Una áspera discusión al respecto de la crisis
Debate: ¿Habrá inflación después de la pandemia?
A medida que la crisis económica toca fondo, emerge un áspero debate sobre si una inflación es posible en el momento en que comience la recuperación



Los economistas en todo el mundo –que siempre gustan de las modelizaciones y predicciones– se ha ensañado con un tema en los últimos meses: ¿la actual crisis derivará en una inflación? La discusión tiene que ver con lo siguiente: a medida que la pandemia pueda ser “controlada” en los siguientes meses y, por tanto, la posibilidad de una cierta normalidad se hace visible al final del túnel (sin cuarentenas ni confinamientos), es previsible que las economías de todo el mundo pongan, en la medida de los posible, los motores a toda máquina.
Ello, junto a todas las medidas de apoyo fiscal que los gobiernos han venido implementando para paliar los efectos de la crisis –lo que ha inyectado importantes cantidades de dinero crediticio en las economías–, podría generar un impulso desequilibrado, dando lugar a una espiral inflacionaria.
Según el reconocido economista y analista británico, Michael Roberts, “ahora la preocupación es que, en lugar de que continúe la recesión, exista el riesgo de ‘sobrecalentamiento’ en las principales economías, provocando una inflación de precios generada por ‘demasiado’ gasto público y el mantenimiento de una política monetaria ‘flexible’”. Sin embargo, en el trasfondo de esta discusión está siempre “la función del Estado” y si éste debería intervenir o no en la economía. Una antigua reyerta entre escuelas económicas.
¿Podría haber inflación?
Gran parte de la discusión respecto a un horizonte inflacionario en la economía mundial se ha desatado por las recientes medidas promovidas por el flamante presidente de Estados Unidos, Joe Biden. El estímulo promovido por la nueva administración se calcula que es cercano a los 1,9 billones de dólares. Estos recursos, que incluyen cheques de $US 1.400 para la mayoría de los habitantes de ese país, son considerados por muchos como el preludio de un momento de fuerte presión de la demanda.
Según el economista Roberts, muchas de las apreciaciones de las distintas corrientes que reflexionan sobre la inflación y sobre los fenómenos económicos que podrían acompañarla, están en lo cierto en varios aspectos, sin embargo, algo que la mayoría de los analistas no está tomando en consideración “es lo que está sucediendo con los sectores productivos de la economía. Si no se recuperan, el estímulo fiscal no funcionará y el estímulo monetario también será ineficaz”. En este sentido, la inflación es una amenaza latente, sin embargo, más preocupante será que el sector productivo no responda mientras que la política de estímulos continúe, lo que podría derivar en lo que en economía se conoce como “estanflación”; es decir, un alza de precios, junto a un estancamiento económico y aumento del desempleo. Esto es algo que según Roberts es posible en EE.UU., y que podría arrastrar a otras grandes economías. “Las autoridades monetarias y fiscales de Estados Unidos pueden pensar que pueden controlar la inflación […]. Pero poco pueden hacer para que la economía estadounidense alcance un fuerte ritmo de crecimiento sostenido del PIB, la inversión y el empleo. Por lo tanto, es más probable que la economía estadounidense en los próximos años sufra de estanflación que de ‘sobrecalentamiento’ inflacionario”.
El control inflacionario que podría afectar a economías emergentes
La dependencia podría cobrar factura a muchas economías emergentes si es que en los países desarrollados implementan medidas para frenar posibles procesos inflacionarios. Por ejemplo, “unos tipos de interés más altos en Estados Unidos para frenar la inflación significarían un dólar más fuerte y salidas de capital de las economías emergentes, como en 2013. Esto pondría en peligro sus finanzas y dificultaría luchar contra los efectos de la pandemia”, señala el semanario The economist.