El polaco mostró gestos que expresan que quiere marcharse del Bayern
Lewandowski tensa la cuerda con apatía en el primer entrenamiento
Y como colofón a su primera sesión, sólo 20 minutos después de dejar el césped con sus compañeros ya abandona las instalaciones en su vehículo. El último en llegar y el primero en irse
Robert Lewandowski se presentó el martes con profesionalidad a su cita con el Bayern junto al resto de internacionales que se incorporaron más tarde. Era consciente de que plantarse y ausentarse hubiese sido más un problema que una solución en su lucha por firmar por el Barça este verano. Tiene contrato hasta 2023 y debe cumplir las reglas. Pasó la revisión médica en las entrañas de la Ciudad Deportiva y todos aparentemente contentos. Pero este miércoles llegó su primer entrenamiento, visible, filmado y fotografiado. Y ahí quedó claro que para el delantero polaco, que cumplirá 34 años en agosto, una cosa es cumplir legalmente con su presencia y otra es implicarse cuando entiende que el club debe dejarle marchar. Su apatía fue total y la película de la sesión publicada por Bild no tiene desperdicio. Con el lenguaje corporal lo dijo todo sin hablar. Quiere irse al Barça y punto.
Lewandowski llegó unos minutos tarde al punto de encuento y fue el último en aparecer en el césped del campo de entrenamiento. Desganado, fue el último también en iniciar todos los ejercicios de calentamiento y los de entrenamiento, sin acabarlos normalmente.
La relación con sus compañeros, tal y como se había comentado en los días previos, ya no es la misma. En general no ha gustado que quiera marcharse y hay frialdad. Sólo habló a menudo con Goretzka, de los pocos que no se ha postulado abiertamente de lado del club, pidiendo una "solución justa", e hizo algunas bromas con el joven Musiala.
Tampoco se le vio hablar con Nagelsmann de forma individual, por lo menos en el césped. Y fue muy llamativo que cuando el entrenador hizo la charla a la plantilla, Lewandowski se mostró indiferente, se quedó fuera del círculo y miró hacia otro lado.
Llegó el partidillo, con más destalles reveladores. No peleó demasiado por los balones, algo que se puede entender porque era su primer día de trabajo, y no marcó, un hecho más sorprendente porque son partidos en espacio reducido pródigos en remates. Los jugadores del equipo perdedor debían hacer flexiones como 'castigo', un ritual que también se soltó.
Y como colofón a su primera sesión, sólo 20 minutos después de dejara el césped con sus compañeros ya abandona las instalaciones en su vehículo. El último en llegar y el primero en irse.
Quiere jugar en el Barça lo antes posible y el Bayern ya lo sabe, aunque en su web ilustró el entrenamiento con una foto de Lewandowski en el partidillo, quizás seleccionado su acción más enérgica de la mañana. Al polaco le gustaría no tener que pasar el mal trago de la presentación del equipo el sábado y tampoco quiere estar en la gira norteamericana que comienza el lunes. Pero hay distancias todavía en lo económico a no ser que el Bayern afloje un poco y se baje de una vez del listón de los 50 millones a los que el Barça no quiere llegar porque considera que 40 más variables es un precio justo, acordado en su día con Pini Zahavi, agente del polaco. El club azulgrana ha cumplido con Lewandowski en presentar la oferta acordada, pero el Bayern no entra en razones, de momento.