El día después del 15 de abril

Al mes de abril le quedan dos semanas, pero más allá de disfrutar de las excelentes presentaciones del Abril en Tarija, es hora de dejar de lado los festejos y ponerse a trabajar. El optimismo ha sido generalizado. Los guiños del Vicepresidente a la recuperación de Tarija han caído muy bien...

Al mes de abril le quedan dos semanas, pero más allá de disfrutar de las excelentes presentaciones del Abril en Tarija, es hora de dejar de lado los festejos y ponerse a trabajar. El optimismo ha sido generalizado. Los guiños del Vicepresidente a la recuperación de Tarija han caído muy bien para los estrategas, para felicitarse en el cumpleaños. Pero es evidente que no es oro todo lo que reluce.

El Gobierno, que da lecciones de diversificación de la economía e inversión pública, encomienda su éxito a la exportación de hidrocarburos. Las urgencias, como ha quedado en evidencia en estas efemérides, son máximas. Si no fuera por ello, no se entiende que el propio Evo Morales se ponga al frente de la operación que avala la exploración en la Reserva Natural de Tariquía mientras en Lima da lecciones de cómo se debe respetar la Madre Tierra y extraerle únicamente lo necesario. Pero no es solo eso.

La apertura de la puerta a la exploración de hidrocarburos para su explotación por medio de métodos no convencionales, léase técnica de fractura hidráulica, conocido mundialmente como el “diabólico” fracking, denunciado por todos los activistas ambientales del mundo por su afectación a los acuíferos, evidencian que la urgencia es muy acuciante.

García Linera ensayó en su discurso de la Sesión de Honor una justificación a la decisión, señalando que es necesario conocer cuánto hidrocarburo de esa naturaleza existe en el país, pero que eso no significa que se vaya a explotar. La explicación confronta no solo con lo expresado por el CEO de la empresa en el acto del jueves, sino con la propia naturaleza del convenio, suscrito sólo para el área de Miraflores. En cualquier caso, hay que prestar atención al desarrollo del mismo y en última instancia, durante décadas las petroleras han especulado en bolsa con sus niveles de reservas, ahora propiedad de los bolivianos.

No solo el Gobierno encomienda su éxito a los hidrocarburos, sino también la Gobernación que sigue alimentando la contratación de deuda. Este año según el compromiso de Evo Morales, serán, por el momento, 60 millones de bolivianos más que pagaremos entre todos vía un nuevo fideicomiso que vendrá a sufragar proyectos, algunos caprichosos, de antaño.
El margen de endeudamiento ya sufrió un recorte en 2017, ajustándose a poco más de 130 millones de dólares por la nueva tendencia mundial de precios, pero también por el horizonte de los campos tarijeños y la caducidad de los contratos. Dividiendo la expectativa con el Chaco, el volumen contratado lleva a límites el margen mientras que la única opción para cubrir el servicio sigue siendo la misma renta de la que se desconfía. Tariquía, el no convencional y el resto de proyectos y operaciones juegan para todos. Los ambientalistas también lo saben.

En el centro de los problemas de la Gobernación está la herencia recibida, en forma de contratos, que poco a poco se convierten en deuda física en un procedimiento no tan transparente de aprobación o descarte.

Los proyectos de agua, nunca articulados en un plan hidrológico departamental, puede ser lo más destacable que deja la efeméride. La Gobernación se conformó con pedir el apoyo para la apertura de la tercera frontera con Jujuy. Peor le fue a los alcaldes, que después de meses reclamando por atención, recursos y lamentando sus problemas financieros le acabaron pidiendo al presidente Evo Morales que les construya una sede social para sus reuniones y encuentros. Parecido les fue a los empresarios, que después de años reclamando por las medidas que asfixian la competitividad y no les permiten invertir en tecnología o por la falta de mercados, o de parques industriales, o … aplaudieron un talón de seis millones de bolivianos para construir un pabellón y un patio de comidas en la Fexpo.

Sin duda las dos semanas del mes de abril han dejado muchas luces, muchas sombras y algunas sombras muy oscuras sobre el departamento. Quedan todavía otras dos semanas que pueden deparar nuevas sorpresas. Pero lo más conveniente es que hoy, todos, empiecen a enfocarse en el objetivo común.

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