Fexpo: Cuando gobernar no es negocio

La Feria Exposición de Tarija (FexpoTarija) está en marcha desde el pasado fin de semana y oficialmente desde este martes en el que el vicepresidente Álvaro García Linera, por enésima vez consecutiva, declaró inaugurada la iniciativa ferial. En los últimos años, García Linera ha sido el...

La Feria Exposición de Tarija (FexpoTarija) está en marcha desde el pasado fin de semana y oficialmente desde este martes en el que el vicepresidente Álvaro García Linera, por enésima vez consecutiva, declaró inaugurada la iniciativa ferial. En los últimos años, García Linera ha sido el responsable de este acto en Tarija, así como el encargado de hacer el discurso en la sesión de Honor del 15 de Abril.

García Linera ya está acostumbrado al ritual en Tarija. Primero hablar de la idea abstracta de la Justicia Social, después de lo bien que el Gobierno maneja la economía y por último, de lo mal que hacemos las cosas en Tarija. En función de la coyuntura, García Linera carga más las culpas en las autoridades de turno o en, digamos, el pueblo general representado en sus empresarios.

El vicepresidente fue quien en un 15 de abril empezó a sepultar cualquier opción del entonces Gobernador Interino Lino Condori de continuar en el cargo. Condori junto a sus allegados llegaban al final de la gestión habiendo conseguido articular una fórmula para repartir los recursos y administrar el poder. Soñaban con la reelección. El MAS Tarija había firmado una especie de Pax Romana en el que todos se encontraban más o menos felices. Eran los tiempos de muchos recursos, muchos proyectos y muchas ambiciones. García Linera soltó aquello de “Tarija tiene plata y no tiene sueños” que hundió para siempre cualquier opción de Condori, que se había guardado todos los sueños para él.

Quizá fue solo manual, pero quedó lapidario. En lo posterior ha vuelto a repetir el discurso con algunos matices, siempre inspirado en esa especie de “maldición del gas” que se empeña en endilgar a los tarijeños. En esa crítica al “nuevo rico” que no supo qué hacer con sus recursos.

En todo este tiempo, el círculo que lo acompaña en sus visitas a Tarija, repleto de adulones, no le han podido explicar o hacer entender que el gas lleva mucho tiempo en Tarija y que los tarijeños no aceptan regalos con plata ajena y que tampoco pretenden hacer la revolución ni apuntalar causas separatistas, sino que demandan un simple trato cooperativo respetuoso.

García Linera ha logrado imponer su libreto económico en el programa de Gobierno. Una suerte de capitalismo de Estado soportado socialmente por los grupos de economía capitalista clásica, como los cocaleros, campesinos, mineros cooperativistas y gremiales. El Gobierno lleva doce años viviendo de los réditos de la nacionalización, sin que el excedente haya servido para impulsar reformas estructurales en los servicios públicos, como la salud y la educación, que contribuyan a reducir las desigualdades.

Lo que sí ha hecho el Gobierno es erigirse como una especie de gestor empresarial de negocios seguros que sin embargo, algunos han llegado a quebrar incluso en condiciones monopólicas. El fracaso de Ecobol es uno de los ejemplos más claros. El Vicepresidente ha exigido a los empresarios inversión e iniciativa además de sumisión sobre aspectos como el incremento salarial. Mientras tanto el Gobierno no ha dudado en liquidar a todos los funcionarios de una empresa centenaria y monopólica.

Evidentemente echar mano a los recursos del Tesoro General de la Nación cuando los negocios se tuercen facilita mucho el juego de ser empresarios. Así se sostienen empresas inauditas que no dan beneficios ni económicos ni sociales y que, sin embargo, acaparan más presupuesto que Gobernaciones y Municipios que deben salvaguardar los principales servicios públicos para los ciudadanos.

El discurso del modelo chino ya ha impregnado al gabinete de Evo Morales. El mismo Ministro de Hidrocarburos Luis Alberto Sánchez utiliza como argumento habitual para defender sus planes cada vez menos verdes que las Gobernaciones y Municipios no generan recursos; como si la misión de estas fueran convertirse en empresas o unidades de negocio y no instituciones prestadoras de servicios.

Más allá de los discursos y las definiciones competenciales, más allá de la riñas y jalones de oreja, más allá de las visiones magníficas del ejercicio de Gobierno como negocio o como servicio, la FexpoTarija ya está en marcha y esperemos sea una buena oportunidad para que quienes se dedican a hacer negocios, los hagan. Será bueno para Tarija.

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