Crecimiento mundial del salario en nivel más bajo desde 2008
Según el nuevo Informe Mundial sobre Salarios 2018/2019, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el crecimiento mundial de los salarios cayó “a su nivel más bajo desde 2008, muy por debajo de los niveles anteriores a la crisis financiera mundial”, mientras que las diferencias...



Según el nuevo Informe Mundial sobre Salarios 2018/2019, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el crecimiento mundial de los salarios cayó “a su nivel más bajo desde 2008, muy por debajo de los niveles anteriores a la crisis financiera mundial”, mientras que las diferencias de remuneración entre hombres y mujeres, de alrededor 20%, “siguen siendo inaceptablemente altas”.
Basándose en datos de 136 países, el informe constata que en términos reales (ajustados a la inflación) el crecimiento mundial del salario se desaceleró, pasando de 2,4% en 2016 a 1,8% en 2017. El fenómeno es más evidente en países avanzados que en la mayoría de los países emergentes o en desarrollo.
Así, la OIT observa que en los países avanzados del G20, el crecimiento real del salario disminuyó de 0,9% en 2016 a 0,4% en 2017. Mientras que en los países emergentes y en desarrollo del mismo G20, el crecimiento de los salarios reales bajó de 4,9% en 2016 a 4,3% en 2017.
Al respecto, el Director General de la OIT, Guy Ryder, considera “desconcertante” que en las economías de altos ingresos el lento crecimiento de los salarios esté acompañado por una recuperación del crecimiento del PIB y una disminución del desempleo.
“Este estancamiento de los salarios constituye un obstáculo para el crecimiento económico y la mejora de los niveles de vida. Los países deberían analizar, junto a sus interlocutores sociales, las maneras de lograr un crecimiento del salario sostenible desde el punto de vista económico y social”, agrega Ryder.
El experto advierte además que las primeras indicaciones sugieren que este lento crecimiento del salario continúa en 2018 y se prevé que sea así también en 2019.
Según el informe, los salarios reales casi se han triplicado en los países emergentes y en desarrollo del G20 en los últimos 20 años, mientras que en los países avanzados del G20 han aumentado solo en 9%.
Sin embargo, “en numerosas economías de ingresos bajos y medianos, las desigualdades salariales siguen siendo altas y con frecuencia los salarios son insuficientes para cubrir las necesidades de los trabajadores y sus familias”.
Brecha de género “inaceptablemente alta”
Para explorar la brecha salarial entre hombres y mujeres, el informe de la OIT incluye una metodología de cálculo nueva, que considera más precisa. Ésta utiliza datos que abarcan alrededor de 70 países y que representa aproximadamente al 80% de los asalariados a nivel mundial.
El resultado de los cálculos de la OIT evidencia que, a escala global, las mujeres siguen percibiendo un salario aproximadamente 20% inferior al de los hombres, por el mismo trabajo y responsabilidad. Este es un promedio que varía según países y contextos.
Para Ryder, “las disparidades de remuneración por razón de género constituyen una de las mayores manifestaciones de injusticia social de la actualidad, y todos los países deberían esforzarse por comprender mejor qué se esconde detrás de esto y avanzar más rápidamente hacia la igualdad de género”.
Desigualdades
La OIT señala en su informe que en los países de altos ingresos, la diferencia de retribución entre ambos sexos es más elevada en el extremo superior de la escala salarial (mayor desigualdad de género entre los más ricos), mientras que en los países de ingresos bajos y medios, es mayor entre los trabajadores peor remunerados (mayor desigualdad entre los más pobres).
Asimismo, al estar basado en datos empíricos, el informe muestra también que las explicaciones tradicionales de este fenómeno –por ejemplo las diferencias en los niveles de educación entre mujeres y hombres que tienen un empleo asalariado-, desempeñan “un papel limitado” para explicar las disparidades de remuneración por razón de género.
Una de las autoras del informe, la especialista en econometría y salarios de la OIT, Rosalía Vázquez-Álvarez, profundiza al respecto: “En numerosos países, las mujeres tienen un nivel de educación más alto que el de los hombres pero perciben salarios inferiores, aun cuando trabajen en las mismas categorías profesionales”
La experta también constató que los salarios, tanto de las mujeres como de los hombres, también tienden a ser inferiores en las empresas y las profesiones con una fuerza de trabajo predominantemente femenina.
“Por lo tanto, a fin de reducir las disparidades de retribución por razón de género es necesario hacer más para garantizar la igualdad de remuneración entre hombres y mujeres, y para rectificar la infravaloración del trabajo de las mujeres”, agrega.
Maternidad como factor
La OIT encontró que otro factor que influye en las disparidades salariales de género es la maternidad: las mujeres con hijos generalmente perciben salarios inferiores a los de las mujeres que no tienen hijos.
Esto puede estar relacionado con diferentes elementos, como las interrupciones en la carrera profesional, la reducción del horario de trabajo, trabajos que permiten conciliar la vida profesional y la familiar (con salarios más bajos) o “decisiones estereotipadas” sobre los ascensos a nivel empresa.
Según el informe, una distribución más equitativa de las responsabilidades familiares entre hombres y mujeres en muchos casos permitiría que las mujeres tomasen decisiones profesionales diferentes.
Aún así, la evidencia muestra que incluso antes de la maternidad las mujeres ya enfrentan una desigualdad de remuneración. “Esto indica que es necesario combatir los estereotipos y la discriminación desde su ingreso al mercado de trabajo”, sentencian los autores.