Europa League
Memorable triunfo de la Real Sociedad sobre Manchester
Los txuri urdin conquistan para toda la vida Old Trafford, gracias a un monumental segundo tiempo y el gol materializado por Brais
Para toda la vida. El 8 de septiembre de 2022 queda grabado en la historia de la Real Sociedad. Bien lo merece un triunfo de grandioso prestigio, de monumental mérito, como el conseguido en uno de los templos del fútbol como Old Trafford. Un segundo tiempo colosal, brillante punto y seguido a la formidable resistencia anterior, y el gol de Brais Méndez materializaron tres puntos de oro en el aspecto deportivo, y una noche mágica con escasos precedentes en la historia del club.
Si la Real salió a Old Trafford con el propósito de enmendar grietas que surgieran de un planteamiento descarado en exceso, ya para el descanso triunfó la idea. Había conseguido para entonces la escuadra de Imanol encerrar el duelo en un cara a cara de matices tácticos, disminuyendo las revoluciones del ritmo habitual. El orden por el vértigo. El eje de la defensa fue tan nuevo como inesperado. Zubeldia fue suplente con Le Normand lesionado y entraron a la vez Aritz y Pacheco. Con una delantera inédita formada por Kubo y Sadiq, el resto del dispositivo fue el habitual, con el cuarteto innegociable integrando el rombo de la medular: Zubimendi, Brais, Merino y Silva.
Fue Merino el que más campó a sus anchas durante una primera mitad intensa, dura, con más control que estampidas hacia el gol. Zubimendi se fue entonando para acompañar a Merino en la tarea de hacerse con el mando del centro del campo, ante el poderío de Casemiro y Fred y las dotes técnicas de un superclase com Eriksen.
Dos indecisiones atrás pudieron sembrar dudas en los primeros compases. A Remiro se le resbaló un centro sin peligro y Pacheco se equivocó en una diagonal defectuosa. Que ninguno de los fallos tuviera consecuencias permitió a la Real seguir viva en Old Trafford. De hecho, los txuri urdin se estiraron. Merino, Kubo y Silva se asociaron; faltó rematar. Entre otras razones porque a Sadiq le costaba asociarse.
Pacheco, con hechuras de magnífico central, se antepuso a Cristiano Ronaldo en el minuto 24. Eriksen había conectado con el portugués con una claridad que no se había visto en todo el partido. En su calidad se debió inspirar Aihen Muñoz, inusitado autor de la jugada del partido. El bravo lateral de la Real recordó viejos tiempos, de cuando era extremo en las categorías inferiores, para crecerse en las narices de Casemiro. Aihen protagonizó un regate de alta escuela, pisando el balón para hacer un cañete al brasileño, digno de la entrada del partido. Brais chutó acto seguido, fuera por poco, pero el linier había levantado el banderín.
La Real bajó enteros en el tramo final del primer acto, pero se mantuvo en pie. Ronaldo remató de cabeza a gol, en fuera de juego, por lo que no valió. Pacheco fue, pese a su juventud, uno de los baluartes para que el marcador no se moviera al intermedio.
Gol de la mejor Real
El cambio de tercio fue total en la segunda mitad. Todo el mundo dejó de tratar de usted al partido. Prendió fuego del Manchester, con Bruno, recién ingresado, como maestro de ceremonias. Un centro del luso fue cazado por Cristiano. Fuera. La siguiente tentativa del ex del Real Madrid fue armar un bazoca desde la frontal: por encima del larguero.
Quizá en el momento menos esperado emergió la mejor Real. El líder fue Kubo. Un cuarto de hora antológico del japonés llevó en volandas a una Real espléndida. Dos centros de Kubo desde la izquierda profanaban Old Trafford. Sorloth conectó el primero de cabeza y le fue por poco. Lisandro salvó el segundo, con el noruego a punto de empujar a la red.
El subsiguiente córner, botado en corto, también se lo inventó Kubo. Su pase a Silva fue el preludio de la mano de Lisandro que el árbitro castigó con penalti. El central del United se arrojó a despejar y el balón impactó en su brazo de rebote. El VAR refrendó la decisión arbitral. Brais Méndez ejecutó. Como mandan los cánones. Fuerte, a media altura y ciñendo el balón a la esquina. Los 2.500 aficionados de la Real se llevaron este momento para toda su vida. Quedaba media hora para el final.
Con la autoestima por las nubes, Kubo chutó desde el vértice del área para que De Gea rechazara. La Real controlaba la situación, su ventaja, armada en defensa apoyada en un titánico Pacheco y el pletórico Aihen, que apagó a la estrella Antony. Casemiro tomó cartas en el asunto desde lejos. Respondió Remiro con máxima seguridad. Poco más pudo hacer el United, todo un United, ante una Real entera, que terminó ganando mientras creaba peligro a la contra en Old Trafford. Y el sueño se hizo realidad en el teatro.