Un giro en la política monetaria
Gobierno y BCB establecen nueva relación
El gobierno y el Banco Central de Bolivia establecen un nuevo “programa financiero” que delinea las condiciones de la relación entre ambas instancias



El 7 de diciembre el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, y el presidente a.i. del Banco Central de Bolivia (BCB), Roger Rojas, firmaron el “Programa financiero 2020. Segunda revisión”. El mismo establece el tipo de relación que asumirá el ejecutivo y el BCB, relación que tiene variaciones considerables respecto a la que se estableció con el anterior gobierno.
Para la implementación de este programa se consideran nuevas estimaciones de la economía boliviana, la misma que “prevé una caída del PIB de alrededor del 8,4%, una inflación de fin de periodo en torno al 1,1% y un déficit fiscal de aproximadamente 12,3% del PIB”.
Por otro lado, este documento también pone en consideración la perspectiva desde la cual el BCB debe afrontar los retos de la crisis económica, para lo cual se establece un rol “más activo” respecto al programa que se había firmado en la gestión del anterior gobierno.
El BCB y el cambio de su rol en la economía
El reciente programa suscrito por el Banco Central de Bolivia y el Ministerio de Economía y Finanzas modifica los principios de la política económica que será implementada desde las instituciones públicas. “Estas políticas estarán dirigidas a retomar el Modelo Económico Social Comunitario Productivo con el objetivo de reconstruir la economía boliviana y consolidad nuevamente la estabilidad económica”, señala dicho programa.
En ese marco se explicita que la política fiscal tendrá la función de promover la inversión pública de los sectores productivos estratégicos. Por el otro lado, “la política monetaria tendrá una orientación expansiva, con el fin de fomentar el aparato productivo, manteniendo la estabilidad del poder adquisitivo interno de la moneda, para contribuir al desarrollo económico”.
Si bien la gestión 2020 está a punto de terminar, este nuevo programa financiero se implementó debido a que el actual gobierno se plantea una relación totalmente distinta a la que tenía el anterior ejecutivo con el BCB, el cual debía tener como prioridad “mantener la estabilidad del poder adquisitivo interno de la moneda, para contribuir al desarrollo económico y social. En tanto no afecte a dicho objetivo, el BCB podrá realizar nuevos impulsos monetarios”.
En este sentido, en el documento se señala claramente que la desaceleración económica tiene que ver con la pandemia pero también con “una mala administración del Gobierno de Transición que, en un momento en que la economía nacional requería políticas expansivas, priorizaron la reducción del déficit fiscal”.
Con todo y más allá de las acusaciones, lo cierto es que las proyecciones que presenta el documento son en extremo preocupantes y muestran la delicada situación en la que se encuentra la economía nacional. La gran contracción económica y el elevado déficit fiscal, junto a la caída de las Reservas Internacionales Netas que podría alcanzar los $US 1.367 millones, expresan las dificultades que deberá enfrentar el país el 2021.