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Una solución para el Prosol

La propuesta del sector campesino de dedicar un porcentaje específico y fijo de las regalías al Programa Solidario Comunal (Prosol) supone un importante paso para desbloquear el asunto que ha crispado los ánimos entre Gobernación y Federación Sindical Única de Comunidades Campesinas de...

La propuesta del sector campesino de dedicar un porcentaje específico y fijo de las regalías al Programa Solidario Comunal (Prosol) supone un importante paso para desbloquear el asunto que ha crispado los ánimos entre Gobernación y Federación Sindical Única de Comunidades Campesinas de Tarija durante toda la legislatura. Eso sí, siempre que lo que se pretenda sea llegar a un acuerdo en este ámbito. Si de lo que se trata es de mantener la pelea porque a ambos sectores les suma electoralmente, es tiempo perdido.
Desde su nacimiento, lo relevante del Prosol ha sido el monto que conllevaba a pesar de que en su maduración haya ido cambiando de orientación ideológica conceptual. Cuando el entonces dirigente de la Federación, Luis Alfaro, arrancó a punta de bloqueo el programa a Mario Cossío a través de una Ley Nacional, el entonces aún Prefecto del departamento lo diseñó dentro de sus orientaciones. El Prosol se convirtió entonces en un bono directo a cada una de las familias campesinas, que lo gastaban en lo que buenamente quisieran. La comunidad sólo intervenía para dar el visto bueno a la residencia del mencionado comunario. En esa etapa, obviamente, se denunciaron malos usos e incluso algunas multas, etc que se imponían a los comunarios. No era raro que los 2.500 bolivianos de entonces se convirtieran en una fiesta de cumpleaños o una Primera Comunión.
En la gestión del interino Lino Condori, el monto se elevó de forma considerable. Primero ascendió a los 3.500, luego a 4.500 y luego se le añadió un extra de 1.500 bolivianos que iba a ser utilizado solo para proyectos de agua, pero que con el tiempo finalmente quedó disuelto en el conjunto. Eran los tiempos de la bonanza, en los que los reformulados venían con millones extras. Para entonces se había roto la lógica del consumo individual y se había adoptado una forma comunal más próxima a los postulados del propio MAS.
En ese tiempo las denuncias de malversación alcanzaron máximos, desde facturas falseadas, productos chinos pasados por alemanes, compras de movilidades, construcción de salones de eventos, etc hasta otros hechos consistentes en incrementar el número de comunarios captando carnets en fotocopiadoras hasta, lo más insólito nunca visto y por cierto, nunca depurado, inventarse hasta 40 comunidades en Villa Montes.
La cantidad de recursos dilapidado por avivados en el Prosol es grande y se manifiesta de dos maneras muy evidentes: cada helada, cada llegada del río o cada vez que tarda un poco más en llover, los precios en los mercados suben alegando causas naturales. La otra se evidencia a la hora de comprobar el origen de los productos que se entregan en las canastas alimentarias o subsidios. El Prosol no ha logrado cualificar la producción, ni ampliarla ni mucho menos industrializarla.
Es verdad que hay que hilar fino a la hora de asignar porcentajes para proyectos específicos pues todos deben tener en cuenta el 45 por ciento que se va al Chaco y que tal vez pronto se reparta entre todas las provincias productoras. Igualmente seguirá siendo el 45 por ciento de la producción. Igualmente tendrá que salir de ahí el porcentaje para el Prosol.
Ahora bien, el monto debe vincularse a una fórmula fija a su vez vinculada al nivel de ingresos del departamento, pero en todo caso, esto no debe ser lo más importante, sino ocuparse en que realmente el Prosol cumpla una función social importante.
La inversión en el agro no se reduce exclusivamente al Prosol. Presas, caminos, semillas, riego, etc, todas las inversiones se destinan precisamente al mundo rural y todas, en los tiempos modernos, atraviesan un periodo de socialización y consulta con las comunidades que lo validan. En ese contexto, más allá del monto, es necesario desarrollar todos los reglamentos e instrumentos que garanticen que el Prosol coadyuva al objetivo final, que no es poner plata en circulación a como dé lugar, sino a convertir a Tarija en un departamento de desarrollo armónico y sostenible con capacidades propias.

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