de irregularidades en decenas de proyectos. Desde los asuntos de la Villa Olímpica en la gestión de Mario Cossío hasta las obras caídas y abandonadas en Entre Ríos, como su EPI, su Terminal o su planta procesadora de alimentos pasando por el “Mirador” del Campesino, de 17 millones de bolivianos que apenas nadie usa; la reubicación de la Terminal de buses de Cercado en los predios de un, luego, Senador; la compra de 12.500 computadoras en Yacuiba a más de 400 dólares cuando la póliza de importación apenas registraba 120 o el recorte de 10 kilómetros en una carretera de 40, la Bermejo – San Antonio, que acabaremos pagando por tercera vez.

La gestión de Lino Condori es particularmente emblemática y su escándalo más sonado, el de la “Condorvía”, que estuvo a punto de duplicar el precio de un tramo que ya había adjudicado por la mitad, fue abortado precisamente por la acción de la prensa. Hasta ahora no hay responsables ni la Justicia ha dicho esta boca es mía.

Y es que ese parece ser la gran falencia. Ni siquiera Mario Cossío, exgobernador electo y “decapitado” en la Asamblea por una imputación formal, enemigo declarado del MAS, todavía no tiene una sentencia firme por enriquecimiento ilícito; Carlos Brú, exalcalde de Yacuiba, fue nombrado Viceministro de Defensa Civil sin aclarar el asunto de las computadoras; a Óscar Montes le han rechazado y hasta declarados prescritos sus juicios por enriquecimiento; al exgobernador interino Lino Condori recién se le ha pedido una detención preventiva con más de una docena de casos abiertos; autoridades como Rubén Vaca, Delfor Burgos o Miguel Ávila, que fueron denunciados y preventivamente detenidos volvieron a ser electos prácticamente tras abrazar las siglas del partido Gobierno…

La lista es larga, demasiado, pero es necesario que cambie de una vez por todas el concepto de aproximación a la política, la impunidad campante, el seguidismo, la tolerancia a la corrupción, las bromas sobre el enriquecimiento… De lo contrario, será el sistema el que deba resquebrajarse.

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