Piden investigar las deudas soberanas para evitar usura
La apuesta del nuevo gobierno griego apunta a una sustantiva reducción de su deuda, similar a la obtenida por Alemania Federal en 1953. El gobierno de Syriza remarca este antecedente político para recordar la deuda económica y moral que Alemania, principal detractor de la nueva propuesta...



El inicio del nuevo gobierno estuvo marcado por claras medidas de reparación a los desposeídos, que se contraponen a las imposiciones de austeridad patrocinadas por Alemania y la Troika (Fondo Monetario Internacional, Unión Europea y Banco Central Europeo).Entre las medidas que más resaltan está el restablecimiento de electricidad a 300.000 hogares carenciados. Syriza además fijó un nuevo salario mínimo y decretó la readmisión de 3.500 trabajadores despedidos. El nuevo gobierno también disolvió el órgano creado para las privatizaciones y suspendió la venta de los puertos de Tesalónica y El Pireo.De aquí en adelante, lo que Syriza plantea es “un variado paquete de quitas, refinanciaciones y pagos condicionados al crecimiento. Estas alternativas incluyen mayores erogaciones solventadas con impuestos a los capitalistas locales o cancelaciones más reducidas del pasivo, si no se instrumenta una reforma fiscal progresiva”, detalla el economista e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina, Claudio Katz.Pero antes de ello, analistas económicos coinciden en que un paso fundamental, quizá el primer paso para cualquier negociación de la deuda griega, debe ser el de hacerle una auditoría.Según Katz, ello permitirá “clarificar el origen y la legitimidad” de la deuda, y “refutaría todos los argumentos neoliberales, al demostrar que la deuda se desbordó por las estafas perpetradas por los banqueros”.El economista Julio Gambina, también argentino, coincide con Katz y afirma categóricamente que “detrás de todo está el gran negocio del sistema bancario y financiero, gran beneficiario del elevado endeudamiento público de Grecia desde la emergencia de la crisis en 2008”.Gambina recuerda que “todo el esfuerzo de política económica se centró en el salvataje de la banca alemana y francesa, principales perjudicados por la situación de falencia al comienzo de la crisis. Por eso es que una investigación a fondo pondría en evidencia a la burocracia gubernamental de Grecia, de Europa, y del sistema financiero mundial contra la miseria descargada sobre el pueblo griego”.
Factibilidad de la auditoría y similitudes con Argentina
En el caso de Grecia, los expertos consideran que resulta posible implementar la auditoría “con cierta facilidad”, debido a que es bastante reciente (se remonta máximo hasta el año 2010), y a que el 80 % del pasivo está en manos de la Troika.Según Katz, “una rápida inspección ilustraría cómo la escandalosa subvención a los bancos se consumó violando las normas del propio Banco Central Europeo”.Por su parte, Eric Toussaint, miembro del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM), afirma que la auditoría demostraría, además, el importante peso de los gastos militares en la deuda previa y las fortunas amasadas por los contratistas extranjeros en esas operaciones.El caso de Argentina resalta por ser uno de los países de mayor investigación de la deuda en la Justicia: actualmente existe una ley que manda investigar la deuda desde el inicio de la dictadura en 1976. Sin embargo, en Argentina nunca se realizó esa auditoría y las investigaciones parciales durmieron en los Tribunales y el Congreso. Según Gambina, esto se debe en parte a que “muchas veces se adujo que las sucesivas renegociaciones validaban la ilegitima deuda”.Hoy en día, resalta Gambina, la investigación de la deuda “ya no es sólo una demanda de una parte de la sociedad sino una incumplida disposición legal”. Pero su importancia es mayúscula, ya que la investigación “estimulará la aceleración de otros procesos judiciales que afectan sucesivas renegociaciones de deuda, las que comprometieron recursos fiscales en contra de resolver amplias necesidades sociales y beneficiaron a la especulación y al sistema financiero mundial”, dice Gambina. Si bien, según Katz, “demostrar la inconsistencia de la deuda contribuye a elevar la conciencia de la población”, la discusión griega es, para Gambina “la oportunidad para asociar procesos de investigación de la deuda, en Grecia y en Argentina para que no sólo sea noticia la Justicia de EEUU o del Reino Unido, sino la impugnación de los pueblos a la usura y la especulación financiera”.