Experta: El mundo en la era del “barbarismo climático”
La reconocida periodista, escritora, cineasta y activista canadiense, Naomi Klein, considera la forma en que se habla del cambio climático es “demasiado compartimentada, demasiado aislada de las otras crisis que enfrentamos”. En ese sentido, analiza la relación entre el cambio climático...
La reconocida periodista, escritora, cineasta y activista canadiense, Naomi Klein, considera la forma en que se habla del cambio climático es “demasiado compartimentada, demasiado aislada de las otras crisis que enfrentamos”.
En ese sentido, analiza la relación entre el cambio climático las crisis raciales, económicas, migratorias, de refugiados, y “la guerra que se hace contra nuestra capacidad de atención” a través de la sobreestimulación con las redes sociales.
“Estas son crisis que se intersecan, que están interconectadas, así que las soluciones tienen que darse de la misma manera”, puntualiza Klein.
La izquierda y la derecha en el cambio climático
En una entrevista con Natalie Hanman para el diario británico The Guardian, Klein reconoce que en el pasado no ha puesto suficiente énfasis en el reto que el cambio climático significa para la izquierda política.
“Es más obvia la forma en que la crisis climática desafía a la visión mundial de derecha que predomina en el mundo, y el culto al centrismo que nunca quiere hacer nada grande, que siempre quiere dividir. Pero lo cierto es que también es un desafío a la visión de izquierda, que esencialmente sólo se interesa en redistribuir el botín del extractivismo y no calcula los límites del consumo ilimitado”, advierte la experta.
En ese sentido, explica que cuando los expertos revelan que existen límites al consumo y al uso de recursos naturales, y que por tanto se requiere tomar algunas decisiones duras (como la propuesta de decrecimiento económico), muchos sectores entran en una especie de pánico.
La respuesta de la izquierda en estos casos ha sido evasiva: “no vamos a quitarte tus cosas, sólo habrá todo tipo de beneficios” en la redistribución de ingresos, en el aumento del consumo, siempre en ese marco.
Pero Klein considera que reducir el crecimiento y enfrentar el problema climático frontal y urgentemente como se requiere también traerá muchos beneficios. “Tendremos ciudades más habitables, tendremos aire más limpio, perderemos menos tiempo en el tráfico, podemos diseñar vidas más felices y ricas en muchos sentidos. Pero vamos a tener que reducir el lado del consumismo ilimitado y desechable”.
No dividir las luchas
Una de las críticas que suele escucharse contra los movimientos ambientalistas es que éstos suelen estar dominados por gente blanca, o gente pudiente. Naomi Klein analiza los peligros de dividir las luchas, y comienza por recordar que las personas que tienen mucho que perder tienden a ser más temerosas del cambio, mientras que la gente que tiene mucho que ganar tiende a pelear con más fuerza por el cambio.
“Ese es el gran beneficio de tener un enfoque sobre el cambio climático que lo vincule a los problemas del día a día: ¿cómo vamos a tener mejores empleos, mejores salarios, viviendas asequibles, formas en que la gente pueda proveer y cuidar a sus familias?”, explica.
La experta recuerda haber tenido muchas conversaciones a lo largo de los años con ambientalistas que realmente creen que juntar la lucha climática con la problemática de la pobreza o la justicia social va a dificultar la pelea.
“Tenemos que salir de esta mentalidad de quienes piensan: ‘mi crisis es más grande que tu crisis, primero salvamos el planeta y después peleamos contra la pobreza o el racismo y la violencia contra las mujeres’. Eso no funciona. Lo que hace es alienar a las personas que pelearían con más fuerza por el cambio”, enfatiza Klein.
Este debate ha tenido ciertos cambios en EEUU estos últimos años, gracias al liderazgo del movimiento por la justicia climática y a las mujeres congresistas de color que están promoviendo un Nuevo Pacto Verde.
Es el caso de Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar, Ayanna Pressley y RashidaTlaib, que según explica la experta, provienen de comunidades “que han padecido mucho durante los años de neoliberalismo y más. No tienen miedo de cambios profundos porque sus comunidades los necesitan desesperadamente”.
¿Qué se puede hacer como individuos?
“La dura verdad es que la respuesta a la pregunta ‘¿Qué puedo hacer yo, como individuo, para frenar el cambio climático?’ es: nada”, escribió Klein en su más reciente libro titulado “Bajo Fuego: El Quemante Argumento por un Nuevo Pacto Verde”.
Consultada sobre si sigue pensando así, la activista canadiense reafirma que, en términos de emisiones de carbono, “la sumatoria de las decisiones individuales que tomamos no van a siquiera acercarse al nivel de cambio que necesitamos”.
Klein piensa que el hecho de que para muchas personas sea más cómodo hablar de “nuestro consumo personal” en vez de hablar de cambio sistémico es un producto del neoliberalismo.
“Hemos sido entrenados a vernos a nosotros mismos primero como consumidores. Hemos sido entrenados a pensar muy en pequeño. Por eso es muy significativo que Greta Thunberg haya convertido su vida en una emergencia viviente”, explica.
En este sentido, no se trata de lo que Thunberg hace como individuo, sino lo que ella transmite y publica; usa ese poder de figura pública para publicitar que el cambio climático es una emergencia y trata de inspirar o presionar a los políticos para que lo asuman como una emergencia.
“Mi respuesta sigue siendo que no soy una asesora de estilo de vida, no soy la gurú de compras de nadie. Tomo decisiones en mi propia vida, pero no estoy bajo ninguna ilusión de que esas decisiones vayan a hacer la diferencia”, sentencia Klein. Las decisiones personales están bien, pero el cambio tiene que ser sistémico.